ESTERTORES
DE
UNA CULTURA
Héctor Carlos Reis
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2004,
Héctor Carlos Reis
PatHec Producciones
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Indice del ensayo "Estertores de una cultura"
Prólogo
Introducción
1. Cómo Somos
2. Los pensamientos
3. Forma primitiva de comprender las cosas
4. La pseudo-explicación mágica
5. El intento religioso
6. La pseudo-explicación filosófica
7. El arte: un bello mundo imaginario
8. La explicación científica
9. Precisiones para comprender mejor la metodología propuesta
10. Algunos enigmas; algunas respuestas
11. Aplicaciones en la práctica de la vida cotidiana
12. Aplicaciones de un concepto fundamental
13. Un hecho histórico trascendental
14. Otra aplicación: los delitos y la impunidad
15. Un pequeño y necesario remanso
16. Otro hito histórico
17. Al centaurino le aparecen contradictores
18. Más sobre delitos, corrupción y mafias
19. De cómo surgen las propuestas
20. Nuevos caminos
Una indagación sobre nosotros, los humanos; la evolución desde los remotos orígenes hasta el convulsionado siglo XXI de violencia, mafias, delitos e impunidad. Cómo fuimos, cómo somos y cómo podríamos ser, pero... ¿seremos?
En
las postrimerías del siglo XX podemos observar un desarrollo
vertiginoso de las ciencias y de su aplicación: la tecnología. El
progreso prácticamente sólo se manifiesta en estos campos, ya que
en otros aspectos estamos estancados, por ejemplo en la solución de
problemas económico-sociales, en los conflictos violentos de etnias,
religiones, nacionalismos vetustos, etc., en atentados con ejecutores
suicidas, en formas de degradación como las drogas (psíquicas y
químicas), la agresividad (en las familias y en la sociedad), el
ritualismo, la territorialidad, la jerarquía, la codicia (de bienes
y de poder), la hipocresía y en suma la estupidez que dirige los
actos de gran parte de la humanidad. La contradicción entre el
avance tecnológico y el estancamiento en facetas que hacen a la
esencia misma de la condición humana se debe a diversos factores. El
objetivo del presente ensayo es intentar dilucidar cuáles son estos
condicionamientos que impiden un desarrollo homogéneo coadyuvante
indispensable para obtener la real (y no ilusoria) felicidad del ser
humano. Buscaré que el texto sea de fácil lectura, rehuyendo
lucubraciones y vocablos complejos pero usaré la ironía y el buen
humor con sutilezas entrelíneas para lectores más exigentes.
Utilizaré contradictores en un abanico de preguntas y respuestas
desde distintos enfoques, dejando cabos sueltos para que el lector
los conecte y así pueda participar activamente del acto de razonar
con información.
Quizás el aporte más importante sea el abrir un gran debate sobre
una base distinta y con
entera libertad de pensamiento en función del siglo que se avecina.
Ayudar a comprender los cambios que vienen de manera amable para que
el efecto sea menos traumático. Contribuir a evitar, en lo posible,
la inexorable extinción de los que queden retrasados por la
ignorancia. En el siglo XXI y siguientes, la vida humana será muy
diferente de como la conocemos actualmente; la adaptación al cambio
es fundamental para sobrevivir; es una ley biológica ineludible.
El texto es corrido, sin notas
fatigantes a pie de página ni citación de otros autores (salvo
excepciones), tratando de hacer una narración amena para ampliar las
posibilidades de acceso a sectores carentes del hábito de la
lectura; esto no implica que el lector arraigado también encuentre
vericuetos que espero lo deleiten de manera un poco más sutil.
Es
conveniente hacer una salvedad importante. El objeto de mi análisis
es la cultura humana de manera integral; desde sus orígenes hasta el
presente y un pronóstico sobre el futuro. Por
eso destaco características
básicas que
observo desde el inicio y que persisten obstaculizando la apertura de
nuevos caminos. Es
correcto que existen pueblos y civilizaciones con costumbres
diversas; en el pasado y en el presente; hasta leyes diferentes y
religiones distintas; pero mis observaciones se dirigen a los rasgos
comunes que subsisten inmutables.
De allí la exigencia de nuevos caminos acordes con la evolución
científico-tecnológica. Las diferencias de: épocas, etnias,
costumbres, sistemas o sociales o políticos o económicos, leyes,
creencias y en suma todos los aspectos que distinguen a un pueblo de
otro o a una época de otra son
matices de una subcultura, niveles diversos de una gran cultura
integral que es la humana.
A lo largo del texto se observa esta concepción integradora ya que
procuro ir al meollo de la condición humana para explicar lo que nos
sucede en la época contemporánea y poder, con bases diferentes,
construir los nuevos caminos hacia el siglo XXI.
La tecnología ya nos está
integrando a los humanos. La televisión nos muestra lo que sucedió,
e inclusive lo que está sucediendo, en todo el planeta por medio de
los satélites. Las comunicaciones instantáneas nos permiten
observar que en todos los países hay: carreteras, automóviles,
edificios grandes, gente vestida más o menos igual (aquí se pueden
ver más matices), zonas más carenciadas (la miseria tiene similar
rostro en todos los países) y barrios más lujosos (con variaciones
arquitectónicas que exultan alegres vanidades), disturbios
callejeros, manifestaciones más pacíficas, reclamos por injusticias
o por corrupciones administrativas, parlamentos que cuestionan a
otros poderes, etc. La cultura global es ya un hecho hasta en los
detalles y por obra de la tecnología. La naturaleza humana tuvo y
tiene características constantes, la globalización que ahora se
produce implica unificar niveles de subculturas.
Imaginemos
un ser consciente e inteligente de un supuesto planeta que orbita una
estrella cercana, por ejemplo Alpha Centauri, de nuestra galaxia la
Vía Láctea. Para este observador que no participa de la naturaleza
humana sería altamente probable que no comprendiese nuestro
comportamiento. ¿Qué vería el centaurino? Aclaro que si los
griegos antiguos en su mitología imaginaron centauros, monstruos
fabulosos mitad hombres y mitad caballos, ¿por qué yo no puedo
inventar un centaurino, habitante del tercer planeta que orbita la
estrella Alpha Centauri ubicada a 4,3 años luz de distancia?
Inventar podría, pero sucede que en realidad la estrella Alpha
Centauri es un sistema estelar triple, dos estrellas giran una
alrededor de la otra y una tercera estrella, Próxima Centauri está
orbitando el primer par a cierta distancia. En algunas posiciones de
su órbita Próxima es la estrella detectada más cercana al Sol y de
allí su nombre. Mi centaurino, entonces, sería del tercer planeta
no ya del sistema estelar Alpha Centauri sino de Próxima Centauri.
Ahora bien Próxima ¿tiene planetas que la orbiten? Lo más probable
es que sólo las estrellas solitarias como nuestro Sol tengan
planetas a su alrededor no así los sistemas estelares dobles o
triples. Pero imaginar, podemos
imaginar cualquier cosa...
(Acepte el lector a mi centaurino como un producto de mi
imaginación). He aquí el quid de la cuestión: la
imaginación. Pero
antes, ¿qué vería el centaurino? Humanoides que dirimen sus
conflictos por la violencia; la
codicia de bienes y el poder sobre las personas;
hipócritas (significa actor como diría un helenista y hablando de
griegos...) actuando de manera distinta a como se piensa; vería
en suma una sociedad regida por la estupidez, es decir, una notable
torpeza en comprender las cosas.
¿Cómo
nos vemos nosotros, los humanos? Algunos dirían que el centaurino
tiene razón, mientras que otros discurrirían a la inversa y
expresarían que éste es el mejor de los mundos posible y quizás
otros especulen con un mundo más allá de la muerte y que esta vida
es sólo un paso transitorio y puesta a prueba para un eterno devenir
pleno de goce y dicha en un ganado (sic) paraíso. Algunos sostendrán
que el centaurino no tiene derecho a opinar pues no pertenece a
nuestra especie, otros le asignarían un restringido derecho a
expresarse pero sin poder de decisión y quizás algunos pretendiesen
quemarlo vivo en la hoguera (como la Inquisición, el Tribunal del
Santo Oficio, lo hizo con Giordano Bruno y centenares de miles más
en siglos pasados). Algunos pensarán que el centaurino es un demente
que delira pues ellos están muy bien y cómodos en sus roles (con
Rolex en sus muñecas) de dirigentes de un mundo que avanza y gracias
a ellos a pasos agigantados. El centaurino ante el disloque producido
optará por replegarse dejando su testimonio por escrito pero como es
persistente gorgoriteando por lo bajo "y sin embargo son
estúpidos" remedando al Galileo Galilei evocará a la también
pertinaz Inquisición que pontificó: "la Tierra es el centro
del Universo (sic), no
se mueve y está
sólidamente
enclavada; alrededor de ella giran
siete esferas concéntricas de cristal,
llevando la Luna, el Sol, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno
en ése orden; más allá está el cielo inamovible de las estrellas
fijas".
¿Quién tenía razón, la
Inquisición o Galileo Galilei y el martirizado Giordano Bruno?
Todo
depende del punto de
vista y del enfoque
de cada uno pero básicamente debemos admitir, en
principio, que algo
es correcto, verdadero o incorrecto, falso; la única manera de
constatar esto es a través de la comprobación; a ésta se llega
mediante la observación y la experimentación. Con el razonamiento
sólo no basta pues éste puede usar miles de subterfugios y
estratagemas para acomodarlo a su arbitrio. La Inquisición tenía su
dogma
y era refractaria a la libre observación y a la experimentación;
tenía su
"verdad" que actualmente un niño de escuela primaria
refutaría sonriendo y sin peligro de ser llevado a la hoguera. Sin
embargo la tozudez, la terquedad, la testarudez duró 359 años para
saldar la deuda moral con Galileo Galilei.
El
centaurino no puede entendernos pero como es persistente intenta
estudiarnos en un juego que
puede deparar sorpresas.
Utilizaré
una metodología de exposición que denomino colcha
de retazos o ensalada rusa
y que explicito en el texto, concretamente en el capítulo 4, aunque
aconsejo al lector intuir de qué se trata y no averiguarlo de inicio
pispiando el referido capítulo.
1. Cómo somos
Una
bolsa de agua. Un compuesto de células. Moléculas de carbono que se
mueven. Trozos de calcio revestidos de tejido. Conjunto de órganos
que trabajan combinados. Un cuerpo. Según algunos, un cuerpo y un
alma siendo ésta una sustancia espiritual e inmortal. Según otros
somos animales con un cerebro evolucionado y conscientes. El
centaurino diría que somos una especie animal con cierto grado de
evolución biológica por un proceso de cerebración y con un
primitivo (para él) desarrollo tecnológico. ¿Cómo nos vería un
perro? La visión del perro es en blanco y negro siendo además
miope. No puede
percibir los matices de nuestro comportamiento
pues biológicamente está en un nivel inferior. Lo mismo sucede con
el resto de los animales. De algo podemos estar seguros somos el
producto de una evolución biológica de millones de años; están
los restos fósiles que lo prueban. En la mayoría de los aspectos
somos mejores que los demás animales. El
secreto está en el cerebro.
Nuestro cerebro evolucionado con un gigantesco número de células
llamadas neuronas: elementos electroquímicos microscópicos. Las
conexiones neuronales, aproximadamente cien billones, 1014,
en la corteza cerebral son las que producen el pensamiento; las
circunvoluciones aumentan la superficie permitiendo almacenar
cuantiosa información en tamaño limitado como es un cráneo humano.
Está dividida en dos
hemisferios. El
hemisferio derecho de la corteza cerebral se encarga de reconocer
formas, de la intuición, la sensibilidad, la imaginación creadora.
El hemisferio izquierdo dirige el pensamiento racional, analítico y
crítico. Esta
contraposición esencial nos permite generar ideas y luego comprobar
su validez. En
realidad más que un monólogo existe un diálogo
interior continuo
entre los dos hemisferios a través del cuerpo calloso, un haz de
nervios, que sirve de nexo entre la intuición, la creación y el
análisis crítico. Un buen balance entre ambos ayuda a comprender
mejor el mundo que nos rodea. La neuroquímica del cerebro son los
circuitos que permiten la actividad neuronal y el producto es el
pensamiento y éste es el que rige nuestras acciones. Nuestro
comportamiento entonces está regido por el cerebro.
En el resto de los animales la actividad cerebral es muy reducida; su
comportamiento está basado en la programación genética. Los genes
determinan el vuelo de las abejas, la conducta de las hormigas, etc.,
pero a medida que vamos elevándonos en la escala el desarrollo
cerebral aumenta, por ejemplo en los mamíferos y en especial los
antropoides. Los chimpancés, gorilas y orangutanes (en especial los
primeros) tienen una actividad cerebral mucho mayor que un gato o un
perro.
Nosotros
los humanos somos la culminación de un larguísimo proceso de
evolución biológica y hasta el momento ninguna especie puede
competir; estamos en el nivel máximo. Esta situación, por demás
evidente, nos llevó siempre a asumir una actitud de gran soberbia en
nuestra relación con los demás habitantes del planeta a medida que
el hombre fue ocupando lugares y ganando espacios al desarrollar la
incipiente tecnología; la depredación acentuó el proceso. Pero
admitamos que los homo sapiens somos un producto bastante difícil de
lograr por la mera mutación de genes (ya que de ello se trata la
evolución). Muchos dirían que la idea de ser privilegiados por la
especial predilección de un ser todopoderoso (un dios) suena
bastante coherente. Somos conscientes, inteligentes, hablamos,
hacemos herramientas, pensamos, ¡qué distintos a los demás
animales! Pensar que
seamos el final de un proceso aleatorio de mutación genética y por
ende de una evolución suena arriesgado. Y sin embargo es la
realidad...
Recién
a mediados del siglo XIX con los estudios de Darwin y Wallace que
plantearon la teoría de la evolución comienza
a ser entendible el descubrimiento de restos fósiles de seres
parecidos al hombre.
Adán y Eva pasaron a ser un mito bíblico y no una realidad como se
creía.
En
el siglo XX los descubrimientos en todos los campos científicos
fueron apabullantes. Una ciencia joven, la paleoantropología, fue la
encargada de descifrar todos los huesos fósiles de homínidos
antecesores del homo sapiens. La
ruptura con las creencias fue acrecentándose en todas las órbitas
del saber.
En
psicología, sociología, antropología, paleoantropología,
medicina, biología, genética, química, física, astronomía,
cosmología, historia, derecho, etología, etc., los hallazgos son
permanentes. La
aplicación de las ciencias a la vida cotidiana logró una tecnología
de avanzada; hasta
hace poco los alimentos se deterioraban en el verano con el calor,
ahora hay heladeras de todo tipo que los conservan durante meses; la
radio, la televisión, el cine, la informática, son el comienzo de
una nueva forma de vida.
Somos,
los hombres, programación genética ya que culminamos un proceso de
evolución biológica pero además somos, fundamentalmente,
cerebros; esto es lo que nos diferencia de los otros animales: la
gran capacidad de almacenaje
y manejo
de información. La actividad, principalmente, de nuestra corteza
cerebral genera los pensamientos y éstos son los elementos básicos
de nuestro comportamiento. Pensamos y luego actuamos en concordancia.
Investigar los
pensamientos es dar con el meollo del cómo somos.
Imaginemos
que el centaurino hubiese llegado a nuestro planeta hace unos cuatro
millones quinientos mil años. Se hubiese encontrado con un ancestro
del hombre cuyos restos fósiles se encontraron hace pocos meses: el
australopithecus ramidus; éste a su vez sería antecesor del
australopithecus afarensis, la famosa "Lucy", de tres
millones y medio de años de antigüedad. Los restos fósiles de
"Lucy" son, quizá, los más completos hallados hasta el
momento (se conservan un 40 % de los huesos formados de más de
cien fragmentos). Estos dos australopithecus (ramidus y afarensis)
son los restos más antiguos, en
línea directa con
nosotros, encontrados y guardados en la urna del planeta Tierra. Sin
embargo el australopithecus ramidus acaba de ser reclasificado como
ardipithecus
ramidus y eliminado de la rama evolutiva de los australopithecus;
esto sucede porque la
ciencia se autocorrige: cuando se comprueba un error se rectifica.
He aquí la característica quizá más trascendente y la explicación
del éxito de las ciencias. La humildad en contraposición con la
soberbia de los dogmas. La
demostración por encima de la aseveración.
Un reexamen del ramidus indicó que probablemente fue cuadrúpedo y
no bípedo como los australopithecus; cabe señalar que los huesos
estaban muy destrozados y su estudio fue muy difícil. En reemplazo
se descubrieron cuatro huesos de pie en Sudáfrica dando la necesaria
prueba fósil de cómo se trasladaban los australopithecus ya que los
cuatro huesos marcan el empeine y el comienzo del dedo gordo de un
australopithecus que habría deambulado hace tres millones quinientos
mil años. Fue nombrado como "Pie pequeño" y reveló que
el talón daba muestras de haber soportado peso y el arco del pie
(elástico) estaba indudablemente adaptado para caminar sobre dos de
las extremidades como hacemos los seres humanos. El dedo gordo
mostraba un amplio grado de distancia en relación con los otros, era
muy flexible y se presume capaz de empuñar objetos y trepar. La
forma de la articulación indica que el dedo gordo podía rotar hacia
adentro como el de la mano: un rasgo simiesco muy útil para trepar a
los árboles. Vale decir que era bípedo pero al mismo tiempo podía
trepar. Un dato que demuestra el quehacer de la ciencia: éstos
huesos habían sido descubiertos en el año 1980 pero su
importancia recién se pudo determinar ahora, tratándose de los
primeros huesos interconectados de un mismo pie y de un solo
individuo. Además sería el tipo de pie que formó las pisadas
halladas en Laetoli (Tanzania) de tres millones setecientos mil años
de antigüedad cubiertas de ceniza volcánica endurecida, halladas en
1977 y dejadas por dos o tres individuos que caminaban erguidos; ésta
fue la primera prueba indiscutible del carácter
bípedo de los australopithecus.
Estas especies de transición fueron cuadrúpedos en los árboles y
bípedos en tierra, simultáneamente. Los bípedos perfectos recién
aparecieron con el "homo erectus" hace alrededor de un
millón quinientos mil años.
Y
el más reciente descubrimiento: el "australopithecus
anamensis"; en el lago Turkana (Kenya) huesos de veintiún
especímenes con rasgos antiguos y modernos a la vez. Si bien sus
dientes caninos son como los del chimpancé y tiene el paladar chato
en lugar de abovedado, sus huesos tibiales poseen el típico filo
delantero de los humanos; este filo es un indicio seguro de
bipedismo, es decir postura erguida, sirve para cargar todo el peso
del cuerpo no sobre cuatro patas sino sobre dos piernas. Los
"anamensis" andaban de pie, erguidos como nosotros, por eso
son homínidos, es decir pertenecen a nuestra misma familia
taxonómica. Su
antigüedad se remonta a unos cuatro millones cien mil años;
más joven que el ramidus pero sin duda un homínido.
El centaurino al tomar contacto
con ellos hubo de observar que marchaban erguidos y manejaban sus
manos libremente. Arrojaban alguna que otra piedra y ramas de árboles
a los animales que intentaban atacarlos. Quizá mascullaban alguna
que otra palabra, más bien sonidos cortos y serían los nombres que
les daban a los atacantes o prevenciones de defensa. Su pequeño
cerebro de apenas 500 centímetros cúbicos, es decir unos cien
centímetros cúbicos más que el cerebro de un chimpancé actual, es
probable que tuviese gran actividad al caminar erguido y con las
manos libres.
El tomar piedras y arrojarlas;
luego el chocar unas con otras aprendiendo a pulirlas y finalmente el
usarlas como herramientas fue determinando el comienzo de una
primitiva tecnología. El solo hecho de usar algo como vehículo para
obtener alguna cosa (tal es el concepto de herramienta) permitió a
nuestro lejano ancestro iniciar un proceso gradual de evolución y de
competencia activa con los otros animales hasta superarlos.
El
hecho de experimentar
con las manos y con
utensilios aunque fuese nada más que como armas fue un punto de
inflexión decisivo en la conquista de un espacio dentro del
concierto de las especies. Pero también significó un comienzo del
acto más importante: pensar.
La
facultad de poder relacionar hechos y cosas para un fin preciso y
determinado es de tal trascendencia que podemos otorgarle el carácter
de máximo distintivo de nuestra especie. Si bien es cierto que otros
animales, con su conducta lo están probando, también participan de
esta característica, como por ejemplo los chimpancés, lo real es
que sólo el hombre ha logrado desarrollar esta actividad a un grado
notable. En gran medida se debe al uso
y habilidad con las manos, liberadas por caminar erguidos,
y al desarrollo de un lenguaje que le permite una mejor comunicación
con sus semejantes y planificar el ámbito social. El resto de los
animales con cierto grado de inteligencia: las ballenas, los
delfines, los grandes primates antropoides, como gorilas, orangutanes
y principalmente chimpancés carecen
de nuestra habilidad con las manos;
de hecho ballenas y delfines no las tienen y por más que demuestren
destreza y cierto nivel de sociabilidad no
pueden desarrollar ninguna tecnología.
Si
admitimos la enorme
importancia que tienen nuestras manos
en el proceso de cerebración y dominio de una facultad como el
pensar, veremos facilitada la comprensión del fenómeno del
pensamiento que es su producto.
Al
pensar producimos el pensamiento; parece una paradoja pero son dos
hechos diferentes. Los pensamientos son la actividad natural del
cerebro pero requieren la facultad previa: el pensar. Pienso luego
produzco pensamientos; tal sería, remedando a Descartes (y
corrigiéndolo), el itinerario preciso. Pensar
es relacionar. Los
pensamientos son la graficación de ése proceso, son la
representación de la actividad de pensar. De allí que a través de
palabras o dibujos podamos expresar hacia afuera esos pensamientos;
le damos forma; los hacemos viables; los podemos trasmitir; se
trasforman en información;
en suma son la base de la cultura y de la organización social. Con
los pensamientos hacemos, construimos, elaboramos todo el andamiaje
cultural; son el
sostén, la columna vertebral de nuestra estructura humana
propiamente dicha.
Quisiera
desarrollar un poco el porqué de la corrección de la frase de
Descartes: "pienso, luego existo". El filósofo francés
Descartes parte de la duda que considera como la acción de un yo y
cree
haber descubierto un hecho del que no puede dudarse. Nosotros en
realidad no vemos nuestros propios yos en la forma en que vemos los
edificios, un paisaje y las personas que nos rodean. Podemos, quizá
hablar de una observación de nuestros actos de pensamiento o de
duda. Al hacerlo los percibimos no como productos de un yo, sino como
objetos separados, como imágenes acompañadas de sentimientos.
Expresar "yo pienso" representa no un dato derivado de la
observación, sino que es la culminación de un dilatado proceso de
pensamientos que evidencian la existencia de un yo diferente del yo
de otras personas. En rigor se debería decir: "el pensamiento
existe" señalando así el surgimiento separado de los
contenidos del pensamiento, su aparición independiente de los actos
volitivos u otras actitudes en las que participa el yo. Pero si esto
hubiese pasado, la inferencia de Descartes no habría podido hacerse.
Si la existencia del yo no está apoyada por la observación
inmediata, no puede asegurarse su existencia con una certeza mayor
que la existencia de otros objetos derivada por adiciones a datos
obtenidos por la observación. Como a Descartes le preocupaba la
inseguridad de todo conocimiento y deseaba
hallar la "certeza absoluta" imaginó
su frase ("pienso, luego existo") razonando así: puedo
dudar de todo, excepto de una cosa, del hecho mismo de que dudo; pero
cuando dudo, pienso y si pienso es que existo. Pero el filósofo
prosiguió imaginando:
deduce que por el hecho de que el yo existe, Dios debe existir, pues
de otra manera el yo no podría tener la idea de un ser infinito.
Continúa afirmando que las cosas que nos rodean deben existir
también ya que si no fuera así Dios sería un impostor. Argumento
imaginario y teológico sospechosamente defendido por un eminente
matemático como fue Descartes. La psicología de los filósofos es
un gran problema que pasa desapercibido al pretender
colocar a la filosofía como la cumbre del conocimiento. Su
indagación (la psicología de los filósofos) ayudaría muchísimo
sobre el significado de tantos sistemas
filosóficos que
precisamente impidieron
acceder al conocimiento.
En la inferencia de Descartes hay muy poca lógica pero una gran
cantidad de información psicológica ya que fue
la búsqueda de la certeza
lo que hizo caer a un matemático en una lógica tan confusa. Basar
el conocimiento sólo en la razón es el grave error de los filósofos
y en el capítulo 6 desarrollaré aún más el pensar imaginativo
filosófico.
El
hecho de producir pensamientos y de utilizar las manos nos identifica
como humanos; nos
hace distinguir de otras especies. Por ello analizar los pensamientos
asociados con la actividad manual es tarea primordial para entender
nuestras conductas pasadas y prever nuestro comportamiento futuro.
Desde
los australopithecus hasta el homo sapiens la actividad cerebral y la
producción de pensamientos fue acrecentándose. La observación de
los fenómenos naturales como la lluvia, el viento, los relámpagos
debe haber inspirado pensamientos de temor. Un rayo partiendo un
árbol, produciendo fuego e incendiando matorrales debería
aterrorizar a los primitivos hombres. La furia desencadenada de los
elementos, la contemplación de un cielo estrellado, la magnificencia
del sol al amanecer y al atardecer son
hechos que deben
haber conmocionado a nuestros lejanos ancestros.
Intentar
explicar lo que se observa es tarea casi inmediata. Si básicamente
pensar es relacionar, lo siguiente es explicar lo que se ve, lo que
se observa. Los
primeros intentos de explicación aun antes del desarrollo del
lenguaje deben haber estado sustentados en el miedo.
El primitivo estaba sujeto a permanentes peligros; sus reflejos
instintivos eran hacia la acción más que al pensar. Actuaba
rápidamente huyendo, atacando o agrupándose con sus semejantes. El
accionar permanente le impedía producir pensamientos articulados y
complejos. Debía dar respuestas rápidas a las amenazas y acechanzas
de sus enemigos constantes: la naturaleza hostil, los otros animales
y sobre todo los más depredadores. Los
primeros pensamientos fueron una estrategia de defensa
pero casi simultáneamente la curiosidad pudo más que el miedo y
comenzó a indagar sobre el mundo que le rodeaba.
El
primer contacto con el fuego gravitó en la formación de la idea de
poder lo mismo que el uso de las armas. Paulatinamente al ir tomando
conciencia de que las armas lograban alejar a sus enemigos y que por
medio del fuego obtenía calor y asustaba a sus depredadores, fue
adquiriendo la noción de su dominio. Este proceso de darse cuenta
del control que iba teniendo sobre objetos como las armas y el fuego
debe haber sido extremadamente lento y paulatino. Al principio
inseguro de sus actos y luego cada vez más preciso y efectivo; esto
requiere experimentación constante,
de allí la enorme trascendencia de las manos.
Manos y cerebro. La dupla del
poder sobre el medio ambiente; millones de años para comprender su
relación mutua.
Las
percepciones, la
observación y la manipulación de objetos
incentivaron al hombre primitivo a actuar cada vez con mayor
precisión. La primera piedra arrojada probablemente no hubiese dado
en el blanco pero con la experimentación afinó su puntería.
Algunos dirán que esto es un supuesto elemental pero es necesario
recalcar que el aprendizaje fue extremadamente lento. La comprensión
del hombre primitivo no puede compararse con la actual. Me
estoy refiriendo ya al homo sapiens primitivo
(ni que decir de los ancestros: australopithecus, homo erectus, homo
habilis, etc.). La información almacenada en su cerebro se debía
fundamentalmente a sus propias percepciones. La cultura era elemental
y la trasmisión de datos se hacía oralmente de padres a hijos.
Antes del invento de la escritura el universo de conocimientos tenía
una base estrictamente funcional y aplicada a lo inmediato:
sobrevivir.
Adviértase una gran paradoja:
en el mundo actual todavía hay seres humanos en las mismas
condiciones...
Cuando lo prioritario es
sobrevivir, no queda espacio para pensamientos más desarrollados.
Destaco
esto sobremanera. El auge actual del pensamiento mágico es la
evidencia de una gran
parálisis de nuestra cultura.
No hay un correlato entre el avance científico-tecnológico y el
pensamiento de la mayoría de la población humana. Alguien podría
argüir que también en medios sociales que superaron la etapa de la
sobrevivencia y gozan de abundancia de bienes sin embargo participan
en gran escala del referido pensamiento mágico. Lo cual significaría
que la forma de pensar mágica y primitiva tiene adeptos en todos los
niveles por otras causas además
de la pobreza. Las necesidades materiales enrarecen la percepción
del mundo que nos rodea pero el
lujo también obnubila
pues conduce, en la mayoría de los casos, al aburrimiento. El tedio
es la principal causal de conductas dañinas (para otros y para sí
mismos); lo podemos observar actualmente en los jóvenes.
Los
seres humanos actuamos primordialmente por la actividad de la corteza
cerebral, sin embargo el resto de la estructura cerebral, lo que hoy
llamaríamos el sistema
límbico y el complejo reptílico,
se interrelaciona con la corteza o neocórtex y sus dos hemisferios
produciendo hormonas
entre otras funciones. En
el hemisferio derecho estarían radicadas las emociones junto con el
sistema límbico subcortical donde en las glándulas pituitaria,
amígdala, tálamo, hipotálamo y el hipocampo estarían las más
intensamente vívidas.
La amígdala, que tiene forma de almendra, opera en la génesis
de los impulsos agresivos y también en los sentimientos de temor.
Los procesos racionales son muy complejos interviniendo
principalmente los dos hemisferios de la corteza cerebral en cambio
en las emociones, en
especial las más vívidas, desempeñan una importante tarea las
glándulas del sistema límbico.
El
hombre primitivo actuaba movido en gran parte por esas vívidas
emociones generadas en el sistema límbico y como mencioné antes los
impulsos agresivos están asociados a los sentimientos de temor. Ante
el miedo, ataca. Miedo y agresión van indisolublemente asociados.
El conocimiento de cómo
funcionan las cosas y cómo es el universo de los objetos ayuda a
superar los miedos tendiendo a disminuir la agresividad.
El miedo producido ante los
fenómenos naturales fue creando un pensamiento mágico. Una
característica de éste es la inmediatez de la solución.
El primer intento de explicación
de los fenómenos naturales, que producían miedo, fue de índole
mágica y en donde se confunden sentimientos de temor, agresión,
rapidez en la respuesta, escasa acción del hemisferio izquierdo de
la corteza y por el contrario activa participación del hemisferio
derecho.
Por
ejemplo un eclipse total de sol causaría un terror inimaginable; lo
mismo podría decirse de un gran cometa que apareciese en las noches
estrelladas de los hombres primitivos. Hoy sabemos que un eclipse es
la ocultación transitoria, por ejemplo del Sol, total o parcial y es
debida a la interposición de la Luna. Para un hombre primitivo el
Sol era algo incomprensible pues sólo percibía su luz y su calor;
probablemente fue generando un sentimiento de reverencia hasta
culminar en la veneración. Ante su ocultamiento en un eclipse
(observaba un disco negro tapándolo y la falta de luz) generaría un
sentimiento de desprotección
similar al que siente un niño abandonado.
La experiencia de ver repetir los días y las noches mitiga su
angustia nocturna; sabe que luego aparecerá el Sol; su sol adorado.
El culto del Sol fue
probablemente uno de los primeros en manifestarse. Sabemos con
certeza de los antiguos egipcios que adoraban a Ra pero mucho antes
hay constancias de cultos solares.
El
sentimiento de temor inspira la búsqueda de protección.
El hombre primitivo buscaba cobijo al abandonarlo el Sol por las
noches y ante el ataque de depredadores. Los animales más fuertes
que él también eran reverenciados; paulatinamente
fue asociando los pensamientos de temor, abandono, protección y
veneración o respeto.
Comprender el modo de pensar primitivo es ubicarse en un mundo más
hostil que el actual, al menos en lo que a los elementos de la
naturaleza se refiere; no obstante si observamos un turbulento
huracán que se desatare sobre una población desprevenida, quizá
veamos un pánico parecido pero no igual. La gente ya sabe lo qué es
un huracán, cómo se genera y cómo pasa. Luego de la tormenta (con
destrozos incluidos) sobreviene la calma y la reconstrucción. Para
el hombre primitivo cada tormenta era un final. El terror producido
por el desconocimiento es abismal. Sólo le quedaba el recurso de
buscar protección. Lentamente
fue generando un pensamiento mágico de ayuda...
Los
sentimientos y las emociones son una forma elemental de pensamiento;
generalmente son motivadas por percepciones y éstas tienen una
íntima relación con la intuición. Solemos percibir con los
sentidos, estos datos se almacenan en el sistema neuronal y la
intuición constituye la facultad de asociar datos sin una
intervención de la voluntad; simplemente pensamos algo que nos vino
a la conciencia repentinamente sin una acción volitiva. Mucha gente
las denomina "corazonadas" y lo pongo entre comillas pues
el corazón ahora
sabemos que es un
músculo que bombea la sangre, no tiene la capacidad ni de sentir ni
de pensar. La expresión tan común: "te quiero con todo el
corazón" es un resabio del pensamiento mágico. Nuestra total
integridad como personas está radicada en el cerebro con él
pensamos y actuamos. El producto de la acción cerebral (el conjunto
de los dos hemisferios, del sistema límbico y del complejo
reptílico) es el pensamiento con todos sus matices: consciente,
inconsciente, sentimientos, emociones, abstracciones, análisis,
comparaciones, explicaciones, sistemas, teorías, dogmas, axiomas,
etc.; en suma todo lo
producido por el ser humano deriva de los pensamientos.
De allí la enorme importancia que tiene comprender cómo se generan.
Ya mencioné antes que el meollo
de toda la cuestión se halla en la imaginación siendo ésta una
facultad radicada en el hemisferio derecho de la corteza cerebral.
Formamos la imagen de algo en nuestras neuronas; esta imagen suele
sobrevenir en seres donde es mayor la actividad del hemisferio
derecho. Obviamente también es un pensamiento. Suele estar
relacionada con la intuición y las percepciones. La cantidad de
información que contiene nuestro cerebro ya dije que es enorme y
muchas veces sucede que los datos se cruzan sin una intención.
Simplemente surge una representación de algo. Imaginamos algo. Esta
actividad espontánea tiene una importancia fundamental que no ha
sido suficientemente destacada.
Llamo
idea a una imagen que del objeto percibido queda en el cerebro pero
también puede haber ideas no de objetos sino de abstracciones, vale
decir la consideración por separado de las cualidades del objeto.
Las abstracciones parten de un objeto y aquí comienza a actuar el
hemisferio izquierdo. Aun
los mayores conceptos abstractos surgen de un objeto,
siendo la percepción originaria del mismo efectuada en el hemisferio
derecho. El derecho
percibe, el izquierdo abstrae.
El hombre primitivo ¿producía abstracciones? o simplemente
percibía. Probablemente acumulaba información con mecanismos
imaginativos derivados de la simple observación del mundo de los
objetos. Sólo a través de una paulatina y lenta experiencia fue
adquiriendo la facultad de abstraer, originando los pensamientos más
complejos por asociaciones sucesivas. Viendo el día imaginaba que
luego de la noche (que tanto terror le producía) sobrevendría un
nuevo día. Un resabio de esto es el temor de los niños a la
oscuridad. La
información ancestral todavía perdura en nuestros cerebros; el
pensamiento mágico (típico del primitivo) también subsiste y se
manifiesta a través de las creencias.
La
mayoría de las personas dicen en su lenguaje común: "creo
que"; son pocos
los que manifiestan: "pienso
que", "considero
que", "evalúo
que". En la vida
cotidiana contemporánea sigue vigente un mecanismo de actuación
propio de los hombres primitivos. Creer,
tener una cosa por cierta, sin evaluar si ello es correcto genera el
artificio de las creencias, es decir el firme asentimiento y
conformidad con algo sin comprobarlo.
Se cree en personas (que sean honestas y capaces por ejemplo); en la
vida política esto se manifiesta de manera evidente. Con simples
datos de percepción, aun marginales y hasta con imaginación, se
cree en la capacidad (no puesta a prueba) de un candidato. Una simple
sonrisa puede publicitar toda una campaña. Y aseguro que esto es un
dato de la realidad, no una fantasía de mi imaginación; basta con
ver los retratos de los candidatos en las campañas electorales de
casi todos los países del planeta. La vida política está plagada
de creencia. En otro capítulo analizaré la íntima
relación entre religión y política;
los comportamientos son similares pues básicamente están asentados
en el mecanismo de la creencia.
Si
admitimos que la génesis de la conducta del hombre primitivo radica
en el miedo y como respuesta el aumento de la agresividad, vemos que
entender a los niños ayudaría a superar este esquema aún vigente.
Un niño se angustia ante la idea del abandono por parte de los
padres; lo asusta la oscuridad; no obtiene las cosas y llora; su
nivel de información es menor que el de un adulto; su
experimentación es escasa y sin embargo los adultos lo reprenden y
hasta le pegan. El centaurino declara: el acto humano más atroz y
malvado es, precisamente, dar golpes a un niño, violentarlo de
cualquier forma. En la sociedad actual es común el maltrato a los
niños; la violencia familiar tiene ribetes de enfermedad social. El
centaurino considera (no cree) que sus causas son la subsistencia de
un pensamiento mágico que impide el desarrollo de su antípoda: el
pensamiento crítico. Si los adultos comprendieran
a los niños jamás los maltratarían. Ayudarlos a crecer y a madurar
a través de la comunicación (gestual, verbal o gráfica). Para
lograr esto es imprescindible el cambio de pensamiento. Se fomenta el
miedo en los niños, asustándolos en lugar de incentivar su natural
curiosidad. Todos los mitos de represión usados contra ellos han
sido la causal de enormes desdichas para la humanidad.
¿Por
qué mi asociación de ideas entre los hombres primitivos y los
niños? ¿Por qué planteo como en una ensalada rusa o colcha de
retazos estas cuestiones? Precisamente mi metodología de exposición
la denomino así: colcha
de retazos o ensalada rusa.
Consiste en ver el árbol y el bosque pero todo al mismo tiempo; esto
permite la agilización
en la comprensión de
la información volcada. Manejar
información científica pero comparando permanentemente los datos
entre sí. Saltar de
un archivo a otro aparentemente inconexo, como en un juego. Supongo
que lo hace más divertido y fácil de asimilar; lo imaginé viendo a
los niños jugar (y crear) frente a una computadora. Ellos aprenden
mucho más rápido pues tienen menos información, usan más que los
adultos el pensamiento crítico y tienen más curiosidad; de allí
sus constantes preguntas que tanto apabullan a algunos [¡a muchos!,
añade el centaurino] adultos. Además los niños no son aún
hipócritas, no actúan, son más auténticos. El centaurino y yo
queremos a los niños, ¿se advierte?
Con
la experimentación (recuerdo lo importante del uso de las manos) el
hombre primitivo fue adquiriendo conocimiento. Saber
cómo funcionan las cosas y repetir las experiencias; entender las
relaciones y crear o inventar herramientas para lograr más y mejores
cosas. Pero seguían
sus miedos. ¿Comprendía el hombre la muerte? ¿Qué pensaba ante el
cuerpo sin vida de algún compañero? Al matar a sus presas para
alimentarse ¿asociaba ambos acontecimientos?
Es muy probable, dado el nivel
de su información, que tuviese poca memoria y los hechos rápidamente
pasaran al olvido. El recuerdo es la permanencia de una imagen de
cosas, personas o hechos sucedidos con anterioridad y archivados en
las conexiones neuronales; la característica es la recuperación a
nivel consciente por un acto de la voluntad. Cuando no puede
recuperarse volitivamente quizá se halle almacenado pero fuera de la
memoria inmediata; algún acontecimiento o información conexa puede
ayudar a su recupero. Este mecanismo suponemos que en el primitivo no
estaba desarrollado; algo similar a lo que sucede con los niños:
¿quién recuerda sucesos de los primeros tres o cuatro años de
vida? La información está pero difícil es su recuperación, con un
acto de la voluntad sólo no basta; en psiquiatría y con sustancias
químicas se logra producir la rememoración del evento.
En el hombre primitivo los
peligros incesantes lo sometían a un estrés permanente que impedía
la rememoración. Se sabe (por los restos fósiles) que el promedio
de vida era escaso; difícilmente superase los veinte años.
El
homo ya sapiens fue organizándose en grupos y con tareas
específicas; allí comienza la estructuración social que fue
generando un mejor control sobre las cosas cotidianas; pero también
se inicia la pérdida de su libertad. Al
delegar en otros se establece de manera consciente la jerarquía.
Antes el predominio se manifestaba en forma transitoria. Al
organizarse en grupos mayores se acuerda y se acepta de manera más
permanente a un jefe de la horda.
Conviene destacar que el
lenguaje era muy escaso y los gestos abundantes. La comunicación
gestual precedió a toda manifestación oral y subsistió y subsiste
de manera notable. En la vida moderna se suele acompañar con gestos
de las manos un relato y el énfasis con que se expresan algunos nos
retrotrae a ése pasado lejano. Algunos consideran un resabio
primitivo la abundancia en los gestos y lo asocian con los grandes
neuróticos del siglo XX. El uso de un lenguaje claro, adecuado,
conciso, quizá nos ayude a disminuir el nivel de agresividad. Cuando
las palabras no alcanzan se levantan los puños. Recuerdo la gran
gesticulación de Hitler y de otros dictadores. El gesto amenazante
es muy usado por algunas especies de primates. Los gorilas se golpean
el pecho (que les retumba como un tambor) en señal de autoridad y
exigencia de sumisión. En los grupos de gorilas tanto el macho
dominante como el resto tienen una importante cantidad de ritos
gestuales pero claro...ellos no hablan. El hombre primitivo también
tendría una enorme variedad de gestos y éstos son un elemento
fundamental en el origen de los ritos.
Los
ritos o ceremonias son otro resabio de nuestros ancestros y
probablemente están asociados a un deseo de obtención de cosas. El
pensamiento mágico se exterioriza entonces con abundancia de gestos,
ritos y ceremonias que pretenden inducir el hecho extraordinario o
mágico que desean. Cumplimentar
los deseos a través de una ceremonia.
Las reglas precisas de todo ritual nos dan la pista del mecanismo
usado por los cerebros de quienes las practican.
Miedos,
agresividad, deseos, imaginación, memoria, gestos, ritos, reglas,
autoridad, primitivo, niños, sociedad enferma en el siglo XX;
precisos conceptos que van marcando el pensamiento mágico.
Al delegar pierde libertad pero
¿es imprescindible delegar? Se admite que al organizarse socialmente
es necesario el predominio de algunos sobre el resto. El argumento es
fijar reglas para la convivencia. ¿Quién las fija? Se dice que esto
crea la necesidad de una autoridad que lo haga. La horda necesitó a
un jefe para establecer las reglas y hacerlas cumplir. Sin embargo el
centaurino plantea otra hipótesis que explicaría muchos
comportamientos humanos del pasado y de la actualidad.
La
importancia de los deseos y de la imaginación fue señalada varias
veces y aquí es donde se manifiesta en toda su intensidad. Desde los
prehomínidos hasta el homo sapiens primitivo la información que
pululaba por sus incipientes cerebros es altamente probable que fuera
de naturaleza perceptiva y escasamente analítica. Observaban el
medio ambiente y tratando de sobrevivir actuaban casi por
programación genética. Sus pensamientos eran consecuencia directa
de observaciones inmediatas; muy
poco recuerdo y las
experiencias casi ni se trasmitían sólo las vivencias individuales
los movían a actuar. En este contexto la necesidad de obtener presas
para alimentarse (en los homínidos carnívoros o omnívoros) los
obligó a comunicarse; al principio por gestos y luego desarrollando
un lenguaje. En los herbívoros (comedores de frutas o raíces)
probablemente la necesidad de comunicación era bastante menor y
quizá fueran exterminados por sus congéneres omnívoros.
Las distintas variedades de
australopithecus comenzarían con el afarensis y el anamensis y luego
se abrirían dos ramas: la primera rama con el africanus, el robustus
y el boisei se extinguió hace aproximadamente un millón de años,
mientras que la segunda rama evolucionó hacia el género homo. El
homo habilis sería el primer homo y su descendiente lineal es el
homo erectus que se extendió ampliamente encontrándose fósiles en
Europa, África, China y Java. Finalmente el homo sapiens comenzó a
emerger del homo erectus en varias partes del planeta hace unos
trescientos mil años. Durante un lapso de ciento cincuenta mil años
prosperó una variedad denominada hombre de neandertal que se
extinguió según algunos por competencia con el sapiens y según
otros por debilidades genéticas o taras. Ya sea los australopithecus
o los homo (en éstos en mayor medida) la percepción del mundo que
les rodeaba era mucho mayor que en el resto de los animales. El ser
bípedos y por ende la liberación de las manos les facilitó el uso
de piedras y ramas o huesos; la herramienta indica un comienzo de
pensamiento asociativo. Los problemas que se les presentaban
requerían respuestas rápidas y concretas pero en el uso de las
herramientas se revela un mayor detenimiento: ya piensan, relacionan
cosas.
La
respuesta rápida exige imaginación. El
desarrollo de la imaginación fue haciéndose cada vez mayor y tomó
el lugar de la observación. Observar es examinar con atención;
percibir es la simple captación de los objetos a través de los
sentidos; imaginar es formar la imagen de algo en el cerebro.
Una triste realidad es que los homínidos tendemos a dar respuestas
aun cuando no se tengan los medios de alcanzar las respuestas
correctas. El
reemplazo en gran medida de la observación por la imaginación tuvo
la consecuencia de dar ésas respuestas incorrectas.
Si bien la observación del primitivo es muy rudimentaria, casi una
percepción, le sirvió para comprender la manera de sobrevivir. En
cambio al utilizar la imaginación para explicar las cosas en rigor
sería una pseudo-explicación. En otro capítulo examinaré esto
como el surgimiento de la filosofía, es decir la pseudo-explicación
imaginaria.
¿Cuál
es el origen de la religión? Antes, ¿qué es la religión? Habiendo
comprendido el inicio del pensamiento mágico en los hombres
primitivos se hace más fácil contestar a éstas preguntas. La
religión es un conjunto o sistema de creencias que los hombres
fueron elaborando.
Estas creencias cuando forman un conjunto de cierta homogeneidad y
están organizadas con jerarquías y rituales van constituyendo una
religión en el sentido más moderno. Pero en los orígenes el
pensamiento mágico se expresaba a través de ritos consensuados
tácitamente. El
objetivo de un rito es obtener la cumplimentación de un deseo.
Se hace determinado gesto o acto para que, mágicamente, sobrevenga
el evento apetecido. Los ritos de todo tipo los manifiesta el ser
humano a cada instante; son los actos obsesivos investigados a partir
de algunas escuelas psicológicas que comenzaron a darle extrema
importancia a estos rituales cotidianos que son tan evidentes en las
neurosis obsesivas pero que todos efectuamos en mayor o menor medida.
En
todo rito los gestos o maniobras con las manos se hacen trascendentes
para la concreción del objetivo.
Muchas veces los gestos están acompañados por palabras y éstas
deben ser precisas en el orden de enunciación. En los ancestros
homínidos sabemos, por
los restos fósiles y objetos que los acompañaban,
que los ritos ya existían como forma posiblemente de obtener
protección ante los peligros que acechaban. Los primeros rituales
del ya homo serían como medio de defensa ante el peligro exterior a
la horda pero expresados como pedido a algo ajeno a su naturaleza.
Aquí es donde aparecería el Sol como uno de los primeros objetos de
veneración y búsqueda de amparo. Animales de gran fuerza o poder
también serían objetos de veneración; la
formación del tótem o primitivo símbolo protector es previo a la
religión.
El
miedo inspira el deseo de protección y la noción de ayuda es su
consecuencia; se busca
la protección como los niños lo hacen espontáneamente ante
cualquier evento que sientan peligroso.
Ellos (los niños) acuden a sus padres, el hombre primitivo acudía a
los objetos de su veneración; el hombre moderno hace lo propio con
su dios. Es una tendencia natural la búsqueda de ayuda ante el
peligro. Una persona que se está ahogando pide socorro. El terror
paraliza y luego la primera reacción es la huída o el ataque; la
búsqueda de ayuda es una elaboración posterior y requiere un mínimo
de razonamiento no ya una acción instintiva como lo es la huída o
el ataque. Un pensamiento previo a la búsqueda de ayuda es tener la
idea de a qué o a quién recurrir y el último recurso es el objeto
de la veneración. En algunas circunstancias de extremo peligro en el
hombre moderno (caso de quien se está ahogando, por ejemplo) son
casi
simultáneos el terror y el pedido de ayuda pues ya sabe que hay
alguien cerca para socorrerlo. No obstante esas fracciones de tiempo
determinan si el hecho se convertirá o no en tragedia.
La necesidad de ayuda hizo que
el hombre primitivo elaborara ritos propiciatorios pero también el
deseo de obtener cosas que lo beneficiaran fue el motivo de que el
rito simple se transformara en ceremonia: conjunto de ritos
singulares que requieren una celebración de más solemne
preparación.
Una
de las características básicas de las religiones modernas
burocráticamente organizadas es el pedigüeñismo:
pedir cosas a la respectiva divinidad;
desde alimentos hasta trabajo, desde deseos apetecidos hasta salud.
El ceremonial utilizado suele ser variado pero la
acción es la misma: pedir.
A veces el pedido es altruista pero muchas veces suele ser egoísta,
sólo para uno mismo.
El
pensamiento mágico se expresa en toda su magnitud en ésos pedidos.
Se pide y se espera la satisfacción del pedido. Si por esos
vericuetos del azar se concreta el hecho mágico solicitado se cree
en el poder de la divinidad y en su especial predilección por el
respectivo sujeto pero si no se realiza se dice que uno está
abandonado y que es culpable de algo por no agradar al dios. La culpa
genera la penitencia y un
estado depresivo con el consiguiente empequeñecimiento del hombre
frente a la divinidad, lo cual recicla el proceso.
Algunos más astutos observando este mecanismo
casi natural en los
hombres imaginaron una forma de obtener el poder sobre ellos
adquiriendo el derecho a fijar las reglas de convivencia social en el
grupo. Los primeros jefes de la horda primitiva fueron los
manejadores de ése sutil mecanismo pedigüeño. En las sociedades
modernas este manejo fue ampliado: además de los respectivos
sacerdotes o intérpretes de la divinidad están los actuales
políticos.
La
transición entre los primeros ritos propiciatorios a las ceremonias
más complejas fue paulatina y el pensamiento mágico evolucionó
hacia un intento de explicación de los fenómenos naturales. La
necesidad de explicar las cosas surge de la organización grupal. Las
primeras explicaciones van formando las primitivas reglas que
permiten la convivencia social. En las antiguas civilizaciones vemos
las reglas religiosas como sustento normativo. Previo
a la norma jurídica es la regla religiosa.
Los primeros jefes de la horda
primitiva imaginaron o inventaron ritos donde ellos eran los
protagonistas y los intérpretes de la divinidad; ésta hablaba a
través de ellos. La divinidad se manifestaba a través de los dichos
y los actos de sus intérpretes: los primeros jefes de la horda.
Ellos revestían el poder delegado por los otros. Se debían
distinguir y para ello imaginaron o inventaron símbolos
representativos de ése poder. Los primeros símbolos fueron objetos
con un especial contenido mágico. Eran usados por los jefes quienes
además guardaban éstos símbolos en lugares reservados; éstos
sitios tan especiales cobijo de los objetos-símbolos (insisto:
representaban el poder de la divinidad) son la génesis de los
templos o lugares sagrados de épocas posteriores.
Los
lugares sagrados era además la casa-habitación de los intérpretes
de la divinidad: los jefes de la horda primitiva. En los comienzos de
la organización grupal el jefe de la horda que detentaba el poder
(delegado por el grupo) de dictar las reglas para todos fue asumiendo
el carácter de vocero o intérprete de la divinidad al advertir la
influencia de esto como ya mencioné. Las
primeras reglas fueron expresión de una necesidad de convivencia
pero lentamente surgieron reglas para consolidar el poder del jefe.
Estos personajes (como en la actualidad) se regodean con el ejercicio
de la función de mandar sobre los demás y buscan perpetuarse. El
manejo de los sagrados objetos-símbolos y el ser depositario de los
mismos fue extendiendo su influencia; el
hecho de habitar el lugar sagrado determinó definitivamente su
hegemonía.
Desde
el inicio de la organización social los homo sapiens aplicaron el
pensamiento mágico. La
confluencia del poder político (reglar sobre las acciones del grupo)
y del poder religioso (reglar sobre las acciones y sobre los
pensamientos del grupo) se consolidó porque previamente existía una
enorme predisposición generada por el pensamiento mágico.
El poder en principio delegado por el grupo luego fue sustituido por
la expresión de la voluntad de la divinidad, es decir, los jefes de
la horda mandaban porque así lo establecía la divinidad; pero como
ellos eran los voceros de la respectiva divinidad en
realidad mandaban porque ellos lo querían. No cabe duda que éstos
primitivos jefes eran los más astutos del grupo.
La
tendencia a construir mundos imaginarios es tan impulsiva que
constituye sin duda un fenómeno característico de la esencia misma
del ser humano. Esto está reforzado por el hecho de pensar en
imágenes y éstas generalmente son una manifestación del deseo.
Deseamos algo,
pensamos en ello y así lo obtendremos;
este substrato del pensamiento mágico sirvió al jefe de la horda
para mantener su predominio. Cuando el deseo no se cumplía la culpa
era del sujeto; algo habría hecho que no satisfacía a la divinidad,
en rigor al jefe. Jefe y divinidad comenzaron a confundirse en uno.
Los antiguos egipcios, por
ejemplo, constituyeron una sociedad basada en este principio. El
faraón (el jefe) era también la imagen viviente del Sol; después
de su muerte el faraón deificado se identificaba con Osiris, el dios
del reino vegetal, que había sido muerto y cortado en pedazos por
Seth, un cruel dios del desierto; Horus, hijo de Osiris lo resucita;
el mito de Osiris lo proclamaba rey y juez de los muertos siendo este
culto un poderoso instrumento de opresión.
Los
primeros mitos religiosos sirvieron para sustentar el poder político
de los jefes. La
imaginación ayuda a construir historias donde el elemento mágico
subyace satisfaciendo deseos. Un deseo primordial fue siempre la
continuación de la vida más allá de la muerte. El
mito de la vida eterna es uno de los más arraigados en las creencias
religiosas. En
dibujos y gráficos de todo tipo se observa siempre que el hombre
tuvo una especial predilección por estos relatos. Ya en el período
histórico el material en este sentido es abundante y demuestra que
el deseo puede transformarse en obsesión. Los mitos de paraísos
donde morarían los difuntos existen en casi todos los pueblos. En
esos maravillosos lugares se cumplirían los anhelos de eterna
felicidad siendo esta
idea una forma de consuelo ante el hecho inexorable de la muerte.
Si
bien en las sociedades modernas este tipo de creencia está bastante
mitigado suele ser, no obstante, una secreta ilusión de muchísima
gente. Esta esperanza se manifiesta sin duda en el lenguaje común.
Es típica la expresión de consuelo de los deudos en los velatorios:
"te mira desde el cielo" o similares. Las palabras reflejan
los pensamientos aun cuando sean dichas por simple cortesía. La duda
subsiste en una gran mayoría que tiene la ilusión
de reunirse con el pariente fallecido "en el cielo". El ser
humano actual, en su gran mayoría, piensa en una vida futura y
eterna. Este deseo se expresa de diversas maneras pero siempre está
latente. El mundo de
la imaginación y de los deseos es la exteriorización del
pensamiento mágico.
El comportamiento está imbuído de éste pensamiento y nos lleva a
actuar con hipocresía. Sabemos que algo existe sólo en la
imaginación pero sin embargo lo pensamos y consentimos como cierto y
valedero. En el lenguaje común hay expresiones como por ejemplo:
"las brujas no existen pero que las hay..." Todo lo mágico
tiene un secreto y sutil encanto esto explica el auge de las
pseudociencias como la astrología. "¿De qué signo eres?"
es una típica pregunta. La enorme mayoría de la gente contesta
afirmativamente acertando en "su signo"; todos lo conocen,
crean o no crean en los supuestos horóscopos. Hasta el centaurino
dice: "yo soy de Ofiucco" (otra constelación zodiacal que
se les escapó a los "magos")...
La
astrología es una típica manifestación del pensamiento mágico.
Si bien antiguamente fue la prehistoria de la verdadera ciencia que
es la astronomía; hoy día es una clara y evidente pseudociencia. Su
refutación es tan elemental que no valdría la pena hacerla pero
como es tan consentida y guía los pasos de muchísima gente
convendría mencionar algunos detalles. Mellizos,
con el mismo horóscopo, frecuentemente tienen suertes diferentes. Lo
mismo para el hijo de un rey y el de un obrero desocupado que nacen
en el mismo instante.
Todos los soldados que mueren en la misma batalla deberían tener el
mismo horóscopo. Desde aproximadamente el año 1840 es posible medir
distancias a las estrellas y se encontró que las constelaciones del
zodíaco no formaban grupos de estrellas próximas entre sí, sino
que se hallaban a muy distintas distancias de la Tierra. En realidad
las constelaciones son sólo un efecto aparente; los signos del
zodíaco se han desplazado aproximadamente un lugar, pero como los
astrólogos siguen con las fechas de hace 4000 años, nos "predicen"
con signos que no son los que nos corresponderían en la actualidad
(el caso de Ofiuco mencionado antes). Otros cuestionamientos: ¿por
qué se elige la fecha de nacimiento en vez de la de concepción?;
¿tiene horóscopo la gente que nace cerca de los polos y que no
puede ver al Sol o a los planetas por varios meses, ya que éstos se
ubican debajo del horizonte? Finalmente un simple experimento: ver
distintos diarios de una misma fecha y comparar sus "predicciones"
astrológicas para un mismo signo; ¿serán consistentes o se
contradicen y mencionan cosas diferentes? Todo dependerá de la
"sapiencia" de cada "mago astrólogo"... La
enorme difusión de la astrología en el mundo contemporáneo
demuestra la vigencia del pensamiento mágico.
Las
religiones comienzan con mitos, generalmente de creación del mundo y
descubrimos subyacente en ésos mitos una concepción antropomórfica.
Los hombres construimos lugares para cobijarnos, casas, ciudades y
ésta idea se transfiere a la divinidad: el
dios respectivo "construyó" al Universo.
Como en nuestra vida, desde los primeros homínidos hasta el homo
sapiens actual, hacemos cosas, desde las primitivas herramientas
hasta los más modernos y sofisticados aparatos electrónicos,
concebimos el pensamiento de causa, origen o creación. Por ello, el
pensamiento de creación del mundo tiene una raíz antropomórfica.
El "universo de los humanos" transferido a la divinidad. En
todas las religiones la respectiva divinidad tiene un sospechoso halo
antropomórfico. En
realidad nuestra
imaginación "creó" una divinidad y le transfirió el
mismo mecanismo constructor nuestro.
"Y pasó Dios a decir: hagamos un hombre a nuestra imagen, según
nuestra semejanza", reza un pasaje bíblico (Génesis 1: 26,
27.), actualmente podríamos decir que los
hombres imaginamos un dios a nuestra imagen y semejanza... Nosotros
construimos, él construyó; nosotros creamos, él creó.
Nuestro deseo de un creador original es compatible con una necesidad
de explicación del comienzo del mundo. Nuestra experiencia
constructora la transferimos a ése creador supuesto. La imaginación
humana fue elaborando mitos de creación que en muchos casos son
luchas de dioses por tener la preeminencia; estos
seres actúan siempre como hombres; son un reflejo de la conducta
humana. Los hombres
anhelan poder, los dioses también. Los dioses son vengativos (Yahvé
con Moisés, por ejemplo), los hombres también. Es un círculo:
dioses y hombres, hombres y dioses. La
fértil imaginación explicando el funcionamiento del universo.
Los deseos de poder del primitivo jefe de la horda mezclándose con
las fantasías de la imaginación consolidando ése poder. Los
"ángeles" buenos destronando a los "ángeles"
malos...
Los
dioses son necesarios para mantener el poder y no sólo como una
simple explicación de los orígenes.
No hay un real intento de explicación pues no hay observación. Hay
un pretexto para consolidar el poder.
Los dioses hicieron al mundo, luego los dioses otorgaron el poder a
los reyes. Este origen divino del poder suplantó a la primigenia
delegación. Un sutil subterfugio es la famosa frase: "la voz
del pueblo es la voz de Dios" y la otra "los pueblos nunca
se equivocan" (?). Actualmente en los países musulmanes de
extrema influencia religiosa muchas veces los mismos religiosos
detentan el poder de manera directa, como en el caso de Irán con los
ayatolas que deberían ser sabios doctores conforme a su religión y
en cambio operan como sacerdotes. En el resto de los países la
influencia religiosa sobre el poder es notoria.
Los
intentos religiosos de explicación del origen del universo no
persiguen en realidad llegar al conocimiento de las cosas sino a la
justificación del poder.
Están íntimamente relacionados con el poder; son el poder en última
instancia. De allí que todas las religiones tienen una estructura
jerárquica y peligrosamente unipersonal en su cúspide. Desde
oriente hasta occidente, desde los Lamas hasta los Papas. Las
religiones son además ecuménicas, buscan la universalidad de su
pensamiento. La idea de que el supremo bienestar de los hombres está
dentro de ellas y que fuera está el mal es también una constante.
Nosotros somos los
buenos, ellos son los malos. Este pensamiento indudablemente de raíz
mágica ha sido el detonador de todos los conflictos bélicos.
Aquí
comienza a vislumbrarse la sutil relación entre el pensamiento
religioso y el pensamiento político-militar. La fuerza es la manera
primitiva de ocupar el poder, de mantenerlo y de expandirlo. Ya vimos
que el poder es un deseo permanente de los hombres, está en su
naturaleza y cuesta modificarlo. Pretender ser superior a los otros
es la manera de manifestarse ése deseo de poder. Para ello se exige
una estructura jerárquica. Religiosos, militares y políticos la
tienen. La jerarquía es una característica básica y exige un
continuo ejercicio del pensamiento mágico. Esto explica lo
refractario que son a las críticas los religiosos, los militares y
los políticos. También explica que en los tres casos existan
cuerpos de normas doctrinales muy precisos. Doctrina
religiosa, doctrina militar, doctrina política.
Sistemas
cerrados de reglas que impiden el libre debate; son dogmas que rigen
el comportamiento de sus adherentes. Para cambiarlas se necesitan
especiales mayorías y siempre dentro de una misma línea o doctrina.
Cada una de estas organizaciones (religiosas, militares o políticas)
se mantienen herméticas y confrontan con sus similares. Esta
competencia ha generado los más grandes conflictos en la historia de
la humanidad. No hay
debate, hay enfrentamiento que lleva al conflicto. Las guerras son
una prueba de este estúpido comportamiento; lo mismo puede decirse
de las persecuciones, los atentados y todos los confrontes que
soslayan el libre debate.
El
pensamiento mágico emerge siempre en estas conductas que buscan
imponer a los demás
el propio criterio.
El
centaurino entiende las cosas de otra manera: cualquier idea, incluso
la mejor solución del mayor problema, se enriquece con el aporte de
otras ideas. Los humanos defendemos
las ideas propias en lugar de debatirlas. El centaurino observa que
una simple idea se transforma en un órgano vital que hay que
defender ante el otro. Se encarnan las ideas; como un trozo del
cuerpo; cambiar una idea es quitarle el hígado al sujeto. Para el
centaurino, muchas
ideas aportadas por distintas personas pueden amalgamarse en una
mejor idea para todos. No el triunfo de mi idea o de la del otro,
sino lo mejor de ambas; con debate y mutuo acuerdo.
En los sistemas de ideas cerradas, como los dogmas, ello es altamente
improbable.
En la Edad Media la Inquisición,
el Tribunal del Santo Oficio, quemaba vivas en la hoguera a las
personas que denominaba herejes, es decir aquellos que disentían del
dogma religioso. Los político-militares ejecutan a los prisioneros o
a los "traidores", generalmente simples disidentes. Cuando
no hay debate, hay represión.
Los
símbolos-sagrados coadyuvan en la represión; que el lector haga la
prueba de no ponerse de pie (estando previamente sentados) cuando se
ejecuta el himno nacional respectivo en alguna ceremonia o se iza la
bandera nacional respectiva. Esto sucede en todos los países ya que
se considera una falta
de respeto a los
símbolos nacionales. Política y religión, religión y política.
Dos conceptos que actúan conjuntamente en sus exigencias. Supongamos
a una persona que no tenga pensamientos nacionales o "patriotas"
(cuando las naciones se preparan para la guerra, es decir a matar,
comienzan a llamarse patrias) y que se considere un ciudadano del
mundo sin banderas ¿por qué debe ponerse de pie?, ¿hace algún
daño actuando acorde con sus pensamientos? Falta el respeto; he aquí
el quid de la cuestión. Religión
y política exigen respeto, es decir veneración, acatamiento; no
admiten el disenso y mucho menos el debate.
El concepto de respeto luego lo analizaré en profundidad.
En las sociedades modernas
existen las democracias con derechos humanos y libertad de
pensamiento y de libre expresión. Pero esto es en la letra de las
constituciones y de las leyes no en la realidad concreta de los
hechos. Por ejemplo, el libre debate con el aporte de los no
religiosos no existe. Apenas alguna persona manifiesta una posición
no creyente de los dogmas religiosos predominantes, de inmediato se
la hace callar. En los medios masivos de comunicación como la radio
y la televisión, pululan por doquier las distintas posiciones
religiosas y mágicas: desde católicos hasta todas las sectas
protestantes, desde judíos hasta musulmanes, desde adherentes al Sai
Baba hasta adictos a la astrología, desde fervientes partidarios
esotéricos hasta magos y adivinadores del porvenir. Todo el amplio
espectro del pensamiento mágico y religioso está presente en los
medios. Ello es así en todos los países del planeta. Las más
fantasiosas concepciones de la imaginación humana hallan cabida en
la televisión, por ejemplo; los brujos filipinos que "hacen"
operaciones quirúrgicas con las manos son las "estrellas"
y sus apologistas son los autores llamados a las entrevistas
periodísticas; en ellas se dicen tantos disparates que causan risa
aunque en realidad es dramático. Lo mismo sucede con los famosos
"curas sanadores"; sacerdotes católicos o pastores
protestantes que curan enfermedades con "imposición de manos"
o con palabras. Para eludir la sanción penal de ejercicio ilegal de
la medicina (ya que de ello se trata) dicen que es Dios o Jesucristo
quien cura pero que lo hacen a través de sus manos o de sus
palabras; arguyen un poder "espiritual" que fluye de la
divinidad y que ellos son sólo los trasmisores. Con este falaz
argumento usan la autosugestión de mucha gente crédula que a veces
mejora transitoriamente algunos síntomas para luego caer en crisis
mayores de su enfermedad. Esto es muy peligroso para la salud
pública, sin embargo la impunidad de que gozan estos fatídicos
personajes es notoria. Hasta muchos funcionarios públicos los
consultan...
Apenas
algún científico serio aparece muy esporádicamente en los medios
masivos. Jamás escuché o vi a un ateo exponer su pensamiento; casi
imposible un debate
entre religiosos y ateos.
Los dogmáticos no admiten los
debates, se sienten menoscabados, consideran un ataque discutir sobre
su dogma, lo entienden como una falta de respeto.
Esto
es lo más grave: considerar
una falta de respeto cuestionar las religiones.
¿Por qué sucede esto? ¿Por qué no se puede cuestionar a las
religiones en un simple debate cortés y educado? Con palabras
mesuradas e ideas respetuosas de la posición ajena ¿por qué no se
hace en los medios? La
realidad es que no hay libertad para hacer este debate en los medios
masivos de comunicación. Sin embargo el debate se tornará
imprescindible más temprano o más tarde y seguro en el siglo XXI.
Muchos arguyen que la idea
religiosa es propia de cada uno y que tienen el derecho de ejercerla.
Es claro y evidente que ello es así; cada uno puede tener la idea
que desee y ejercer ése derecho mientras no dañe a otro. Un simple
debate entre un religioso y un ateo ¿a quién daña? ¿Acaso los
creyentes dejarán de serlo? La gente no cambia fácilmente sus
convicciones con los debates y en el supuesto de que así fuera
¿temen perder adeptos? Pues bien no deben temer; la inmensa mayoría
continuará creyendo lo que desee. El universo de los deseos y las
ilusorias fantasías seguirá vigente. Entonces ¿para qué debatir?
Pues simplemente para que los otros (los no creyentes) también
ejerzan su derecho sin dañar, permitiéndoles al menos exponer sus
pensamientos ya que los creyentes rehuyen el debate.
En
realidad el problema es más complejo y en los próximos capítulos
intentaré dilucidar la cuestión. El enorme progreso tecnológico de
la actualidad requiere pensamientos críticos pues tecnología de
avanzada con pensamientos mágicos puede deparar horrores peores que
los generados en el pasado: tecnología
con pensamiento mágico será más terrorífica que la misma
Inquisición.
El uso de la imaginación en
reemplazo de la observación para comprender los sucesos y fenómenos
de la vida cotidiana fue llevando paulatinamente a la formación de
mitos y leyendas.
El hecho natural más
significativo en la vida humana es el nacimiento; si no naciéramos
no existiríamos. Un poco de ironía y de buen humor no viene mal
¿verdad centaurino?
El trauma del nacimiento es el
año cero en la historia del individuo pero éste también tiene una
prehistoria: la vida intrauterina. El feto flotando en el líquido
amniótico está amortiguado, alimentado a través del cordón
umbilical, con temperatura constante, oxígeno, expulsión de restos,
todas sus necesidades cubiertas por el cuerpo de la madre, vive, en
síntesis, en un estado de total satisfacción dentro de su "universo
amniótico". De pronto es interrumpido su placentero letargo sin
su intervención; comienza un cataclismo terrorífico, es movido
violentamente, maltratado, comprimido y luego de horas intermitentes
de tortura por las contracciones uterinas finalmente es expulsado,
apretando su cabeza a través del canal vaginal. Los nacidos por
cesárea tienen suavizado este proceso.
Todo esto y su contacto con la
realidad exterior, sobre todo comenzar a respirar, marca en su
cerebro una huella perpetua hasta su muerte. Este proceso traumático
induce a un determinado comportamiento ulterior. Es la reactivación
de los resabios de nuestros remotísimos orígenes prehomínidos.
El trauma del nacimiento junto
con el caudal genético, el ADN depositario de la información
hereditaria y el posterior aprendizaje cultural y social configuran
la triada de hechos fundamentales que constituirán al futuro adulto.
Durante el período de gestación
el feto va adoptando una postura que es típica (recogidas las
piernas y tocando con las rodillas la cabeza) y que se denomina
genéricamente como "posición fetal". De esta forma cierra
el feto un círculo que se adapta a las dimensiones y a la forma del
vientre materno. Muchos meses flota el feto dentro del líquido
amniótico en esta postura. En un estado letárgico y placentero;
protegido y satisfechas todas sus necesidades de calor y alimento. Es
un estado "paradisíaco". Los adultos añoramos ese paraíso
perdido, origen de este mito tan difundido.
En la vida adulta la mayoría de
las creencias religiosas identifican el pedido de dones a las
respectivas deidades con rituales donde arrodillarse y adoptar
posiciones fetales es característico. Las plegarias a los dioses fue
acompañada siempre de ritualismos donde la postura fetal es
determinante. Sabemos de restos fósiles y de momias que se
enterraron en esta posición.
Es evidente que en el adulto hay
una regresión a su época fetal cuando solicita protección y busca
el amparo mágico.
Enterrar a los muertos en esta
posición vuelve a los dioses más proclives a recoger el "alma"
de los difuntos. El motivo de los rituales en todas las religiones es
obtener el favor de la deidad.
Algunos pueblos son más
ritualistas que otros; por ejemplo en Oriente se observa cómo esta
característica básica se halla muy desarrollada. En Japón, China,
India, Malasia, etc. vemos que el ritualismo es acentuado y se mezcla
con costumbres occidentales produciendo una extraña mezcolanza. Las
ceremonias del té en Japón y las representaciones teatrales llenas
de alegorías con claras reminiscencias ancestrales nos muestran un
notorio y persistente pensamiento mágico. Las procesiones tanto en
Occidente como en el Lejano Oriente son otra típica expresión
ritual, con paseos de estandartes e imágenes sagradas. En algunos
países estas procesiones rituales son una verdadera fiesta popular
con gran participación de gente de todas las capas sociales.
El ritualismo se manifiesta en
todos los órdenes de la vida y no solamente en los mitos y
religiones. Las burocracias modernas y antiguas están llenas de
rituales determinados que si no se satisfacen queda incumplimentada
la gestión. Los desfiles en determinadas fechas y con formas
expresas o cuando un país se prepara para la guerra. Hasta en
espectáculos deportivos se manifiesta el rito, por ejemplo la vuelta
olímpica al ganar un torneo. Y cosa "curiosa" generalmente
estas vueltas tienen forma de círculo.
Esta forma de círculo es común
a muchas manifestaciones humanas como si quisiéramos "cerrar"
todo proceso.
La idea de sistema cerrado,
donde todo esté servido para ser aceptado sin análisis crítico
está latente siempre.
La moda en la vestimenta es
también ritual y lo mismo puede decirse de los protocolos en los
ámbitos gubernamentales y en la diplomacia.
Hay infinidad de ritos
cotidianos en donde si no se cumplimentan determinados requisitos
creemos que los hechos no serán como lo planeamos. Estas ideas
fijas, neurosis obsesivas, todos en alguna medida y forma las
realizamos cotidianamente. Cuando estos actos se hacen compulsivos el
problema se agrava. Muchas veces tales actos rituales son simbolismos
de ideas reprimidas.
A través de los rituales
buscamos la realización de los anhelos y fantasías que nos lleven a
la tan ansiada felicidad. Las ideas de "paraísos" o
lugares de eterna dicha surgen como una regresión al seno materno
donde estábamos protegidos de los peligros de la realidad exterior.
Casi todos los mitos, leyendas y religiones tienen implícita o
explícitamente esa idea de "paraíso" y se llega a él a
través de alguna forma o rito a cumplimentar. Los requisitos son
variados y en ellos aparecen ya, ideas propias de cada subcultura.
El paraíso musulmán que fue
creado por Mahoma para "premiar" a los guerreros con las
jóvenes huríes y que posibilitó la conquista árabe a partir del
siglo VIII de nuestra era es un ejemplo.
Ese dato es importante pues
exacerbó el ímpetu belicista. Las guerras "santas"
tuvieron lugar en múltiples períodos históricos, participando en
histerias bélicas muchas creencias y muriendo prematuramente
infinidad de seres humanos.
La agresividad y el ritualismo
se trasladan de las ideas religiosas al ámbito de las ideas
políticas.
Volviendo al análisis del
trauma del nacimiento, vemos como el feto es agredido repentinamente
en el momento del parto. Dicha violencia deja una huella y la
agresividad queda impresa en su cerebro. Si a esto se añade la
transmisión genética a través del ADN de millones de años de
evolución y de selección natural comprenderemos mejor el porqué de
muchas conductas. En la relación madre-feto para éste la madre es
un ser superior pues depende totalmente de ella. Incluso al nacer
subsiste la dependencia al succionar el pecho materno; en realidad el
recién nacido y su madre constituyen una sola entidad biológica en
los primeros tiempos.
El niño necesita las caricias,
la mirada y el calor materno en forma imprescindible para poder
superar sin más secuelas traumáticas los primeros meses de vida.
Esta etapa es crucial para el desenvolvimiento del futuro adulto.
Los pechos maternos son de forma
esférica. La imagen de una figura circular es una síntesis de
sistema y de cosa cerrada, aparece en momentos álgidos que van a
producir fijaciones en el inconsciente del recién nacido. Yo ato
este cabo suelto con el anterior, durante la gestación la postura
fetal cerrada dentro de la forma también esférica del vientre
materno.
La
imagen circular y la esfera están siempre presentes a la apreciación
y a la percepción del hombre. Una expresión común dice: "le
salió redondo"
como sinónimo de cosa bien hecha.
La luna llena y el sol al
amanecer o al atardecer presentan también formas redondeadas y están
en muchos mitos y leyendas primitivos, siendo su culto el origen de
religiones posteriores. Además figuran como símbolos, por ejemplo
en muchas banderas de países y en estandartes o insignias de
corporaciones.
Los conceptos cerrados,
dogmáticos y no los abiertos, relativos, son más fácilmente
captados, produciendo esto serias consecuencias por la intolerancia
que implica.
La mente humana funciona tomando
una idea y haciéndola propia, como si en realidad dicha idea fuera
el mismo ser humano. Nos identificamos con la idea. Defendemos los
conceptos en lugar de debatirlos y ejercer el análisis crítico.
Aceptamos cómodamente las ideas mágicas, fuera de toda realidad,
pues tenemos la tendencia a la regresión fetal, situación
placentera guardada en el inconsciente. En realidad no hubiéramos
querido nacer...
En el "universo amniótico"
los límites son el espacio o territorio que el feto tiene para sí.
Al ser expulsado se rompe su equilibrio territorial, siendo la
relación con el hecho violento y traumático, de causa a efecto.
Esto quizás explique la celosa
territorialidad del hombre social que enmarcado en la noción de
nación, patria-madre, defiende sus límites con vehemencia y
compulsión.
El círculo, bidimensional y la
esfera, tridimensional, son imágenes cotidianas desde el momento de
la concepción; ambas cierran y pueden ser quizá símbolos
femeninos, estando la idea maternal implícita en ellos. Pero también
el triángulo, bidimensional, y la pirámide, tridimensional, son
símbolos que cierran pero tienen una punta o vértice; forman
esquemas cerrados pero agresivos, con reminiscencias fálicas,
estando en ellos implícita la idea masculina.
Actualmente vemos un
resurgimiento de las pirámides como "amuleto". Incluso
pseudocientíficos señalan que "atrae energía cósmica".
Sin embargo la geometría como
abstracción de cosas reales fue útil en la historia humana al ser
una forma de síntesis para cálculos astronómicos, matemáticos y
filosóficos. En cambio la supuesta atracción de energía cósmica
por las pirámides ignora la ciencia física y la astronomía.
La
mente humana está predispuesta a formar ideas cerradas o sistemas en
detrimento de los métodos. Esto genera intolerancias estériles. La
lucha y los enfrentamientos generados por las contradicciones se
hacen inevitables, acrecentado por la atribución
de omnipotencia que el hombre da a las ideas.
Sólo produciremos un
cambio real en nosotros los humanos si concedemos primacía a los
métodos por sobre los sistemas.
La
geometría es una abstracción sintética de percepciones de los
objetos que nos rodean y fue un comienzo de ejercitación del
razonamiento. Sirvió a los primeros pensadores para sus
lucubraciones. La filosofía es un intento de acceder al conocimiento
de las cosas pero adolece de un grave problema: sólo utiliza el
razonamiento; prescinde casi totalmente de la observación y no usa
la experimentación. Hay, sin embargo, un aporte significativo en la
lógica (sobre todo en la contemporánea: la llamada lógica
simbólica, es decir expresar los principios de la lógica en un
lenguaje simbólico semejante a la notación matemática). La
filosofía sirvió y sirve aún para ayudar
a un buen pensar pero es
obsoleta para adquirir conocimiento,
para desarrollar tecnologías y para descubrir y explicar objetos del
universo micro y macro, partículas elementales o galaxias. El
razonamiento filosófico fue además el causal de múltiples
trastornos para la humanidad pues generó
los sistemas de todo tipo.
Doctrinas cerradas que se enfrentaron en guerras implacables tenían
y tienen bases filosóficas.
La
filosofía comienza con preguntas trascendentales que apuntan hacia
el origen de las cosas y concluye con respuestas basadas en la
creencia. Todo anduvo "bien" salvo en períodos críticos
donde aparece algo llamado ciencia. El primer atisbo fue en Jonia y
su zona de influencia hacia el año 600 antes de nuestra era. Lugar
de islas entre la Península Griega y el Asia Menor. Nombres como
Aristarco en la isla
de Samos; en el
continente (Asia Menor) Tales
y Anaximandro en Mileto, Hipócrates en Cos, Anaxágoras en Clazomene
y en la zona de Tracia, al nordeste de la Península Griega y aledaño
a Macedonia, en la ciudad de Abdera
el gran Demócrito
que fue el primero en hablar de átomos (él inventó la palabra que
en griego significa: "que no puede cortarse") y decía que
los átomos eran las partículas últimas y que todo estaba hecho de
agrupación de átomos, incluso los humanos, "nada existe -fue
su famosa frase-, aparte de átomos y el vacío", no creía en
la existencia de "almas" inmortales ni dioses inmortales.
Todos los jonios eran
experimentadores, usaban sus manos.
Pero este despertar de la ciencia duró poco; escasamente tres o
cuatro siglos. Con Platón y Aristóteles comienza la reacción que
termina con la experimentación y comprobación para volver a la
especulación de las ideas y al misticismo. Vuelven
los dioses. Las manos las usaban los esclavos. Sí, los famosos
griegos usaban la esclavitud. Los esclavos eran seres "inferiores".
La misma tesis se aplicó en
la Edad Media con los siervos de la gleba. El Occidente cristiano
mantuvo la esclavitud hasta bien avanzado el siglo XIX. Algo similar
sucedió con la mujer; en un concilio se declaró que la mujer tenía
"alma" y pasaba a considerarse ser humano, antes de ese
concilio no lo era.
Fueron los griegos Platón y
Aristóteles que establecieron las bases de ése sistema que tuvo su
apogeo durante la Edad Media e impidió el desarrollo del pensamiento
crítico y de las ciencias.
Los
razonamientos sin experimentación suelen llevar a conclusiones
incorrectas y éstas son los cimientos de sistemas cerrados que
generan problemas de todo tipo.
Dentro de la filosofía, no obstante, hay otra rama que junto con la
lógica puede servirnos y hasta ser imprescindible en el futuro para
continuar siendo humanos: se trata de la ética;
un principio ético necesario es: no
dañar (en especial a
nuestros semejantes).
El razonar filosófico parte de
supuestos o axiomas que presume son correctos sin haberlos puesto a
prueba con la experimentación. Utiliza el método deductivo (partir
de lo general a lo particular; de la hipótesis al caso concreto) y
el método inductivo (ascender de lo particular o lo general). Ambos
métodos, el deductivo y el inductivo, pueden ser muy útiles pero
usados en un contexto experimental no en la mera reflexión.
Como
dato ilustrativo transcribiré algunas de las "Reglas para la
dirección
del entendimiento" de Renato Descartes. El énfasis en la
palabra dirección lo coloco para destacar mi idea del quehacer
filosófico como producto de la imaginación. Pero antes algunos
"detalles" de la vida del mencionado pensador. Se educó en
la escuela jesuítica
de la Flèche; entre los años 1618 y 1621 actuó en varias
campañas militares.
El mismo cuenta que volviendo de la coronación del emperador para
reunirse con su ejército, el comienzo del invierno lo sorprendió en
un lugar donde "no encontrando conversación que me divirtiera y
no teniendo felizmente
(?; !; negrilla y signos míos) ninguna pasión o cuidado
(ídem) que me distrajera
(ídem)" pasaba todo el día encerrado a solas con su
pensamiento; allí fue donde concibió la idea de un método
(¿sistema?) filosófico. Las negrillas referentes a su formación
religiosa y a su vocación militar me liberan de un mayor análisis.
Sólo enunciaré con mi método conciso las siguientes palabras:
miedos, agresividad,
deseos, poder, magia, religión, jerarquía, búsqueda de certeza
absoluta, sistema, imaginación, filosofía.
Y ahora algunas de las reglas del filósofo Descartes (las negrillas
y las acotaciones irónicas entre corchetes [] son del centaurino que
desea intervenir marcando su punto de vista; el lector deducirá
usando lo expuesto hasta el momento -¡si quiere!-). Cada regla tiene
un comentario que invito a leer (para no extenderme tanto) en el
original ("Reglas para la dirección del entendimiento" de
Renato Descartes) pues son muy jugosos y que confirman mis tesis.
Regla 1.- El fin de los estudios debe
ser dirigir el
entendimiento a
emitir juicios sólidos
y verdaderos de todas
las cosas que se
presentan. Regla 2.- Sólo
conviene [En qué
quedamos, ¡son todas las cosas o no!] dedicarse a esos objetos de
cuyo conocimiento cierto
e indudable parece
ser capaz nuestro entendimiento. Regla 3.- En los objetos propuestos
no
se ha de buscar lo que
otros opinaron ni lo
que nosotros mismos sospechamos,
sino lo que en ellos podemos intuir con claridad
y evidencia, o
deducir con certeza;
no de otro modo se adquiere ciencia.
[La ciencia no se adquiere; busca
lo más probable, no
maneja certezas,
acepta cuando se comprueba otra cosa, puede autocorregirse]. Regla
4.- Es necesario un método para investigar la verdad de las cosas.
(Nota del autor: esta regla es lo único que rescato del pensador
francés pero lo arruinó todo con el comentario que hace de cuatro
páginas, sencillamente atroz, que invito a leer pues revela cómo
piensa un filósofo creyente en divinidades y que sigue a "pies
juntillos" a Platón y a Aristóteles a pesar de que presume, lo
digo por el lenguaje fuerte que utiliza y su constante desprecio por
"el vulgo" como él llama a la gente, de renegar de los
errores del pasado). Regla 5.- Todo el método consiste en el
orden y disposición
de las cosas a que ha de dirigirse la mirada
de la mente, a fin de
encontrar alguna verdad.
Y lo observaremos con exactitud si reducimos gradualmente las
proposiciones complicadas y oscuras a otras más sencillas, y después
intentamos ascender, desde
la intuición de
todas las cosas más simples, al
conocimiento de todas
las otras, por la
misma gradación ............. Regla 8.- Si en la serie de las cosas
por investigar se presenta algo que nuestro intelecto no puede intuir
lo bastante bien, hay que detenerse allí; y no
se han de examinar
las cosas que siguen, sino abstenerse de ese esfuerzo
vano. Regla 9.- Se
debe dedicar toda la
fuerza del entendimiento
a las cosas mínimas y más fáciles de conocer, y detenerse largo
tiempo en ellas, hasta que nos
habituemos a intuir la verdad
-[¡esto es una joya del imaginativo pensador!]- distintamente y con
claridad. Regla 10.- Para que el ingenio se haga sagaz, debe
ejercitarse en investigar las cosas que ya han sido descubiertas por
otros, -[¡Otra joya y que se contradice con la Regla 3!]- y recorrer
con método hasta las artes más ligeras de los hombres, pero sobre
todo las que explican o suponen el
orden. [¡A la orden
mi general!]
Y
como gran joya final la regla 12 y aquí sí con su comentario que me
exime a mí y al centaurino de todo idem. Aclaro que Descartes
enunció en total 21 reglas pero las últimas sin comentarios y dejó
su obra inconclusa... [¡gracias a su
Dios!].
Regla
12.- En suma, han de emplearse todos los auxilios
del intelecto; la
imaginación,
-[¡Grande Renato!]- los sentidos -[¡Por fin Renato!]- y la memoria;
para intuir
distintamente las proposiciones simples; para combinar debidamente
las cosas buscadas con las ya conocidas, -[Ayuda a la memoria pero
¿al conocimiento?]- a fin de reconocerlas, -[Mecanismo de la
analogía: ¡pura imaginación!]- y para encontrar las que deben
compararse entre sí; de tal modo que no se omita ninguna parte de la
actividad humana. -[Siento el husmillo de la certeza absoluta y de
los sistemas cerrados]- Comentario (de Renato Descartes).- Esta regla
resume todo
lo que se ha dicho antes y enseña en general lo que se había
explicado en particular, de este modo: para el conocimiento de las
cosas han de considerarse
solamente dos
objetos: a saber, nosotros que conocemos y las cosas mismas por
conocer. En nosotros hay solamente
cuatro facultades, de las que podemos
[¡Gracias, Renato!] usar: intelecto, imaginación,
sentido y memoria. Solamente
el intelecto es capaz de percibir la verdad
[¡Y dale con la verdad!, no caben dudas que es lo único que te
interesa. La búsqueda real de conocimiento no es tu vocación,
Renato], pero hay que ayudarle
con la imaginación,
el sentido y la memoria, no sea que omitamos algo de lo que está
dentro [¡lo que está afuera no te interesa!] de nuestra capacidad.
De la parte de las cosas basta
examinar tres: lo primero que se muestra obviamente por sí solo;
luego de qué modo se conoce una cosa de otra; finalmente, cuáles se
deducen de algunas cosas. Y me parece que esta enumeración es
completa y no omite
absolutamente -[¡Por
fin lo dijiste, Renato!]- nada
a que pueda extenderse la actividad humana....
[Yo,
centaurino no pude con mi temperamento y acoté entre corchete mis
efluvios galácticos. ¡Ay Renato, qué fuera de órbita! Entre
Platón, Aristóteles y todos los filósofos especulativos llevaron a
los homo sapiens a este tremendo siglo XX con prioridad de
pensamientos mágicos. ¿Por qué no se refugiaron en el arte? ¡Qué
gran poeta hubiera sido Platón! ¡Qué artistas de lujuriosa
imaginación pudieron ser! ¿Por
qué no dejaron a los Jonios hacer ciencia?
Los escritos de los Jonios relatando sus experiencias científicas
¿quién los quemo? Yo, centaurino sospecho, con claros indicios, que
los filósofos especulativos de la antigua Grecia tuvieron mucho que
ver. En un capítulo posterior narraré un
hecho histórico trascendental
que hicieron vuestros descendientes: los dueños de dos mil años de
oscurantismo]
En
la filosofía se piensa; en las ciencias se
hace además de
pensar. La filosofía tiende a ser especulativa utilizando la
imaginación; las ciencias intentan llegar al conocimiento a través
de la experimentación y de la comprobación, a veces planteando
supuestos (que se deben corroborar siempre con la experimentación y
la comprobación), pero siempre haciendo. La ciencias usan el cerebro
y las manos; la filosofía sólo el cerebro con mucho de imaginación
y algo de análisis crítico pero como sistemas
cerrados que rebotan siempre en sí mismos;
de allí el fenómeno especulativo. La
filosofía medita encerrada en su mundo imaginario de sistemas. Las
ciencias observan, verifican y comprueban con datos sensibles del
mundo físico y con hechos experimentales aun cuando al comienzo de
algún trabajo se plantee un supuesto
(caso de las matemáticas). Precisamente ellas (las matemáticas) son
el puente de unión entre la moderna filosofía científica (que
utiliza la lógica simbólica) y las ciencias. Las
antiguas filosofías especulativas buscan la "verdad", la
certidumbre absoluta con sistemas cerrados de pensamientos (como el
amigo Renato). Las ciencias buscan el conocimiento probable,
dispuestas a corregir cuando se comprueban errores.
En las ciencias se dice que algo es altamente probable o altamente
improbable, algo solamente se tiene como cierto hasta
que no se pruebe lo contrario; en la filosofía se dice que algo es
cierto absolutamente (lo cual puede parecernos un objetivo admirable)
ya que es el deseo
lo que prevalece y por consiguiente sus especulaciones giran sobre
las "grandes
verdades"
(supuestos imaginativos y deseados). Todas éstas comparaciones entre
la filosofía y las ciencias sirven como prolegómeno de un capítulo
ulterior donde analizaré la metodología científica.
La
filosofía quedará como una racional manera de plantear preguntas
pero no como una forma idónea y completa de dar respuestas.
La
razón, el razonamiento, parte la mayoría de las veces de la
imaginación y suele llevar a generalidades por analogías. Por
ejemplo en el caso citado antes de "construcción" del
universo por un dios; la
analogía antropomórfica es evidente.
Nosotros construimos, el dios construyó; nuestra
experiencia constructora la transferimos a un supuesto hipotético.
En todos los sistemas filosóficos encontramos este trabajo analógico
y antropocéntrico. El
mundo imaginario que deseamos lo construimos con un sistema cerrado
de ideas y representaciones al que le atribuimos un carácter de
verdad absoluta.
Podemos falsear todo lo que queramos (como lo hace el amigo Renato)
en nuestro mundo imaginario; allí todo es posible aun lo absurdo.
Precisamente esta característica tiene una belleza inigualable pero
para eso está el
arte, la otra gran
expresión de la imaginación.
Todas
las artes se originan en la imaginación creadora y son su expresión
más genuina. Esto es así porque en las artes sólo se construyen
mundos imaginarios por el mero deleite; por la simple necesidad del
artista de crear. No hay intento de convencer a otros. El artista
piensa y hace su obra por la necesidad de expresar su creatividad y
para darla
a los demás. Se puede argüir que muchos artistas comercian con su
arte pero esto se produce por cuestiones culturales relacionadas con
los sistemas de organización social y por el hecho profesional: si
su modo de vida es el arte debe ponerle un precio para vivir de su
trabajo. Cuando el artista intenta imponer su criterio, es decir
coercionar a los demás para llevarlos a su punto de vista, comienza
a hacer crítica de arte o más bien filosofía del arte. Construye
un sistema o escuela y compite con otras escuelas por agregar adeptos
a su punto de vista. Todo esto es una deformación del arte, aunque
es preciso admitir sucede muy a menudo y esta frecuencia tiene
motivaciones socio-culturales, el artista en sentido puro crea
simplemente por una necesidad de su imaginación y por el simple
hecho de expresarse.
Las artes constituyen un
poderoso elemento expresivo de nuestra identidad humana. Sólo los
homo sapiens hacemos arte como una necesidad. Algunos otros animales,
por ejemplo los chimpancés, pueden lograr ejecutar "obras
pictóricas" pero, en los casos que ha sucedido, lo hacen como
un juego e instigados por el humano experimentador. Sólo nosotros
tenemos la imperiosa urgencia de ejecutar algo como manifestación de
creatividad. A veces el arte se expresa en pequeños detalles que
pasan desapercibidos para un observador no habituado. Todos los seres
humanos en algún momento de nuestra vida ejecutamos algo con un
sentido creador y artístico. Como pormenor cotidiano y de escaso
significado pero revelador de la búsqueda estética los humanos en
nuestro arreglo personal de alguna forma buscamos todos los días una
armonía ya sea en colores o formas. El uso de adornos o en la misma
vestimenta se revela tal búsqueda; lo mismo acontece con las maneras
sociales de convivencia, saludos, requiebros, etc.
Las artes en escala mayor,
pintura, escultura, literatura, etc. son un producto de personas con
una alta creatividad y necesidad expresiva pero todos podemos hacer
arte. El requisito es sentirnos libres para poder canalizar por el
medio elegido ésa necesidad. El escritor, por ejemplo, quiere
expresar sus sentimientos, emociones, opiniones y conocimientos por
medio de una narración, de una historia o de una investigación que,
manifestada con palabras utilizando la poderosa herramienta que es el
lenguaje, llegue a un destinatario lector. Dependerá de los
pensamientos que exprese y de la forma como lo haga el que su mensaje
llegue con mayor o menor fuerza; sin embargo los escritores tienen un
grave problema: para llegar a sus lectores necesitan
imprescindiblemente que se publiquen sus obras. La manera de hacerlo
es a través de una editorial; el problema es que las editoriales no
leen las obras que se les presentan. Quizás un justificativo de ello
es la enorme cantidad de oferta y la escasa calidad de la gran
mayoría; pero ¿cómo detectamos una buena obra si no la leemos
completa? Hojear o leer el primer capítulo no es suficiente. El
drama del artista escritor inédito es terrorífico. Como las
editoriales publican lo que se presume será un éxito (en forma
legítima buscan esto pues si no hay negocio no pueden continuar
editando) se basan en parámetros hipotéticos. Por ejemplo que ése
autor haya tenido éxito en otra actividad o sea conocido a través
de medios masivos de comunicación, radio, televisión, prensa. Es
evidente el auge de periodistas que escriben libros y que se los
publican. Las editoriales barruntan que la nombradía en el
periodismo asegurará la promoción adecuada para el libro; en
algunos caso sucede así pero el éxito suele ser efímero. No es lo
mismo la crónica periodística (que merece consideración y respeto)
que una obra literaria o ensayo (¡qué también merece respeto!). En
éste último caso el trabajo de creación y de producción es mayor;
una novela, una novela-ensayo o un ensayo requieren una profundidad
en la tarea que lleva al artista creador a renunciar a lo
superficial, lo vano o lo fugaz; su búsqueda es de mayor continuidad
en el tiempo. Los grandes escritores perduran y precisamente éstos
fueron los que tuvieron mayores dificultades para publicar sus obras
al comienzo de su carrera. El hecho de no ser leídas sus obras en
las editoriales demoró su detección. Muy pocas veces alguien las
lee, pero ¿coincidirá la valoración que haga con la de otros?, ése
solo criterio aislado ¿es suficiente para determinar el valor de una
obra? ¡Cuántos autores habrán quedado en el camino inéditos!
¡Cuántos famosos en otros medios (radio, televisión, etc.) logran
publicar trabajos de dudosa valía! Como dije, el drama de los
escritores es atroz.
Los artistas pintores y
escultores tienen similar problema. En la sociedad contemporánea las
artes tomaron otros carriles para sobrevivir. La era de la
computación exige nuevas formas de expresión pero siempre habrá un
artista creador detrás de cada intento. El producto creado se cotiza
en el mercado como si fuese un artículo de consumo; la publicidad
(que en sí misma es una forma de creatividad) incide sobremanera en
el éxito o masividad de su aprobación. Así la obra de arte se
confunde con el éxito que frecuentemente es efímero. Los artistas
suelen ser mejor comprendidos luego de su muerte; uno de los motivos
es que se adelantan a su época. Las obras de los grandes artistas y
autores son valoradas tiempo después y eso prueba también su
continuidad y persistencia.
En
el arte, al igual que en la filosofía especulativa, se emplea la
imaginación pero se le agrega un condimento substancial que lo
diferencia de la referida filosofía: la
expresión emocional.
Los objetos del arte sirven como símbolos que expresan estados
emocionales. Tanto el artista como la persona que mira o escucha las
obras de arte, ponen significados emotivos en los objetos físicos ya
sea que estén hechos de pintura aplicada sobre una tela o de sonidos
producidos por instrumentos musicales o de palabras e ideas expuestas
en un libro o en un monitor de computadora. La expresión simbólica
de éstos significados emotivos representa un valor que aspiramos a
gozar.
La
actividad humana persigue un fin, cuando éste es de índole
estética, es decir que busca la belleza, hablamos de arte. Cuando
con nuestra conducta hacemos una elección exhibimos valoración y
ésta puede expresarse por impulsos espontáneos, sin reflexión, por
mera intuición. Esta forma de captar el arte es la que nos hace
decir: "me gusta o no me gusta" tal obra. En cambio los
críticos de arte juzgan
si algo es "bueno o malo"; como ésta valoración dependerá
de sus gustos personales suelen equivocarse y luego la posteridad
acepta obras que fueron rechazadas en su momento (el ejemplo de la
pintura impresionista francesa es típico). Quizá la mejor forma de
acercarse al arte sea gustar o no gustar, si produce o no produce
alguna emoción, o simplemente si para cada uno tal obra nos agrada o
no nos agrada. La filosofía es para reflexionar, el arte es para
gustar. Los críticos hacen filosofía al juzgar; filosofía del arte
pero filosofía al fin. Por eso las obras de arte perduran; porque
los gustos pueden variar y lo que en una época no agrada puede, sin
embargo, gustar en otro tiempo. De allí la enorme importancia que
tienen las artes en la cultura. Platón y Aristóteles [el centaurino
agrega Descartes, Kant y otros] son historia, evocaciones como simple
dato de la imaginación; sus pretensiones de acceder al conocimiento
sólo por la vía especulativa los llevó a ése nivel. En cambio si
se hubiesen contentado con hacer poesía o literatura ahora serían
mejor apreciados, al menos por el centaurino. El centaurino rescata a
los presocráticos Aristarco de Samos, Tales y Anaximandro de Mileto,
Hipócrates de Cos, Anaxágoras de Clazomene, Demócrito de Abdera,
como los auténticos experimentadores y buscadores del conocimiento
en la antigua Grecia.
El
arte es impulso creador; es imaginación y deseo; es emoción
expresada en una obra; es gusto; es búsqueda de belleza; es placer;
un ornato de la vida humana que nos diferencia de los otros animales.
Gustar del arte es sumergirse en un mundo imaginario pero sin
pretensiones de conocimiento. Puede
inspirarse en el conocimiento de cada época pero no pretende
erigirse en certeza o búsqueda de la "verdad", sólo
ambiciona agradar, dar placer.
La búsqueda de placer es una constante en la cultura porque quizá
nos ayude a tener algo de felicidad, esa tibia sensación de
bienestar.
Muchas
veces los artistas son incomprendidos por sus congéneres pues actúan
de manera diferente al consenso general y los humanos segregamos a
los distintos pues nos sentimos más seguros en la confortable unidad
del grupo. El artista
es individualista y resiste la homogeneidad de los grupos y a los
"jefes de la horda" contemporánea.
Esta resistencia a los jefes que mandan, que detentan el poder
delegado por el grupo, hace a los artistas seres odiados pero al
mismo tiempo amados, en compleja ambivalencia. Una de las razones de
esta actitud social con los artistas es que ellos representan
nuestros más recónditos deseos: son lo que nosotros quisiéramos
ser y no nos atrevemos a ser. De allí que las actitudes, de algunos
artistas, de desfachatez sean admiradas por los jóvenes en especial.
El atrevimiento es sinónimo de rebeldía y la mayoría de los
jóvenes son rebeldes o al menos deberían serlo por sus bullentes
hormonas y por su inestabilidad emotiva consecuente.
El
centaurino considera que la verdadera rebeldía es aquella que emana
de una genuina búsqueda y no la mera imitación de comportamientos.
Imitar a los líderes fue el camino de los jóvenes hasta el momento
y esto fue inducido por las ideas culturales de modelos que derivan
de los sistemas cerrados de pensamiento. El
mantenimiento del mecanismo de las creencias hace que la idea de
modelo sea tan "natural".
La educación de los jóvenes está basada en estos principios.
Educar, en nuestra
decadente cultura, es fijar en sus cerebros esquemas cerrados de
comportamiento, entre ellos el modelo a seguir.
Ser como los grandes jefes. Esto deriva de una idea de finalidad. Los
fines se eligen; el conocimiento se busca.
La propuesta del
centaurino es de una nueva educación basada en la libertad, en la
libre búsqueda y en el libre debate de todo ya que todo lo producido
por el ser humano, es decir la cultura, estará sujeto a
cuestionamiento en el siglo XXI.
La
educación con libertad de pensamiento lleva a una activa
participación del educando; ya no es un mero espectador y receptor
de información que luego suele olvidar pues no fue elaborada por él.
La búsqueda del
conocimiento implica una inicial curiosidad (que los niños poseen
naturalmente y que lentamente cercenan los adultos con engaños
basados en el pensamiento mágico); luego el interés de comprender
las cosas para mejorar la calidad de vida; finalmente el placer de
manipular los conocimientos adquiridos haciendo experiencias y
comprobaciones con el ornato del arte para embellecer la existencia
haciéndola más agradable y digna de ser vivida.
La función del arte es
cubrir la necesaria cuota de ocio y deleite. Hay algo adicional de
gran belleza y trascendencia: el arte fija el instante...
Si las emociones las canalizamos
en el arte evitaríamos lo que sucede con el uso de las mismas en
sistemas de pensamientos obsoletos.
En el pensamiento mágico y más
aún en el intento religioso la idea de placer está reprimida y se
la castiga con el sentimiento de la culpa. Estos pensamientos
causaron innumerables desdichas a la humanidad. El infierno sirvió
como castigo eficaz para mantener a los siervos de la gleba durante
toda la Edad Media sumisos y esclavos pero sobre todo no hubo
indagaciones de nivel científico salvo los experimentadores
alquimistas que eran perseguidos y quemados vivos por hechiceros.
La
tremenda idea del castigo eterno, la más sádica de las ideas: la
del infierno. Esta
monstruosidad que tuvo su apogeo en la Edad Media y que aún continúa
vigente para algunos es acoplada a la idea de un alma inmortal. Esta
alma inmortal es la que sufriría ese castigo eterno. Definido como
el permanente llanto y el eterno crujir de huesos y rechinar de
dientes en medio de un fuego que quema sin consumir. El centaurino
recuerda las lecturas de los cuatro definitivos Evangelios: Mateo,
Marcos, Lucas y Juan; y de Agustín, Gregorio el Grande, Dante
Alighieri y Tomás de Aquino, en donde se expone ampliamente esta
idea: el fuego eterno para los malos. Los malos son aquellos que los
"buenos" dicen o también malos son los otros pues nosotros
somos los buenos. Las emociones nos han llevado siempre a las
contiendas; el amor y el odio son el motor de los conflictos junto
con los intereses. Precisamente
hay un ejemplo que es clave: las ideas. La génesis de las mismas se
produce por cuotas, a veces elevadas, de raciocinio, en cambio (una
vez generadas) en lugar de debatirlas, las defendemos con
elevadísimas cuotas de emoción.
Transformamos las ideas en órganos de nuestro cuerpo, las
internalizamos carnalmente y las defendemos como si nos las fueran a
extirpar ante la menor oposición. Y todo esto en lugar de
debatirlas, aportando cada uno parte, para llegar a una mejor. Esta
defensa (en lugar de debate) de las ideas lleva a la intolerancia y
al conflicto donde se elimina al más débil o al que tiene menos
poder. Esto hizo la
Inquisición, con el poder eliminó a los que no compartían sus
dogmas; no permitió el debate; quemó vivos a los herejes. Con el
terror del infierno impuso el miedo. Durante dos milenios este miedo
condujo a la barbarie de la ignorancia. Precisamente lo contrario de
lo que hace la ciencia, donde las ideas se debaten y se ponen a
prueba. Toda hipótesis
científica es sometida a rigurosa controversia, se experimenta, se
comprueba y si pasa todos los exámenes puede constituirse en regla
aceptada...hasta que una nueva pueda substituirla si se verifica que
es correcta y mejora la anterior.
Este carácter de autocorrección de las ciencias hace de las mismas
el modo de conocer mejor que inventó el ser humano; muy superior al
intento de modo de conocimiento de las creencias que se basan
exclusivamente en la fe y no admiten refutación pues son dogmas
cerrados, permanentes, intangibles, indelebles, perpetuos, revelados,
no experimentados, incomprobables y emanados de una entidad divina a
la cual no tenemos acceso salvo por la creencia y por vía de
supuesto o axioma indemostrable. El intento de modo de conocimiento
de las creencias es primitivo, es decir, una manera de explicar las
cosas propia de estadíos primarios donde no existía desarrollo
científico y tecnológico o éste era rudimentario. La ignorancia
precientífica era mantenida con el miedo al infierno y a sus
demonios, sólo la ciencia y la tecnología pudieron arremeter
finalmente después de dos mil años de oscurantismo para llevar a la
especie homo sapiens por un camino de mejoramiento
y progreso reales.
Canalizar
las emociones a través del arte ayudaría a evitar conflictos. Las
emociones manifestadas en el arte causan placer y bienestar
coadyuvando junto con las ciencias y la tecnología a la felicidad
del ser humano. El
arte puede llegar a las fibras más íntimas y hacernos sentir placer
sin culpas, evitando el ciclo anterior engendrado por las creencias
de placer con culpa.
Además la necesaria cuota de imaginación y de deseos se puede
desarrollar a través de una manifestación artística sin
producir daños de
ningún tipo.
Ciencia y tecnología más arte
y ética pueden constituir la base de un futuro desarrollo de nuestra
especie, independizándonos del pensamiento mágico que nos tiene
atrapados en círculos estúpidos y dañinos.
Ahora estamos en condiciones de
analizar un poco más profundamente qué cosa es esto de la ciencia.
Las
ciencias utilizan una metodología
a diferencia de las creencias y de la filosofía que usan sistemas
cerrados. Su base de sustentación es real ya que sus hechos y
teorías son demostrables y verificables. Suelen las ciencias partir
de objetos observables o si manejan supuestos (como en las
matemáticas, por ejemplo) buscan la demostración; asimismo
averiguan la
cuantificación y miden los resultados,
vale decir que el número es primordial en sus indagaciones de la
exactitud. La
experimentación es la parte instrumental y práctica que verifica y
corrobora todo estudio realizado previamente.
En
su metodología se avanza paso
a paso y fijando una
norma de trabajo.
Dicho avance es ordenado
pasando de un estadio organizativo a otro más complejo. Requiere una
extrema concentración
en la operación que se realiza, centralizando energías,
economizando tiempo y evitando
errores en especial
cuando se trate de asuntos referidos a la salud humana. Exige un
campo delimitado de
acción que lleva a
la especialización. Transparencia
y claridad en todos
los actos. Considera principios importantes como el que a toda acción
corresponde una reacción, es decir que todo estímulo es recibido
por una respuesta que puede ser o positiva o negativa; además la
inercia que indica una conducta o de reposo o de movimiento a no ser
que fuerzas externas hagan variar esos estados.
Aplicando
estas nociones generales los científicos llegan a los mismos
resultados aun sin conocerse unos a otros,
dando a sus conclusiones validez universal cuando son correctas y sus
leyes se aplican desde las partículas elementales hasta el cosmos.
Hechas estas consideraciones previas
conviene ahora puntualizar cómo opera el cerebro.
La
repetición de
percepciones sensibles
va produciendo en la memoria imágenes comunes a más objetos, una
especie de noción general, lo
que queda en la memoria de la imagen ya percibida;
estas nociones previas o prenociones
a través de un sutil y complejo proceso de analogía, semejanza,
comparación o síntesis de datos sensibles nos llevan a buscar las
causas de las cosas o de los hechos; aquí
es donde se originan las opiniones o los supuestos.
Estas opiniones pueden referirse a un hecho oculto o a un hecho
futuro. Averiguar un hecho futuro es muy simple: lo único que se
requiere es esperar. En cambio, tratándose de hechos ocultos
sustraídos a la experiencia directa intervienen sobremanera las
prenociones y luego las opiniones que son notoriamente subjetivas y
en función de esos pre-juicios o prenociones. En
una palabra cada uno ve lo que quiere ver.
El meollo es saber qué quiere cada cual. Por eso hay tantas
divergencias en las apreciaciones de la gente. Los
preconceptos o prenociones son la esencia de las opiniones
que luego se defienden hasta con la vida. En el campo de las ciencias
estas prenociones se deben someter a rigurosa prueba de observación
primero y luego a la experimentación.
El
análisis crítico (recordemos que lo realiza el hemisferio izquierdo
mientras que las percepciones las efectúa el hemisferio derecho,
ambos de la corteza cerebral) ha dejado casi de tener vigencia, por
ejemplo, en la órbita juvenil; eso explica porqué la mayoría de
los adolescentes buscan imitar
modelos ofrecidos por
la sociedad; una frase muy común en ellos es: "está todo
bien". Con el uso de las drogas químicas tan en boga adormecen
más aún su capacidad de crítica.
Nosotros
lo humanos actuamos por el impulso de la actividad cerebral. Esta
actividad se exterioriza por el pensamiento; por ende llamamos
pensamiento a toda acción cerebral, sea consciente o inconsciente o
como quiera nombrársela. Estos pensamientos llegan a formarse por:
percepciones
(conjunto de estímulos internos o externos) y que están
influenciadas por emociones, necesidades, hábitos y estas
percepciones se interpretan a través de imágenes, recuerdos,
formando las prenociones.
Todo esto serían los materiales del pensamiento.
Luego
vienen los procesos
del pensamiento o
modos como se manifiesta el pensamiento.
Hay
un modo muy elemental que sería el pensamiento
meramente perceptivo
que evoluciona o se desarrolla en el pensamiento
de la creencia o mágico,
un poco más elaborado que el perceptivo. Estas ideas mágicas son
supuestos; llueve, suponemos que alguien hace llover. Es la base de
la creación de los dioses. ¿Quién hizo al universo? Suponemos que
fueron los dioses o un dios en especial. Este pensamiento
mágico (es más
evolucionado que el simplemente perceptivo pues al menos intenta una
explicación de los hechos, fenómenos o conductas) es el que rigió
desde los primeros homínidos hasta el presente de forma casi
general. Decimos casi pues hubo y hay intentos de otras formas de
pensamiento.
El
pensamiento analógico
es desarrollo del anterior y busca la similitud entre cosas distintas
comparando. Cuando hay muchas nubes puede llover; ya no hace llover
un dios sino las nubes (¡cuándo son muchas! porque si son pocas no
sirve...). Este pensamiento analógico comparando sirve para ingresar
al siguiente modo.
El
pensamiento inductivo
por el cual a partir de hechos aislados, repetidos y comprobados, se
va formando una idea general que puede denominarse ley y de la cual
podemos realizar el proceso inverso, es decir, de ésa idea general
deducimos,
yendo a lo particular o individual. Este mecanismo ayuda a formar
conceptos con más precisión que las prenociones elementales y la
filosofía podría ser un ejemplo aún cuando discurre, especula,
pero no experimenta ni comprueba ya que sólo utiliza la vía
especulativa a partir de supuestos.
Otro
modo o proceso del pensamiento es el pensamiento
creador o imaginativo emotivo
donde todo es posible. Compite con el pensamiento mágico pero con
diferencias substanciales. La imaginación depende de cada individuo
y de sus prenociones o materiales del pensamiento. El pensamiento
creador o imaginativo de un hombre prehistórico (las pinturas de las
cuevas de Altamira, por ejemplo) es diferente a las pinturas de
Picasso, por ejemplo, pero se asemejan en muchos aspectos pues el
propio Picasso era un entusiasta del arte negro. Significa que el
pensamiento creador o imaginativo está vigente sobre todo en el
arte, todas las artes y permanece muchas veces a través de las
épocas. El
pensamiento creador no daña pues no pretende imponerse sólo se
manifiesta pacíficamente y ésta es la diferencia substancial con el
pensamiento mágico que busca el poder.
Todo pensamiento mágico busca adhesiones para desarrollarse y es el
medio más primitivo de coerción social.
Las ideas religiosas son el
último y más desarrollado escalón del pensamiento mágico.
Otro
proceso del pensamiento es el pensamiento
crítico o analítico
por el cual ponemos en duda un hecho, fenómeno o conducta y
comenzamos el análisis, es decir, separamos y distinguimos las
partes de un todo y juzgamos el valor, las cualidades, defectos,
hasta llegar a un concepto más elaborado sobre el objeto del
pensamiento.
Otro
proceso del pensamiento es la resolución
de problemas; para
esto ayuda sobremanera el pensamiento crítico pero además influye
el conocimiento, es
decir, entender la naturaleza, relaciones y propiedades de las cosas;
el conocimiento se
desarrolla con el pensamiento crítico
pues la primera actitud debe ser la perplejidad, la duda que moviliza
hacia la búsqueda de la solución de cualquier enigma. Este trabajo
o tanteo es el inicio de la metodología científica.
El momento es crucial (en forma
de cruz) y si no se trastoca (cambiar el ser o estado) en racional
tratando de utilizar el pensamiento crítico y la metodología
científica el futuro puede ser un caos. Se advierte un auge del
pensamiento mágico en grandes sectores de la población; quedando
circunscripto el pensamiento crítico a unos pocos científicos,
investigadores y personas sensatas. El pensamiento creador o
imaginativo anda a la deriva añorando un rumbo; quizá la cultura
exorbitante del sonido aturda demasiado impidiendo la reflexión: un
poco de buena música, serena e induce al buen pensar pero mucha,
fuerte, directa en los oídos, se hace adictiva y marea como una
droga química. El pensamiento creador o imaginativo es un
complemento necesario y tendría que encontrar un mejor cauce
equilibrándose con el pensamiento crítico; un ejemplo de ello fue
Leonardo da Vinci, artista e investigador. El prístino pensamiento
mágico es el utilizado por el noventa y cinco por ciento de los
seres humanos y maneja la mayor parte de su comportamiento. A veces
hay atisbos de pensamiento analógico y a través del ensayo y error
se encuentra, comparando, algo mejor como solución. Y este es el
meollo de la cuestión: se busca solucionar problemas por mera magia.
Curanderos, fetichistas, adivinos, charlatanes, astrólogos, el auge
de la pseudociencia en los grandes y masivos medios de comunicación
amodorrando el cerebro.
La modorra de la gente ayuda.
Sopor, consumo, necesidades, todo sirve para inutilizar las defensas.
La esclavitud existió antes de hecho mientras que ahora existe
disimulada a través o de las necesidades (desocupación, pobreza,
marginalidad) o de las dependencias (drogas, consumo y cultura del
sonido exagerados) o de la ignorancia subordinando al pensamiento
mágico la solución de problemas.
Somos
esclavos y fáciles de manejar; ¡con qué descaro, falta de respeto,
insolencia y atrevimiento se manda a los jóvenes a la guerra!, (es
decir a ser asesinados legalmente). Pero también con qué
mansedumbre y "patriotismo" van ellos a la muerte. La cruz
y la espada unidas para bendecir su "sacrificio". El
religioso de turno bendiciendo
las armas para matar
a un desconocido (otro joven de los de ellos); países limítrofes
antes hermanados de pronto enemigos.
La
cultura (todo
lo que hacemos es cultura) está sustentada, en su mayor parte, por
el pensamiento mágico. ¿El malestar en la cultura?, o ¡la cultura
del malestar!
Los jóvenes no pueden o no
quieren; están adormecidos o los tienen drogados o la educación fue
hecha para no pensar críticamente ¿Por eso van cantando a la
guerra?
La
metodología propuesta en el texto, colcha
de retazos o ensalada rusa,
exige hacer en este instante algunas precisiones que permitirán al
lector entenderla mejor.
Como
dije antes, pensar es relacionar; lo producido del acto de pensar son
los pensamientos. Las relaciones pueden agruparse, de manera general,
en relaciones de contigüidad,
asociación experimental propia de cada sujeto; por ejemplo yo pienso
en un religioso y pienso también en el infierno. El religioso no es
necesario para la idea del infierno, ni tiene relación directa pero
ambos están relacionados de tal modo en mi experiencia personal que
al pensar en un sacerdote pienso conjuntamente en el infierno; otros
pensarán en Napoleón y acudirá a su mente la batalla de Waterloo,
en cambio para mí al pensar en Napoleón surge en mi mente su famosa
frase que tanto repetiré en el texto: "cada hombre tiene su
precio..." (¡conocía a los humanos!). Otra relación general
es la comparación
o necesaria
asociación: Napoleón, Wellington y Aníbal; Platón, Aristóteles,
Descartes; el ateísmo y la religión; correcto o incorrecto.
Dije en general porque en
particular la precisión es mayor. Yo observo nueve clases de
relaciones en los pensamientos.
1.
División.- La
relación en que un pensamiento incluye a otro por motivo de una
característica común que un pensamiento tiene en parte y el otro en
totalidad. Podría definirse como individuo y clase. Por ejemplo:
animal y perro; bebida y café; árbol y nogal.
2.
Similitud.- Cuando
dos pensamientos tienen algo preeminente en común o también cuando
los objetos que representan son de la misma clase. Por ejemplo: perro
y gato (ambos animales); verde y rojo (ambos colores); automóvil y
avión (ambos medios de transporte).
3.
Contraste.- Cuando
dos objetos tienen en común una característica preeminente, pero en
grado opuesto. Por ejemplo: derecha e izquierda (direcciones
contrarias); caliente y frío (opuestas temperaturas); luz y
oscuridad.
4.
Partición.- Cuando
dos objetos son respectivamente todo o parte de algún objeto o
pensamiento. Por ejemplo: árbol y rama; libro y página; veinte y
diez; mar y olas.
5.
Asociación.- Cuando
dos objetos son partes diferentes de un mismo todo. Por ejemplo:
ramas y raíz (de un árbol); índice y pulgar (de una mano).
6.
Analogía.- Cuando
dos objetos o pensamientos están relacionados como la cosa respecto
de la cualidad o también lo sustantivo respecto de lo adjetivo. Por
ejemplo: fuego y calor; plomo y pesantez; nieve y blancura; pelota y
redondez.
7.
Afinidad.- Cuando
están enlazados dos objetos que tienen una cualidad
preeminente común. Por ejemplo: sol y limón (ambos redondos); papel
y nieve (ambos blancos).
8.
Coexistencia.- Cuando
dos objetos o pensamientos se entrefunden en el cerebro como
resultado de una experiencia personal o de una vívida imaginación.
Por ejemplo: Inquisición y fuego (para Giordano Bruno); odio y
Cirilo con sus seguidores (para Hipatia); impunidad y poder (para el
centaurino).
9.
Sucesión.- Cuando
dos pensamientos se combinan a consecuencia de que uno sucede al otro
o que son respectivamente causa y efecto. Por ejemplo: cansancio y
sueño; tormenta y miedo; deseo y magia; temor y protección;
glotonería e indigestión.
Podemos hacer el siguiente
esquema.
Inclusión
un pensamiento incluye al otro: división
(objeto y clase); partición
(todo y parte); analogía
(objeto y cualidad).
Traslapo
los dos pensamientos tienen alguna cualidad preeminente común:
similitud
(objetos de la misma clase); contraste
(objetos que difieren mucho en el grado de una cualidad común);
asociación
(parte de un todo); afinidad
(objetos que tienen una misma cualidad).
Contigüidad
es el caso de la coexistencia
y de la sucesión.
También podemos dividir los
pensamientos en cuatro clases: pensamientos concretos simples,
pensamientos concretos complejos, pensamientos abstractos simples y
pensamientos abstractos complejos.
Pensamientos
concretos simples son
los que elaboramos de los ordinarios y menudos objetos físicos. Por
ejemplo: un lápiz, un perro, un libro, un monitor de computadora; y
además las simples sensaciones de color, sonido, forma, peso,
temperatura, sabor, olor, tacto.
Pensamientos
concretos complejos
son los que elaboramos de objetos múltiples derivados de los simples
o de una reunión de variedad de ellos. Por ejemplo: una ciudad, una
familia, una plaza, una computadora completa (monitor, teclado,
unidad de procesamiento e impresora), Europa.
Pensamientos
abstractos simples
son los que se refieren a varios pensamientos concretos sin denotar
particularmente ninguno. Por ejemplo: color, peso, masa, calor,
salud, magnitud, número.
Pensamientos
abstractos complejos
son combinaciones de los simples. Por ejemplo: esplendor, majestad,
tolerancia, miedo, odio, sensaciones, sentimientos.
La
diferencia entre los pensamientos simples y los complejos es de grado
y no de índole, pues lo que para una persona puede ser simple para
otra puede parecerle complejo.
Un artista de poderosa imaginación puede ser capaz de elaborar un
pensamiento complejo con tanta facilidad como otro puede elaborar uno
simple.
Si
utilizamos estas precisiones con lo expresado anteriormente sobre la
formación de los pensamientos en el capítulo 8 y en especial los
apartados a) y b) de dicho capítulo tendremos elementos
preciosos para elaborar nuevos y mejores pensamientos que nos ayuden
a mejorar el comportamiento hacia el siglo XXI. El pensamiento
crítico es imprescindible para lograr ése objetivo.
La secuela del pensamiento mágico subyace en la larga agonía de una
cultura que se va dando manotazos de ahogado.
La
vida en nuestro planeta comenzó con organismos muy elementales: los
virus y las bacterias pero antes la primer molécula tuvo que tener
la propiedad de clonarse, es decir, reproducirse a sí misma. De las
primeras moléculas elementales surgieron las más complejas y el
proceso de la vida orgánica comenzó su evolución. Toda la
información genética se halla, como ya lo mencioné antes, en la
molécula de ADN y el mensajero transmisor es el ARN. El proceso de
la vida en el planeta comenzó hace unos tres mil quinientos millones
de años pero durante tres mil millones casi lo único existente como
organismo dominante eran algas microscópicas de color azul y verde
cubriendo los océanos y acompañando a los virus y bacterias. Recién
hace unos quinientos o seiscientos millones de años el predominio de
las algas se rompió y se produjo una enorme expansión de nuevas
formas de vida: la
explosión del Cámbrico.
Durante tres mil millones de años la evolución no fue más allá
que algas verdes y azules; la
evolución de formas vivas grandes y con órganos especializados es
sumamente difícil más aún que el propio origen de la vida.
El origen de la vida es un proceso químico inevitable en planetas
con las condiciones de la Tierra pero la evolución de plantas y
animales grandes tiene pocas posibilidades salvo mutación por azar.
La explosión del Cámbrico, hace unos seiscientos millones de años,
fue un hecho asombroso de mutación genética y donde comenzaron a
poblar el planeta especies muy variadas como los trilobites y luego
en vertiginosa sucesión los primeros peces y los primeros
vertebrados; las plantas desde el agua de los océanos invadieron la
Tierra; aparecieron los primeros insectos y ellos comenzaron a
colonizar la tierra como especie animal dominante; insectos alados y
los anfibios que podían sobrevivir tanto en el agua como en la
tierra. En ésta aparecieron los primeros árboles y los primeros
reptiles; de estos evolucionaron los dinosaurios. Surgieron los
mamíferos y más adelante los primeros pájaros; brotaron las
primeras flores. Emergían especies y se extinguían otras como los
dinosaurios. Surgieron los cetáceos, antecesores de ballenas y
delfines. Aparecieron los primates: ancestros de los monos, los
grandes simios y los homínidos; estos aumentaban paulatinamente el
tamaño del cerebro hasta llegar a una enorme capacidad en relación
al resto del cuerpo y terminar en los últimos cuatro millones de
años en los australopithecus (ya mencionados antes en sus distintas
variantes) y nosotros los homo sapiens. La inmensa mayoría de las
especies vegetales y animales que poblaron el planeta Tierra desde la
explosión del Cámbrico se han extinguido. La
extinción de especies es un fenómeno mucho mayor que la aparición
de nuevas especies.
Y he aquí los dos puntos
fundamentales. Uno, la explosión del Cámbrico. ¿Cómo se explica?
Durante tres mil millones de años prácticamente no pasó nada; se
originó la vida pero simple de virus, bacterias y algas
microscópicas verdes y azules. La evolución de los organismos vivos
estaba virtualmente paralizada. En el precámbrico se fueron dando
ciertas condiciones que facilitaban los procesos evolutivos pero en
pequeña escala y con organizaciones simples, de escasísima
complejidad. De pronto se produjo la explosión de vida compleja,
apareciendo plantas y animales grandes.
El
otro punto fundamental, la
extinción de especies
también llama la atención. ¿Cómo algunas especies dominantes y
poderosas desaparecen? ¿Por qué algunas se mantienen inmutables
durante millones de años? Las cucarachas, los escarabajos, los
tiburones, hace doscientos cincuenta millones de años se mantienen
siempre igual, no evolucionan; sobreviven y se adaptan a todos los
cambios ambientales. El caso de las cucarachas en la época moderna:
resisten y crean anticuerpos a venenos cada vez más poderosos; los
humanos no logramos extinguir la valiente y tremenda fuerza de las
cucarachas en cambio sí extinguimos las ballenas, aparentemente más
poderosas que las cucarachas, con la simple caza depredadora. Un caso
más cercano en la comparación podría ser el de los tiburones con
las ballenas. Los primeros resisten y no peligra su supervivencia,
señal clara de que se trata de una especie resistente. Pero hay una
extinción que siempre causó la sorpresa de los científicos en
distintos campos, no sólo de los paleontólogos. Se trata de la
extinción de los dinosaurios. Una especie que dominó el planeta
Tierra durante ciento treinta y cinco millones de años. Los primeros
dinosaurios aparecieron hace unos doscientos veinticinco millones de
años durante el período triásico
y los últimos se extinguieron hace unos sesenta y cinco millones de
años durante el período cretácico,
es decir, que vivieron durante ciento sesenta millones de años pero
su apogeo como especie dominante fue de ciento treinta y cinco
millones de años en especial durante el período jurásico.
Lo sorprendente fue su repentina desaparición. Los científicos han
planteado varias teorías para explicar este hecho. Una de ellas
habla del estallido de una estrella supernova cercana, a diez o
veinte años luz del sistema solar, que esparció por el espacio
rayos cósmicos y algunos de estos rayos quemaron el nitrógeno de la
atmósfera; los óxidos de nitrógeno eliminaron la capa de ozono y
por ende aumentando la radiación ultravioleta que eliminó
organismos con insuficiente protección a la luz ultravioleta intensa
y siendo estos organismos la principal dieta de los dinosaurios. Otra
teoría considera que el impacto de un enorme cometa en la corteza
terrestre produjo un gran cráter y el consiguiente polvillo
cubriendo la atmósfera oscureció durante mucho tiempo la faz del
planeta lo que hizo morir muchas especies vegetales alimento de los
dinosaurios herbívoros y además se enfrió el planeta lo que
conspiró para la supervivencia de animales de sangre fría.
En
capas geológicas correspondientes a la época de hace sesenta y
cinco millones de años se encontró iridio, mineral de origen
cometario, lo que demostraría un impacto pero ¿por qué afectó
sólo a los dinosaurios? ¿por su tamaño? Había reptiles de la
especie dinosaurios de tamaño pequeño, incluso algunos del volumen
de una gallina. Se
extinguieron todas las especies de dinosaurios: los de sangre fría y
los de sangre caliente (que existían y en abundancia); los gigantes
y los pequeños; todos desaparecieron
¿por qué?
Los
dinosaurios evolucionaron en tamaño y formas pero siempre su
capacidad cerebral fue casi nula. El volumen endocraneal, por
ejemplo, del Diplodocus era de cincuenta centímetros cúbicos y
pesaba promedio quince toneladas; el Braquiosauro un volumen cerebral
de ciento cincuenta centímetros cúbicos y su peso corporal total
podía llegar a ochenta
y siete toneladas
(¡una verdadera bestia!) y en este último caso la proporción masa
cerebral / peso del cuerpo era ¡diez mil veces más pequeña que la
del hombre!
Su pequeñísimo cerebro apenas
les servía para sobrevivir dificultosamente. Los dinosaurios
depredadores carnívoros, como por ejemplo el tiranosaurio rex que
pesaba unas diez toneladas y tenía un volumen cerebral de unos
doscientos centímetros cúbicos, eran un poco más despiertos y por
su agresividad quizá vivían con menos sobresaltos. En realidad
todos eran menos inteligentes que un conejo y solamente por su enorme
masa corporal los gigantes dinosaurios no eran atacados salvo por sus
congéneres carnívoros.
Había una variedad muy grande,
más de doscientas cincuenta especies diferentes de forma y tamaño,
de dinosaurios. Algunos tan pequeños como una gallina o un pavo como
el Composognathus de siete kilos de peso o como el Psitacosaurio de
veinticinco kilos. Al aparecer los mamíferos de pequeño tamaño en
esos tiempos remotos, surgió un hábil depredador de los
dinosaurios...pues estos pequeños e inquietos mamíferos se comían
los huevos de los gigantes dinosaurios ya que todos los reptiles y
los dinosaurios son ovíparos, nacen de huevos.
El
proceso de cerebración, es decir aumento de la capacidad craneal y
del volumen del cerebro se dio en los mamíferos.
La proporción masa cerebral con respecto al peso del cuerpo es mayor
en el hombre que en todas las otras especies mamíferas pero además
las circunvoluciones
de la corteza cerebral aumentan en el ser humano la cantidad de
neuronas y conexiones neuronales;
todo lo cual hace que seamos especie dominante en el planeta Tierra.
Sabemos por la teoría de la
selección natural que sobreviven las especies más aptas; también
sabemos que la evolución de las especies tiene su raíz en las
mutaciones. Al aparecer los primeros y pequeños mamíferos,
comedores de huevos de dinosaurio en depredaciones nocturnas, comenzó
la declinación de los reptiles. Los reptiles cuidan poco o nada a
sus crías; hasta se da el caso de comerse ellos mismos sus propios
huevos. Todos los dinosaurios tenían el cerebro pequeño y poco
evolucionado. En cambio los mamíferos cuidan y ayudan a sus crías a
defenderse; idéntico proceder tienen las aves (que también son una
evolución derivada de los reptiles dinosaurios). Si el
comportamiento de cada especie es información que se transmite en
los genes vemos que las especies que no protegen a sus crías como
los reptiles y también la mayoría de los insectos sobreviven sin
evolucionar o evolucionando muy poco pero siempre por larguísimos
períodos de millones de años. Nosotros, los homo sapiens, somos una
especie muy joven aún de pocas decenas de miles de años; debemos
cuidar nuestra evolución tratando de ser más aptos a los cambios
que nosotros mismos efectuamos a través de la tecnología.
Como dato ilustrativo los
humanos logramos producir la evolución artificial que la practicamos
y desde hace mucho tiempo con vegetales y con animales. Hace diez mil
años no existían las vacas lecheras ni espigas grandes de trigo;
los antepasados de estas plantas y de estos animales (muchas veces de
apariencia diversa a la actual) fueron domesticados y modificados por
los humanos al controlarlos en su crianza. Procurábamos que aquellas
variedades cuyas propiedades más deseábamos se reprodujeran con
preferencia a las demás. La intervención humana en la crianza de
perros y el cruce de razas diversas ha logrado nuevas variedades no
sólo con perros sino también con vacas. Los humanos favorecemos la
reproducción de algunas variedades y reprimimos la reproducción de
otras. Las seleccionadas se reproducen con preferencia y se hacen
abundantes en cambio las variedades desestimadas se tornan raras y
probablemente se extingan. En los modernos laboratorios se generan y
mejoran especies de todo tipo manipulando los genes de vegetales y
animales. El problema en el siglo XXI será la manipulación genética
pero en los humanos; algo de eso está ya sucediendo con la
inseminación artificial para lograr la fecundación. Superar la
esterilidad en las parejas es un adelanto que crea nuevos problemas
éticos a resolver pero ya se están elevando las voces cercenadoras
que rechazan todo. De un hombre recién muerto se puede extraer semen
y colocarlo en su viuda, por ejemplo, con la llamada fecundación "in
vitro" o mantener el semen congelado para hacerlo más adelante;
¡qué paradoja crear vida después de muerto! Se genera un conflicto
en los religiosos con la cuestión del alma en esta circunstancia: el
alma se separa del cuerpo con la muerte, por consiguiente ya no es un
ser humano, minutos después se le extrae el semen (al muerto sin
alma) y se fecunda a su viuda en el momento o se guarda congelado,
para el caso da lo mismo, ¿el embrión es un ser humano con alma?
¡Los sistemas religiosos y la obsolescencia!
Toda
la información que se necesita para construir un ser vivo se halla
en la molécula maestra de la vida en la Tierra el ADN (ácido
desoxirribonucleico); tiene la forma de una escalera de tipo caracol
según una hélice con escalones ubicados en cuatro partes distintas
y que forman las cuatro letras del código genético. Los escalones,
llamados nucleótidos, deletrean los mandatos hereditarios para hacer
un organismo; cada forma viva tiene un grupo diferente de estas
instrucciones o mandatos pero están escritos básicamente con el
mismo lenguaje. La disparidad entre los organismos se debe a la
diferencia que existe en las instrucciones de ácido nucleico. Y aquí
viene el meollo del asunto, una
mutación es un cambio en un nucleótido, este cambio es copiado y se
transmite entero a la siguiente generación. Las mutaciones en los
nucleótidos se producen por azar. Si la mutación se mantiene, lo
cual es muy difícil pero no imposible, es lo que provoca e impulsa
la evolución biológica.
Son procesos aleatorios y lentos pero la evolución es un hecho de la
realidad. En los restos fósiles que encontramos también existe la
molécula de ADN y por ende con toda la información genética del
ser al cual pertenecen dichos restos.
Si
por los restos fósiles comprobamos que la vida se originó hace unos
tres mil quinientos millones de años pero que la vida de plantas y
animales grandes complejos y con órganos especializados comenzó en
el período Cámbrico, hace seiscientos millones de años, ¿qué
comprobación efectuamos? Pues constatamos el hecho de que existe un
hueco de casi tres mil millones de años sin que sucediera nada en el
planeta luego del origen de la vida microscópica. Un
ser todopoderoso, creador y organizador del universo y por ende de
todo tipo de vida en el mismo, ¿por qué deja este hueco?
extendiendo la pregunta ¿por qué crea el universo hace veinte mil
millones de años (big bang) y no antes?
Si hubiere un dios todopoderoso, creador y eterno el universo también
sería eterno pues si no ¿qué
estaba haciendo ese dios antes de crear el universo? Aquí también
habría un hueco y en este caso en la propia esencia del dios;
sería el dios de los huecos... Y
si decimos que el universo es eterno entonces ¿para qué un dios?
Basta con la realidad que observamos, el universo, asignándole el
carácter de eterno.
La
otra gran cuestión (recordemos que la anterior fue la antigüedad y
los huecos temporales) es el problema
de la extinción de especies.
Más del ochenta por ciento de las especies, tanto vegetales como
animales, que han poblado el planeta Tierra desde el período
Cámbrico se han extinguido. Este dato es fundamental. Si hubiere un
supremo creador, el gran diseñador todopoderoso, omnipresente y
omnisciente, es decir la idea que todos los creyentes tienen de un
dios, no crearía una especie y luego de un tiempo más o menos largo
la eliminaría. Un
dios sabría de antemano lo que va a suceder ¿para qué crear una
especie que sabe que no va a funcionar?, ¿para qué tomarse el
inmenso trabajo de crear algo tan complejo como un organismo
especializado que luego no sirve? Si lo sabe (que no va a funcionar)
y sin embargo lo crea, podríamos deducir o que es sádico o que está
jugando. El
centaurino quiere la palabra. El "Dios no juega a los dados con
el cosmos" de Albert Einstein ¿nos llevaría a la primera
respuesta? o simplemente le podemos contestar a don Albert: ¿por qué
le fija límites a un Dios todopoderoso? Si Dios quisiera jugar ¿por
qué no podría hacerlo?, ¿acaso tiene más poder el físico Albert
Einstein que asevera omnipotente, como otro dios, que el primer Dios
no juega a los dados?.
He
aquí el quid de la cuestión. La frase de Einstein fue en respuesta
a la tesis de la física cuántica que sostiene, a los niveles más
elementales de la materia, las
partículas tienen un comportamiento impredecible, es decir que están
regidas por el azar; este es el principio de incertidumbre de
Heisenberg. El mismo
Einstein en otra circunstancia expuso su también famosa frase: "Dios
es sutil, pero no malicioso".
El físico dinamarqués Niels
Bohr, tan eminente como Einstein pero no tan conocido, le replicó:
"basta de decir qué hace y qué no hace Dios".
Estas anécdotas ilustran cómo también los físicos pueden debatir
cuestiones tan egregias relegadas antes sólo para los teólogos.
Precisamente un teólogo, Tomás
de Aquino, pretendía demostrar que Dios no puede crear otro Dios. o
suicidarse, o producir un hombre sin alma, o inclusive no puede
fabricar un triángulo cuyos ángulos interiores no sumen ciento
ochenta grados. Sin
embargo los científicos Balyai y Lobachevsky hicieron esto último,
en una superficie curva en el siglo XIX. Que
paradoja: un Dios omnipotente con una lista de cosas que le está
prohibido hacer por orden de los teólogos.
La
evidencia fósil comprueba la extinción de especies; un
Hacedor todopoderoso y de suprema competencia ¿no debería haber
sido capaz de hacer desde el principio la especie deseada? La
extinción de especies confirma un proceso de tanteo, revela una
incapacidad de prever el futuro y estos dos datos no son compatibles
con un Dios omnipotente, todopoderoso y omnisciente pues demuestran
ineficiencia e ineficacia. Esta incapacidad manifiesta no puede ser
el atributo de un Dios pues contradice la propia definición.
La teoría biológica de la
evolución comenzada por Darwin y por Wallace en el siglo XIX, ahora
en el siglo XX la evolución dejó de ser teoría para transformarse
en un hecho, gracias al registro fósil y a los descubrimientos de la
moderna biología molecular, aceptado por casi todos los científicos
biólogos del planeta. La idea de que un organismo, animal o vegetal,
hubiese sido construido sabiamente con detalles precisos y especiales
de exquisita perfección e inalterables en el tiempo y de que una
especie no pudiera convertirse en otra especie fue abandonada por los
científicos. La selección natural, la adaptación al medio y la
primacía del más apto rige el proceso evolutivo aceptado ahora por
los científicos. La evolución se produce por mutaciones genéticas
(cambios repentinos en las cadenas de ADN), éstas se originan por
azar y se transmiten enteras.
No se puede anticipar el futuro;
esto es lo real pues si hubiera un dios que previese lo que sucederá
no crearía especies para luego extinguirlas. La extinción de
especies revela de manera clara y evidente una experimentación. Los
experimentos se hacen o para mejorar algo o para jugar y en esto
último puede haber sadismo o se autorrealizan por azar.
Para descifrar cualquier
cuestión nosotros deberíamos contemplar todos los supuestos
imaginables y observar todos los detalles hasta encontrar en cuál de
ellos está el cabo suelto que nos lleve al esclarecimiento. Observar
toda la realidad y desde distintas ópticas no sólo la que
consideremos a través de las opiniones de algunos supuestos sabios
(recordar siempre el capítulo dedicado a la filosofía y la polémica
del centaurino con Renato Descartes).
El
centaurino aplica un método que permite sobrellevar las situaciones
más inesperadas y consiste en pensar, haciendo trabajar el cerebro
en un sentido determinado: la
percepción de todo tipo de datos,
almacenándolos y luego atando los cabos sueltos para formular
hipótesis con las cuales operar. En este proceso interviene el
razonar pero también la intuición y las prenociones que ayudan a la
comprensión de los datos sensibles; pero todo esto debe estar
avalado por el análisis crítico (pensamiento
crítico) y la
permanente observación
de la realidad que
puede ir cambiando.
El
centaurino explica con un ejemplo cómo funciona este método
aplicándolo a una información periodística. El centaurino asevera
que la información nunca es veraz, siempre está distorsionada por
la subjetividad del individuo que la emite pero dentro de ciertos
límites... El colmo de la deformación se produce el tergiversar los
hechos amoldándolos a placer de los deseos del informante,
acomodándolos a sus prenociones o a sus intereses. Una forma sutil
se da en los reportajes por televisión cuando hay dos antagonistas;
el periodista o reportero hace preguntas a uno de los entrevistados o
éste está dando una opinión sin inquisición previa mientras la
cámara enfoca al oponente y los gestos que hace, obviamente de
desagrado por los dichos del rival; durante varios segundos se
escucha a uno y se ve al otro haciendo muecas de disgusto. Manejado
esto por el canal de televisión que desea imponer o está de acuerdo
con uno de los agonistas se transmite un mensaje dirigido y
malintencionado. Hay otra manera de actuar más exquisita aún:
cuando un tema o hecho afecta los intereses del sector dominante y en
especial cuando los gobiernos afrontan elecciones se intenta desviar
la atención pública de esas cuestiones urticantes por medio de la
introducción, a través de periodistas genuflexos y sumisos (por
supuesto bien pagos), de cuestiones nimias o de temas que sólo
afectan a particulares (padres que pleitean por la tenencia de sus
hijos, conflictos familiares, etc) generalmente dentro del derecho de
familia, pues así se logra emocionar
desviando la atención del público.
No hay mejor modo de concitar y torcer la atención que apelando a
recursos emocionales ya que estos conmocionan, exaltan, turban,
sacuden, alteran y mueven a compasión, objetivo éste que mantiene
ocupada la mente de los incautos en detrimento de aquél hecho
importante, trascendental, que afecta el interés general pero
peligroso para el interés menudo del gobierno de turno. Esto es muy
común y denota distorsión de la alardeada y ostentada libertad de
prensa. Este proceder repetido, machacado y recalcado produce
efectos; además es la forma como se maniobra a la llamada opinión
pública. El pensamiento crítico es aquel que logra descifrar la
verdad mediante un análisis profundo. No es fácil pero tampoco es
imposible. Una ayuda fundamental es conocer cómo somos los seres
humanos.
Otro ejemplo es un caso
reiterado en los medios masivos de comunicación y que relataré en
activo diálogo con el sutil centaurino.
-Amigo
centaurino, te contaré una experiencia que tuve hace muy poco y
quizá te ayude a comprender cómo somos los humanos y por ende
agregar algo al presente ensayo. Mientras desayunaba estaba mirando
por televisión un programa periodístico; el conductor de la
audición, que reemplazaba al titular por vacaciones de éste, se
comunicó vía satélite con una importante ciudad del interior del
país. La noticia del día era que una señora y su hijita habían
concurrido a una iglesia y que mientras rezaban a los pies de una
estatua la niña tocó dichos pies y se manchó de un líquido rojo.
En la pantalla la doble imagen presentaba al susodicho periodista y a
una señora joven con una niña de corta edad. La joven señora
comienza su relato aseverando
que el líquido era sangre que provenía de la estatua lo cual fue
confirmado
por un policía que acudió ante el llamado
de ella y del religioso a cargo del templo; prosigue diciendo la
joven señora que el guardián de la ley tomó con su dedo un poco
del rojo líquido y llevándolo a su boca probó su sabor
constatando,
según su entender, que era sangre. Este policía luego
se mostró temeroso de haber gustado esa sangre por el problema del
sida y solicitó a la señora sus datos para tenerla como testigo por
algún problema eventual. En este momento el periodista le preguntó
a la niña su edad; cinco años contestó ella y luego le preguntó
que pedía
a la imagen; la niñita contestó que le
pedía que sus padres no pelearan tanto.
La madre se ofuscó
levemente ante la
respuesta infantil y agregó que sí es verdad que pelea con su
marido sobre todo por cuestiones económicas y de paso se justificó
diciendo que la vida está muy difícil en el país y eso nos tiene
mal a todos. Luego de la digresión el sagaz periodista preguntó a
la mujer qué sentía al orar antes del descubrimiento y qué al
salir de la iglesia. La señora respondió que le
daba pena encontrar siempre la iglesia vacía
y que ella pedía a su dios que las personas acudiesen a orar al
templo como ella. Agregó que al
salir sintió una gran paz
y se retiró a su casa con la hija pero que de inmediato llegaron
periodistas a entrevistarla y que publicaron toda la historia por
radio, prensa escrita y televisión diciendo: "el milagro de la
estatua que mana sangre". Comentó que toda
esa publicidad ella no la quería pero..."bueno las cosas son
así; el religioso me dijo que ahora el templo se llena de gente para
ver el milagro de la sangre que sale de la estatua".
El astuto periodista hizo otra digresión preguntando
a la niñita si ahora (habían pasado varios días del "milagro")
los padres no se peleaban;
la cándida niña de cinco años contestó: "se
siguen peleando igual".
La emisora de televisión cortó
abruptamente la emisión
y comenzó con tandas publicitarias-. Concluí el relato recostándome
en un mullido sillón.
El centaurino me miró durante
un buen rato buscando en mi rostro algún detalle ignoto pero yo
permanecí imperturbable esperando sus reflexiones sobre la jugosa
narración.
-¿Arreglo económico entre el
religioso y la señora por la publicidad?- Preguntó el centaurino
moviendo ligeramente los labios.
-¿Un policía puede probar
presunta sangre así nomás? ¿El temor del sida le vino después?-
Al advertir el juego de mi amigo lo seguí.
-Análisis urgente. ¿Sangre
humana o de otro animal?- Siguió el centaurino arrellanándose en el
sillón, -¿peleas en el matrimonio por problemas económicos
solamente?-
-La paz de la señora al salir
del templo sería por satisfacción ¿de qué tipo?- Pregunté con
ironía.
-Depende del arreglo ¿y si fue
mixto?- Parecía que el centaurino hacía hincapié en este punto del
acuerdo.
-¿Pago en especie y en moneda?-
Proseguí con el punto que intrigaba al centaurino.
-El marido siguió peleando
(asevera la nena que no miente) ¿podría no ser en moneda?- Continuó
el centaurino tomando su rodilla derecha con ambas manos.
-¿No es que era mixto?- Miré
al centaurino desconcertado.
-Sexo, moneda o un tercer
elemento ¿quizá simples promesas?- Añadió el centaurino mirándome
fijo.
-¿De trabajo?- Dije pensando en
el máximo problema que acucia al país.
-Podría ser aunque es
prematuro; no le dio tiempo de concretar ¿más bien promesa de
dinero?- Dijo el centaurino rascando su mentón.
-Si es mixto ¿promesa y qué
más?- No me convencía la mixtura, era demasiado para la joven
señora.
-¿Promesa más alguna variante
de sexo?- Siguió el centaurino obsesionado.
-¿Por qué variante?-
-Con la niña presente mucho
espacio no hay ¿no te parece?- Discurrió con razón.
-Comprendo, dedos mágicos
¿verdad?- Expresé sonriendo.
-La paz de la señora lo
indicaría-. Aseguró el centaurino.
-Seguir peleando con el marido
también lo señala-. Afirmé pensativo.
-Lo
más importante de todo es que llamaron la atención.
El país (y quizás en el exterior) se enteró de la joven señora
(que pelea con su marido) y de su hijita que descubrió sangre
"milagrosa" en los pies de una estatua. El templo ahora se
abarrota de personas que desean ver la sangre. Ese objetivo está
cumplido. Esperemos que les dure ¿no te parece?- Concluyó el
centaurino con ironía en la última frase.
La
tonta e insulsa charla, plena de desvaríos y necias suposiciones,
sirvió, sin embargo, para resaltar el punto clave: "de cómo
llamar la atención" podría titularse el diálogo. La idea
"mágica" siempre vigente seduce a las personas por encima
de toda otra cuestión. Los "milagros", casi en el siglo
XXI, aún se manifiestan con fuerza. La explicación de la paz de la
joven señora simplemente podría ser por cumplir su objetivo de
llenar
el templo; antes la angustiaba su vacuidad (¡la suya de ella y la
del templo!).
Hemos agregado algo valioso: la
droga psíquica es un arma poderosa que confluye con las otras
químicas para anular personas quitándoles el sentido de análisis
crítico de la realidad.
También
se advierte cómo operan las prenociones: cada
uno ve lo que quiere ver.
En
el relato de la joven señora ella vio un "milagro" pues
sus prenociones apuntaban hacia allí. En cambio yo, sin darme
cuenta, hacía hincapié en otros datos de su narración; por ejemplo
lo dicho por su hijita de cinco años que iba al templo a pedir que
los padres no se pelearan más y su rezo no fue atendido, los padres
siguen peleando. El perspicaz periodista concluyó el reportaje
preguntando a la niña precisamente esto y en el canal cortaron
abruptamente la transmisión. El ruego de la madre, en cambio, sí
fue satisfecho: la iglesia antes vacía, ahora con el "milagro"
se colmó de gente. El detalle del policía que prueba la sangre para
mí y para el centaurino también fue importante por lo raro. Que el
religioso al frente del templo también dijera enseguida que podía
tratarse de un "milagro" me resultó (al centaurino lo
mismo) sospechoso y esto se completa con la reticencia de las
autoridades religiosas superiores a admitir el fenómeno. Mis
prenociones (y las del centaurino) llevaron a ver estos puntos y a no
aceptar la tesis del "milagro" como sí lo hicieron la
joven señora y el religioso que está al frente de la iglesia; esta
connivencia a nosotros nos resultó de entrada muy sospechosa; quizá
por eso fantaseamos sobre supuestos en un juego de preguntas. La
idea central es que cada uno ve lo que sus prenociones le indican.
Imaginemos
(si los filósofos lo hacen, nosotros también podemos ¿verdad
centaurino?) que yo sea apresado por la policía de un país
gobernado de manera autoritaria y manejado por una mafia que trafica
drogas químicas y armas. Obviamente tanto el centaurino como yo no
pertenecemos a dichas mafias pero ellas necesitan unos "chivos
expiatorios"; nuestra misión es averiguar cómo "trabajan"
y quiénes son los responsables para lo cual yo me dejo apresar y el
centaurino...pero no le quitemos suspenso al relato... En suma
imaginemos que el centaurino y yo hacemos
de detectives en un país extranjero
y enviados por Interpol.
La historia podría narrarse
así.
"En ése país imaginario
estando yo en un bar soy secuestrado por un grupo de maleantes y
llevado a un cuarto de una gran mansión. Allí los parapoliciales
(que de ellos se trata, no olvidemos que es un país gobernado por
una dictadura) me dejan con las manos y los pies libres en compañía
de una mujer-policía. Ella intenta seducirme para que yo me declare
culpable e incrimine también al centaurino que se quedó en el
hotel. Luego de varios intentos frustrados la mujer se queda dormida
en un mullido sillón; afuera había guardias custodiando la puerta
para que yo no escapara. Pero en el cuarto de baño aledaño descubro
un ventanuco que comunica con un gran patio contiguo a otro similar
ubicado en la casa vecina del contrafrente; aparentemente única
forma de escapar pues la ventana del cuarto principal daba a un
parque frontal protegido por perros y guardias armados. El ventanuco
era muy pequeño pero como soy delgado intento la huída aprovechando
el sueño de mi seductora acompañante. Al salir, con gran esfuerzo,
por el ventanuco me encuentro con mi amigo el centaurino que había
acudido a mi rescate merced a un soberbio trabajo de investigación
que realizó al percatarse de mi secuestro. Logramos huir por el
patio (él había llegado hasta allí precisamente por esa ruta desde
la casa vecina que hacía de contrafrente y cuyo patio desembocaba en
la calzada opuesta); una vez en la calle tomamos un taxi y regresamos
al hotel. Al otro día leemos en un diario la crónica siguiente:
"UN MONSTRUO ESCAPA DEL
PAIS.- En una conferencia de prensa ofrecida por el Jefe de nuestra
magnífica Policía y donde, además de su excelencia Agha H. Abedi,
se encontraban presentes el Jefe Zayed, el financista G. Pharao y su
hijo L. Pharao, el distinguido Amed Collaz junto con los
representantes de la prestigiosa empresa Monique S.A. señores Tony
Grec, Benit Daleu, R. Isaz, B. Torre, J. Medin, A. G. Cand, E. D.
Ramir, T. del Pin y Kalil Hussein Dibú quienes avalaron con su
valioso testimonio el informe entregado a los periodistas y que
transcribimos textual.- "Un peligroso y feroz asesino logró
escapar utilizando la más sangrienta de las estratagemas conocidas.
El traficante de narcóticos y de armas conocido con el seudónimo de
"Centaurino" y que ingresó al país clandestinamente fue
finalmente apresado por nuestra inteligente policía y retenido,
hasta ser llamado a sede judicial, en unas oficinas provisorias que
el gobierno alquila a la benefactora de nuestro país la firma
Monique S.A.. Como se trataba de un delincuente buscado por la
Policía Internacional lo retuvimos dos días tratándolo con suma
benevolencia a pesar de conocer su temible y tenebroso prontuario que
prontamente nos fue suministrado. Lo teníamos encerrado en una
habitación pero con las manos y pies libres para que pudiese ir al
baño y comer cuando quisiera. Este fue nuestro único error y lo
reconocemos. Deberíamos haberlo tenido esposado y con grillos en los
pies como a un delincuente común pero tratándose de un extranjero
quisimos retenerlo en buen estado hasta ser entregado al juez. Una
audaz y leal policía estaba en su habitación controlando todos sus
movimientos para evitar alguna jugarreta del bandido pero además
habíamos colocado guardias en la puerta de ése cuarto y en todo el
edificio y aledaños; la finca estaba cercada y a prueba de ataques
exteriores. El pervertido sujeto intentó forzar sexualmente a
nuestra arriesgada policía quien se resistió pero antes de que
pudiese gritar pidiendo la ayuda de los custodios exteriores el
miserable la estranguló y luego de muerta la violó salvajemente.
Luego el asesino con su cigarrillo prendido (no sólo comida sino
también cigarros y bebidas pusimos a disposición del preso) quemó
el pobre cuerpo de su víctima en los delicados pechos dejándole
marcas horribles. ¡Gracias a Dios que la muchacha no sufrió! Al
estar ya muerta todas estas vejaciones lo único que hicieron fue
saciar los bajos instintos del sanguinario y cruel sátiro. Luego de
perpetrado su bestial crimen el inhumano se tiró por la ventana que
da al jardín; al acudir los perros que estaban de guardianes el
miserable, con una fuerza hercúlea, los estranguló uno a uno y
luego para seguir satisfaciendo su sed de sangre los despanzurró con
un cuchillo que robó de la fuente con alimentos que nosotros
(ingenuos y bondadosos) le habíamos llevado. Conviene aclarar que
este peligrosísimo homicida es corpulento, con poderosa musculatura
y nervios de acero; causa espanto con sólo verlo por su apariencia
feroz. Reiteramos que deberíamos haberlo tenido esposado y pedimos
disculpas al pueblo pero quisimos ser humanitarios y no dejarnos
impresionar por el aspecto temible del sujeto. Todos saben que
valoramos la vida de las personas y jamás se nos ocurriría lastimar
a nadie como sí lo hacen en otros países que tiran a sus
prisioneros al mar desde aviones para desembarazarse de ellos y luego
lo niegan. Nosotros reconocemos nuestros errores y pedimos disculpas
al mundo. Para concluir, el salvaje luego de matar a nuestros perros
con su fuerza increíble (sólo ahora lo comprendemos) logró torcer
los barrotes de la reja que separa el jardín de la calle y huyó
pero sabemos que un cómplice lo esperaba desde muchas horas antes en
un automóvil; éste otro sujeto es también corpulento y tan salvaje
como "El Centaurino". Las últimas noticias que tenemos
sobre ellos nos dejan apabullados. Son parte de una gigantesca
organización que opera en todo el planeta contrabandeando narcóticos
(en especial cocaína) y venta clandestina de armas a países y a
grupos de subversivos. Tenemos la pista de ellos; sabemos que huyeron
a una de sus madrigueras en el país más poderoso del mundo y allí,
seguramente, los apresarán y juzgarán como corresponde con todas la
garantías legales para luego condenarlos y... Será Justicia."
"Una
forma efectiva de dilucidación de casos es, precisamente, ésta.
Provocar un hecho
deliberadamente para luego analizar las reacciones que él produce.
Generalmente cada cual tiene su propia interpretación y ésta
depende de su condición y de su naturaleza. El ser humano sin
hipocresías emerge en una lectura
analítica de esas
reacciones. Al saber el centaurino y yo la verdad sobre los hechos y
confrontar con el relato de ellos descubrimos infinidad de datos que
ayudan en la investigación.
-Tienes razón la sola lectura
ayuda a descifrar la calaña de estos sujetos y además suministra
valiosa información sobre algunos intermediarios poderosos y quizá
también de algún "cerebro". Lamento lo de la muchacha;
esos salvajes la destrozaron por represalia; lo mismo hicieron con
los perros pero lo de la mujer es terrible-. Dijo el centaurino con
dolor.
-La torturaron sin piedad antes
de matarla; la represalia es lo más horrendo y sádico que se pueda
pergeñar, me recuerda a la idea del infierno suprema represalia pues
es eterna y quema sin consumir. La desdichada policía fue quemada en
sus pechos..."
El relato que antecede puede
servir al lector para la ejercitación activa de los principios
estudiados hasta el momento. Recuerde siempre que "a toda acción
corresponde una reacción, es decir que todo estímulo es recibido
por una respuesta que puede ser o positiva o negativa; además la
inercia que indica una conducta o de reposo o de movimiento a no ser
que fuerzas externas hagan variar esos estados." Provocar hechos
y esperar las reacciones consecuentes es, tal vez, una de las formas
más útiles de analizar la realidad sobre todo en el campo de la
sociedad pergeñada por los humanos. La hipocresía gobierna los
actos de mucha gente...y así somos los homo sapiens. La imaginaria
(como todo el relato) crónica periodística ayudó a detectar a los
culpables y a conocer cómo "trabajaban", información que
los detectives estaban buscando.
Como en el evento anterior este
otro caso puede servir al lector para comparar con la vida real
aclarando que toda similitud en su parte imaginaria con la vida real
es mera coincidencia. No obstante, sirve para comprender cómo opera
el pensamiento mágico en oposición al conocimiento que buscan las
ciencias. Comienza con datos históricos, obviamente reales, y
concluye con un proceso judicial hipotético ya que el juicio real
está celosamente guardado en los archivos del Tribunal del Santo
Oficio (Inquisición) si es que no fue quemado en alguna pequeña
hoguera. En este juicio se confrontan datos de ambas formas de
pensamientos, es decir el mágico y el crítico o analítico. Como el
centaurino por razones obvias tiene predilección por los astrónomos
le cedo a él la palabra.
Giordano Bruno (siglo XV) era un
monje católico que estudiaba astronomía y a través de sus
observaciones había llegado a una serie de conclusiones como por
ejemplo la existencia de infinitos mundos muchos de ellos habitados.
Este convencimiento de Giordano Bruno parece que fue el "crimen"
más horrendo que pudo cometer y por ello la "santa"
Inquisición ordenó quemarlo en la hoguera. Giordano Bruno no se
"rectificó" como Galileo; fue torturado salvajemente en la
boca y finalmente quemado vivo en enero del año 1600. La idea más
irritante que propulsó Giordano Bruno fue la existencia de vida en
otros planetas. Ya no era solamente el hombre criatura de Dios, él
sostuvo que había otras criaturas lo cual lo planteó como
hipótesis. La primera persona que afirmó en forma explícita la
existencia de infinitos mundos en órbita alrededor de otros soles
fue, precisamente, Giordano Bruno. Y como remate de esto el mismo
Bruno dijo, también por primera vez en la Historia, que el universo
presenta más o menos el mismo aspecto lo miremos desde donde lo
miremos. Hasta aquí los datos históricos ahora el relato de ficción
del proceso a Giordano Bruno; ése juicio se celebró en las
postrimerías del año 1599 en la península itálica.
"Un canto gregoriano
poblaba el ambiente; su monótona pero bella melodía producía una
gran paz. Lentamente los monjes cesaron de cantar y se escuchó la
voz ronca del que presidía el cónclave mientras su gruesa figura se
regodeaba impaciente en el tallado sillón.
-Queda abierto el juicio del
Santo Oficio contra el fraile Giordano-.
-Hermano Giordano Bruno, se te
acusa de herejía-. Afirmó la ronca voz del inquisidor mayor.
El personaje solitario que
estaba en el medio del salón rodeado por los otros frailes se
levantó del banquillo y con voz al comienzo frágil pero luego firme
expresó: "-No soy hereje. Creo en las Sagradas Escrituras, en
Dios, en Jesucristo y en nuestra Iglesia Católica. También creo en
el Papa como el máximo representante de Dios en la Tierra. La
imputación de herejía es falsa no tiene ningún asidero legal ni
religioso. Herejes son los que niegan la doctrina aceptada en los
concilios-.
Un segundo inquisidor intervino
en el debate. Era un hombre alto, ligeramente encorvado;
contrariamente al resto de los frailes era delgado y su voz suave,
aterciopelada no demostrando animosidad hacia el acusado. Era la
contracara del inquisidor mayor o al menos eso parecía.
-Hermano Giordano. La Iglesia
dice que la Tierra es plana. Tú sostienes que es redonda. La Iglesia
dice que el ser humano fue hecho a imagen y semejanza de Dios y que
es su criatura única con alma. Tú dices que puede haber otros
habitantes en planetas lejanos. La Iglesia dice que todos los astros
están suspendidos en una esfera que se mueve y que la Tierra está
fija, no se mueve y está sólidamente enclavada. Tú dices que todos
los astros se mueven; que la Tierra se mueve alrededor del sol y que
hay muchos otros soles, que también se mueven y que tienen otras
Tierras que se mueven a su alrededor y además agregas que pueden
tener habitantes como el hombre. Si esto no es herejía, ¿la herejía
donde está?-
Giordano Bruno miró al segundo
inquisidor con ojos tristes, su boca se torció en una mueca y con
voz trémula por una profunda emoción contestó lentamente.
-Hermanos Inquisidores, Hermanos
Frailes. Lo que yo digo es lo que observo. Antes que mi modesta
persona, Aristarco de Samos dijo que el centro del sistema planetario
está en el Sol y no en la Tierra. Durante un eclipse lunar dedujo,
por el tamaño de la sombra de la Tierra sobre la Luna, que el Sol
tenía que ser mucho más grande que la Tierra y estar muy pero muy
lejos. Es probable que esto le hiciera pensar lo absurdo que un astro
tan grande como el Sol girara alrededor de un astro tan pequeño como
la Tierra; por eso colocó al Sol (redondo) en el centro, a la Tierra
(también redonda) girando sobre su eje una vez al día (cuando mira
al Sol es de día, cuando no es de noche) y que orbita alrededor del
Sol una vez al año. Esta tesis la rescató un clérigo polaco
llamado Nicolás Copérnico en el año 1543 y la publicó. Otro
observador de los cielos, Galileo Galilei, sostiene idéntica
posición; además Galileo usa en sus observaciones el telescopio con
lo que comprueba las tesis. Galileo con su telescopio es la primera
persona que estudia realmente cómo son los cielos y constata sus
opiniones con la observación directa a través del telescopio-.
La voz ronca del inquisidor
mayor se elevó por sobre la del acusado y dirigiéndose al escribano
que tomaba las actas del juicio espetó con furia.
-Hermano Escribano, tome nota de
ese otro fraile llamado Copérnico y de su libro para examinarlo y
censurarlo como corresponde. En cuanto al susodicho Galileo Galilei
debe ser juzgado de inmediato antes que sus teorías se extiendan y
esa arma del demonio llamada telescopio debe confiscarse. Estos otros
dos herejes que contaminan con sus dichos malévolos la vida pacífica
y ordenada de la criatura humana deben ser extirpados antes que
pudran a la humanidad-.
-Con todo el respeto que me
merece el tribunal inquisidor del Santo Oficio me permito recordarle
al Inquisidor Mayor que los Santos Evangelios no prohíben el estudio
de los astros-. Señaló tímido Giordano Bruno.
-Los Obispos en sus sínodos y
con la opinión de los Padres: San Agustín, Santo Tomás de Aquino y
el resto de los Padres de la Iglesia se ha fijado una doctrina y ésta
dice que la Tierra es plana, está fija, no se mueve es el centro del
universo y el hombre la única criatura de Dios que habla y tiene un
alma inmortal. Todos los estudios que atenten contra la verdadera
doctrina de la Iglesia son perniciosos errores y herejías que deben
ser condenadas, como hicimos con Montano, Arrio, Atanasio, los
gnósticos y otros en su momento-. Manifestó severo el inquisidor
mayor.
-Es diferente; esos herejes que
tú nombraste postulaban cuestiones referentes a la fe y a cómo
interpretarlas. Yo intento investigar la realidad y formulo teorías
sobre astronomía no sobre la fe. Lo mismo hacen Copérnico y
Galileo. Nosotros hacemos ciencia-. Insistió tozudo el valiente
Giordano.
-Pues tu ciencia atenta contra
la fe al poner en duda toda la doctrina reconocida por los sabios de
la Iglesia-. Pontificó el inquisidor mayor.
-Galileo dice que mirando por el
telescopio divisó en la Luna montañas y cráteres; descubrió que
el planeta Júpiter tiene varias lunas propias y vio los anillos de
Saturno. Tú puedes verlo también. Todos deberían mirar por el
telescopio-. La voz grave pero mansa de Giordano Bruno se elevó
cubriendo la sala.
-Hablas como un verdadero
hereje. Quieres contaminarnos con el arma del demonio. Ese telescopio
fue hecho por Satanás y traído del Infierno, por eso quema los ojos
al mirar por él y les hace ver lo que Lucifer desea. Además tiene
forma de falo que al intentar penetrar la inmensidad de los cielos
comete pecado de concupiscencia; en todo se ve al Maldito. No cabe
duda: se trata del bastón de Belcebú-. Masculló muy irritado el
inquisidor mayor haciendo la señal de la cruz por tres veces.
El resto de los frailes se puso
de pie y la señal de la cruz fue por un minuto el único gesto en
medio del sepulcral silencio.
-Hermanos, están equivocados.
El telescopio es un simple instrumento que sirve para observar y
descubrir objetos en el espacio a enormes distancias y tiene forma
alargada para poder cobijar lentes cóncavas y convexas, adentro de
un tubo de plomo, que permiten el acercamiento de los astros. Las
lentes son sencillos cristales pulidos que traslucen las imágenes.
La astronomía se enriquecerá con esta herramienta. Es un artificio
maravilloso que permitirá el progreso de las ciencias-. Describió
con entusiasmo Giordano Bruno.
-Lo dicho. Las ciencias son
enemigas de la fe. El hombre con su razonamiento llegó a Dios; como
San Agustín y Santo Tomás. No necesitamos instrumentos del demonio
para mirar la grandeza de Dios. No se debe buscar ni experimentar eso
es cosa de Satanás. La sabiduría está en los libros. El gran
Aristóteles ya lo dijo todo y Platón encontró la perfección.
Nuestra doctrina heredera de ellos tiene una fortaleza que emana de
Dios y es indiscutible. La Tierra es plana por más que el telescopio
nos diga lo contrario. Si fuera redonda y estuviera suspendida en el
espacio se caería; hasta un niño puede ver eso. ¡Es plana y está
firmemente enclavada!- Gritó furioso el inquisidor mayor.
-¿Enclavada dónde?- Inquirió
dulcemente el fraile Giordano Bruno.
-Enclavada en...enclavada
en.....todo el mundo lo sabe.......no se mueve y es plana; está
quieta, firme, segura. La Tierra es el centro del universo de Dios.
Dios la tiene sujeta en sus brazos y sostiene en esferas de cristal a
todos los otros astros. Los cielos son inmutables-. Respondió
confuso el inquisidor
-Y todos los otros astros
¿también son planos?- Demandó rápido Giordano Bruno.
-Sí, son planos y están
sólidamente sujetos a las esferas de cristal que giran sobre la
Tierra. Los cielos son inmutables-. Apostilló el segundo inquisidor
interesado en la disputa pero mirando temeroso al inquisidor mayor,
quien asintió con una caída de cabeza.
-Bueno, entonces hay algo que
gira, es decir, se mueve. Si se mueve, hay movimiento, hay cambio. Si
hay cambio ya no es inmutable-. Aseveró con firmeza Giordano Bruno.
Hubo un silencio general. Sin
darse cuenta los frailes habían caído en un debate con un
contradictor de mente lúcida y atento observador.
El inquisidor mayor se puso de
pie y con voz estentórea ordenó suspender el juicio hasta el día
siguiente, mientras en voz baja mandaba regresar a la celda a
Giordano Bruno; esta orden la impuso con el agregado de ejecutar
sobre el prisionero las acciones correspondientes a lo prescrito por
la ley canónica para hacerle confesar su "error". Esto
significaba la tortura física para el fraile y astrónomo Giordano
Bruno.
Una celda de piedra con rejas
aherrumbradas, iluminada con antorchas y se escuchó un terrible
grito de dolor. Conforme a lo ordenado por el inquisidor mayor el
desdichado Giordano Bruno estaba siendo torturado salvajemente como
era la costumbre y lo estipulaba la ley de la Santa Inquisición.
Atado a un "potro" estiraban su cuerpo; mientras uno de los
verdugos con tenazas de hierro llenas de herrumbre arrancaba dientes
y muelas, otro verdugo aplicaba una cuchilla candente en el rostro y
otras partes del infortunado cuerpo hasta transformarlo en un
guiñapo. Finalmente un gigantesco verdugo con una capucha negra que
tapaba su cara y parte del pecho se acercó al desvalido y arrancó
en rápida maniobra la lengua diciendo: "-pobre desgraciado, ya
sufrió demasiado por hablar. Sin lengua no volverá a pecar..."-.
Mientras otro verdugo le refutaba: "-no tengas piedad de él; es
un científico pecador y está poseído por el diablo. Además ya
poco le queda de vida para volver a pecar"- El gigante verdugo
observando la lengua sanguinolenta que reposaba en su manaza
balbuceó: "-Si la hubiera usado para rezar en lugar de proferir
teorías heréticas estaría en su lugar. ¡Qué sirva de ejemplo
para los charlatanes endiablados!"- El cuerpo exánime del
fraile astrónomo (más astrónomo que fraile) cayó desmayado sobre
el piso de piedra.
La sala del juicio; en el centro
yacía el cuerpo inerte del mártir de la ciencia Giordano Bruno
mientras sus implacables jueces dialogaban entre sí.
-Es una infamia lo que se ha
hecho con el imputado-; comenzó diciendo el segundo inquisidor con
voz sincera y plagada de emoción -la tortura lo ha dejado
imposibilitado de continuar con su defensa y además todavía no
había sido declarado culpable. Esto debe quedar en los anales del
Santo Oficio como la gran injusticia hecha a un hermano fraile-.
-La tortura se aplica para hacer
hablar a los procesados; si no fuera por el tormento jamás
obtendríamos confesiones de las atrocidades que cometen los reos y
no podríamos condenarlos-. Gesticuló el inquisidor mayor.
-Antes de condenar hay que
buscar pruebas y no intimidar con el tormento esto no forma parte de
la doctrina de Cristo-. Insistió el segundo inquisidor.
-El tormento forma parte
esencial de nuestro procedimiento. Tú lo sabes y no intentes
reformar lo que en siglos se ha establecido. La mortificación del
cuerpo es válida para purificar el alma. ¡Qué Dios se apiade del
alma del hermano Giordano!- Contestó con cinismo el inquisidor
mayor.
-Esto es injusto. Al hermano
Giordano le arrancaron la lengua, ya no puede defenderse. De aquí en
más todo es ilegal, incluso para la ley canónica. El Papa debe
intervenir para salvar lo que queda de nuestro hermano-. Apelaba el
segundo inquisidor con lágrimas en los ojos viendo a Giordano
acurrucado en posición fetal.
Con voz tonante, poniéndose de
pie y con gesto majestuoso, el inquisidor mayor anunció:
-Ya el Tribunal del Santo Oficio
tiene la Sentencia. Esta Santa Inquisición condena al reo Giordano
Bruno a ser quemado en la hoguera por el delito de herejía. Que se
cumpla la Sentencia para ejemplo de los infieles herejes-.
Un canto gregoriano se elevó
tapando la voz del indignado segundo inquisidor que vanamente
intentaba hacerse oír.
Una enorme pira ritual y en el
centro, atado a una estaca, se hallaba lo que quedaba del infortunado
Giordano Bruno todavía con un hálito de vida. Una muchedumbre
avalaba con su presencia el martirio del científico. Paradojas de la
humanidad: siglos antes una muchedumbre pagana en un circo avalaba lo
mismo con los primeros cristianos. La misma brutalidad con distintas
ideologías; el poder, sea quien fuere el ocupante, reprime a los
disconformes. Todos tienen sus mártires que son usados. El fuego fue
iniciado en un costado de la pira y lentamente la hoguera creció.
Las lenguas de fuego comenzaban a acariciar el destrozado cuerpo que
los gases de la combustión ya habían matado.
Las llamas llegaron a las
piernas y todo el cuerpo fue una tea ardiente. A un costado, un
tablado con dignatarios tocados con altos bonetes y capelos hacía la
señal de la cruz mientras rezaban con las manos ante el pecho en
humilde actitud. Se oyó la voz del inquisidor mayor que elevándose
por sobre el vagido de la muchedumbre y con su mano derecha en alto
imploraba:
-Satanás se había apoderado de
su cuerpo. ¡Qué Dios se apiade de su alma inmortal!-
Hemos visto que el método más
seguro para acceder al conocimiento de cómo funcionan las cosas es
la metodología científica. La enorme importancia que tiene el
conocimiento considero que no puede ser rechazada por nadie; sin
embargo no es así. Muchos consideran el conocimiento como una
"droga"; en el pensamiento oriental lo correcto es la
inacción, la quietud y la ignorancia. Lao Tse por ejemplo;
transcribo su cita 65 del "Tao Te Ching" que dice: "Los
buenos taoístas de la antigüedad no ilustraban al vulgo (sic), lo
dejaban en su ignorancia. El pueblo se gobernará difícilmente si
posee muchos talentos. Gobernar con talentos es ruina del Estado. Sin
talentos se enriquece el Estado. El conocimiento de esta doble
realidad es la verdadera solución".
Cedo
la palabra al centaurino. Este tremendo pensamiento que muchos
practican significa que cuanto más ignorantes sean los pueblos más
se puede extraer del erario. El tesoro público de las naciones,
provincias y municipios es una de las presas más codiciadas y más
que el Estado, según expresa Lao Tse, considero
que se enriquecen los funcionarios.
Para los que detentan poder el conocimiento es una "droga"
que debe ser combatida. Para los que intentamos conocer, la
ignorancia es la verdadera droga
y que se obtiene a través de las otras drogas tanto químicas como
psíquicas; pueblo adormecido es fácil de engañar y los homo
sapiens son (dice el centaurino) codiciosos, hipócritas y estúpidos
además de agresivos, ritualistas, territoriales y jerárquicos. Esta
realidad se observa en la sociedad que a finales del siglo XX actúa
sobre la base de estas características básicas. Es muy difícil
encontrar homo sapiens incorruptibles casi todos son proclives a la
codicia; la frase de Napoleón: "todos los hombres tienen su
precio", refleja una realidad que el centaurino comparte.
Quizá
la ambición de dominio y el afán de poder gobernar a las personas
sea el sustento de la codicia de bienes. Muchas veces ese deseo de
poder está disfrazado con racionalizaciones altruistas (los que
"hacen" para los demás ocultando, sin darse cuenta, su
verdadero objetivo egoísta). Esto último sucede con las ideas
religiosas y con las ideas políticas, en ambos casos se pretende
defender alguna causa y las personas que las sostienen se consideran
altruistas, cuando en rigor buscan
dirigir las acciones de los demás, es decir ejercer poder sobre las
personas. En el caso
de la codicia económica, es decir querer bienes para sí, es más
directo el objetivo de lograr poder ya que no hay disfraz
"altruista"; podríamos expresar que es menos hipócrita.
De allí los llamados códigos
de honor que rigen en
la delincuencia; la palabra dada, para ellos es ley. La cuestión es
ver qué sucede con sus actos, si benefician o perjudican; la
historia es la única forma de comprobarlo. De allí que sea tan
importante conocer la historia de la humanidad y de los hombres en
particular. En este último caso saber cómo vive una persona es
saber mucho de su idiosincrasia. Los
actos más que los dichos de una persona reflejan su carácter, su
temperamento y su valía como ser humano; así se detectan las buenas
personas. Un modo de
vida digno pero austero indica mesura, respeto y sabiduría; el lujo
señala desprecio por los otros y evidente egoísmo. Estos conceptos
están relacionados con la ética y sobre todo con la idea de no
dañar; el lujo daña pues siempre es a costa del sufrimiento de
otros. Si la sociedad fuera toda
opulenta quizá no sería tan grave que alguien presuma por sus
riquezas; ése orgullo simplemente reflejaría un banal sentido de la
vida y la mediocridad de su portador. Pero ante la enorme carencia de
millones de personas, vivir con lujos revela un mezquino y dañino
egoísmo. La hipocresía se "inventó" para ocultar con
palabras vanas el real y auténtico pensamiento; hipócrita significa
actor. ¿Quiénes son los que actúan en nuestra sociedad? No me
refiero (prosigue el centaurino) a artistas de teatro o de cine sino
¡actores de la vida! Una manera de detectarlos es detenerse en
aquellas personas que se visten diferente, tipo uniforme, algo que
los distinga del resto, que los
coloque por encima,
en suma que los haga jerárquicos. Tanto militares como religiosos
satisfacen este requisito: son
las estructuras más jerárquicas que los homo sapiens inventaron
(asevera con énfasis el centaurino). Tan es así que no podrían
funcionar satisfactoriamente si no fuesen jerárquicas. A lo largo de
la evolución humana ambas jerarquías cimentaron las estructuras del
poder. El jefe de la horda primitiva tenía bajo
su mando a soldados y a su lado siempre un hechicero (la droga
psíquica). Las armas
y las drogas psíquicas siempre estuvieron hermanadas desde la
prehistoria; inclusive antes ya que en los restos fósiles de
homínidos se encuentran aunadas armas, fémures y otros huesos de
animales grandes, junto a residuos de rituales. A medida que la
cultura fue evolucionando apareció
la síntesis del
poder de las armas y del poder de la droga psíquica: la política.
Los políticos son la
última generación de la estructura del poder.
¿Hay algún político
actual de cualquier país que no tenga ribetes actorales?; ¿que no
represente algún rol?; ¿que no busque llamar la atención? Los
muros y estrados de todo el planeta exhiben sus rostros sonrientes.
El centaurino pregunta ¿de qué se ríen los políticos? El
centaurino responde: se ríen de nosotros, sus votantes. Los notables
torpes en comprender las cosas, es decir los estúpidos homo sapiens.
La actuación es el medio de
atracción utilizado por los que intentan enamorar y tiene siempre un
tablado o escenario donde el hipócrita, que significa actor, hace
efectivo su rol.
Un detalle donde los propios
Estados actúan a través de sus funcionarios más relevantes es en
los informes muy secretos y la documentación especial que siempre
ocultan algún hecho turbio o dicho más claramente algún delito. En
muchos Estados se emiten decretos secretos; sí, aunque parezca
increíble en una supuesta democracia hay decretos secretos que, rara
vez, son detectados y dados a luz en tiempo actual ya que
generalmente se conocen luego de veinte o treinta años cuando ha
operado la prescripción (liberarse de una obligación por el mero
transcurso del tiempo) del delito. Los hechos se aclaran cuando ya
nadie pueda ser incriminado y la gente olvidó el caso. La
prescripción obrando como la extensión de la impunidad. Muchas
veces estos decretos secretos transgreden normas éticas básicas
además de las jurídicas del derecho internacional, pero como
siempre no hay pruebas contra el responsable aunque deberían serlo
quiénes lo firman. Estas tretas actorales se realizan en todos los
Estados pero algunos se exceden hasta lograr piezas de comedia de un
nivel superior a las de Aristófanes. La vida no es sueño
(corrigiendo, con respeto, a don Pedro Calderón de la Barca) sino
comedia con actores y con espectadores; adorantes y adorados...¡ah!
y un reducido grupúsculo de observadores críticos.
El
centaurino manifiesta que sus conceptos pueden ser duros, quizás
implacables pero solicita del lector que preste muchísima
atención al texto que sigue pues, según él, es de extremada
importancia para
comprenderlo (a él, al centaurino) y para
entender cómo funcionan las cosas en nuestra cultura.
*El
enamoramiento (en oposición al amor) utiliza precisamente este
mecanismo: el sujeto ve en el otro las propias ilusiones y su
realización se canaliza a través de ése otro sujeto, hay una
simbiosis. Esta
relación es ilusoria, dependiente y corta
pues se produce indefectiblemente la desilusión al no haber
conocimiento real del otro. En
el amor sucede todo lo contrario: cada sujeto conserva su propia
identidad y ve al otro tal cual es sin la deformación de sus propias
ilusiones proyectadas. En consecuencia existe conocimiento real del
otro, el cual se complementa con respeto, responsabilidad, cuidado.
La preocupación activa por la vida y el crecimiento del ser amado
mas siendo responsable, es decir, estar dispuesto a responder a las
necesidades del otro pero como acción voluntaria. Y respeto no es
temor o sumisa reverencia como generalmente se estima sino la
capacidad de ver a alguien tal cual es; la raíz de la palabra
proviene de "respicio", volverse a mirar hacia o mirar por
otro, protegerle, ("aliquem respicio"). En el enamoramiento
se tiene al otro como objeto, es decir una cosa, en caso extremo el
poder absoluto sobre una persona; que el otro haga, sienta y piense
lo que queramos, en síntesis que sea una posesión, nuestra
posesión, una cosa y no una persona.
Este mecanismo es el usual en la sociedad humana y comienza en la
célula básica: la pareja. Se traslada luego al resto de la
estructura; todo el
tejido social está impregnado de enamoramiento y de posesiones.
Las organizaciones sociales no escapan a esto y más aún lo
establecen como norma. Las religiones son la clave de esta manera de
pensar por su contenido mágico. En
todas ellas hay un enamoramiento hacia su respectivo dios y hacia los
inferiores jerárquicos o intermediarios, ya sean o hijos del dios o
profetas o madres del hijo del dios o santos o ángeles o
descendientes del primer profeta o finalmente los actuales oficiantes
o representantes del dios.
En todas las graduaciones jerárquicas se produce este comportamiento
de enamoramiento desde épocas antiquísimas. Podemos afirmar que los
homínidos primitivos ya lo practicaban por los restos fósiles que
prueban los rituales ancestrales; siempre
que hay ritos hay adoración y siempre que hay adoración hay
enamoramiento, es decir, delegación incondicional al poder del otro.
La transferencia que se opera hace que el adorante "actúe",
es decir que sea hipócrita (que significa actor y viene del griego
como lo confirmaría un helenista; mi reiteración de éste concepto,
dice el centaurino, es una ironía con la filosofía especulativa de
Platón y Aristóteles) y en su actuación ante el adorado acepte los
preceptos establecidos por alguna revelación hecha antiguamente por
el dios al primer adorante. Este escenario es constante y finalmente
se hace una costumbre. Las
revelaciones originarias no son discutidas, son tomadas como dogmas y
reforzadas con las resoluciones de los cónclaves o sínodos de
autoridades jerárquicas máximas que, rechazando primero y
anatematizando luego, eliminan a todos los opositores o herejes.
En
la Edad Media se produjo esto con los "autos de fe" donde
se quemaban vivas a las personas que pensaran diferente a los
sacerdotes integrantes de la Inquisición (el Tribunal del Santo
Oficio) de la Iglesia Católica. Miles de personas murieron en la
hoguera, como el monje-astrónomo Giordano Bruno (cruelmente
martirizado por la tortura -legal
pues estaba escrita en el derecho canónico de la época-)
antes de quemarlo vivo, también
legal pues estaba en el mismo derecho la muerte por fuego en la
hoguera; también
fueron "ajusticiados" en hogueras el checo Jan Huss (otro
fraile opositor que generó la masiva rebelión llamada de los
husitas) y sus miles de seguidores y el inglés John Wycliffe por
idéntico "delito", es decir, pensar distinto.
Actualmente
las fracciones shunnitas y shiitas de los musulmanes se masacran
mutuamente en disputas similares a las tenidas por los católicos
siglos antes; la
explicación es simple, Muhamed, hijo de Abdalá (Mahoma) nació en
La Meca en el año 570 de nuestra era, es decir, es
más reciente el comienzo del islamismo y por ende todavía están en
la etapa del predominio de unos sobre otros.
Los sucesores de Mahoma, los "califas" Abu Bekr, Omar y
Otmán conquistaron (por las armas) en poco tiempo Siria, Asia Menor,
El Imperio Persa, gran parte del Asia Central y de la India, África
del Norte y España. El programa de Mahoma era sencillo pero
aceptable para grandes masas explotadas por los Imperios Romano y
Persa. Quizás en el aspecto ético no estaba a la altura de otros
fundadores de movimientos religiosos como Sidharta Gautama Buddha o
la figura mítica e idealizada de Jesús (no hay pruebas históricas
de su existencia real, salvo los evangelios -había
casi dos mil y quedaron cuatro pues el resto fue desechado por
apócrifos (!) por la autoridad eclesiástica de la época, lo cual
nos hace dudar de la verosimilitud de los cuatro remanentes-
y en los escritos de los historiadores Josefo, Tácito, Suetonio y
Plinio de comienzos de nuestra era pero esos trozos está comprobado
que son interpolaciones apócrifas hechas en la Edad Media). Sin
embargo en cuanto al realismo su proyecto contemplaba las necesidades
inmediatas y mediatas de sus contemporáneos; en este sentido se lo
podría comparar con Martín Lutero. Una característica fundamental
del islamismo es tener sabios doctores, maestros y predicadores, pero
no sacerdotes en el sentido de otras grandes religiones. Es simple y
comprensible. El Corán (su libro sagrado ya que en este aspecto
coincide en tenerlo como casi todas las religiones) establece la
igualdad de todos los seres humanos ante Alá (su dios) pero dejando
subsistentes las diferencias económicas aunque atenuadas por un
impuesto a beneficio de los pobres. Declara legal la ganancia
comercial pero prohíbe la usura y la esclavitud por deudas. La
doctrina musulmana tiene una relación mayor con el judaísmo que con
el cristianismo en especial con respecto a su monoteísmo estricto;
los mahometanos ven a los cristianos como politeístas ya que les
resulta incomprensible el misterio de la Trinidad, o la especial
naturaleza de los santos, intermedia entre lo divino y lo humano. El
programa de Mahoma inflamó al pueblo árabe que estaba siendo
víctima de la interminable guerra entre el Imperio Romano de Oriente
y el Imperio Persa, logró unificarlo y mediante una guerra de
conquista, en menos de un siglo, extendió su dominio mucho más allá
que el Imperio Romano en su apogeo.
La
musulmana es pues la más reciente de las grandes religiones
exceptuando a los protestantes que se los puede englobar en el
cristianismo aunque ellos (los protestantes) son quizá los más
liberales en un sentido general. Pero todas
las religiones se basan en el esquema del enamoramiento.
De allí su carácter mágico, totalitario (en el sentido de total,
universal o ecuménico) y por consiguiente dogmático. Todo esto
genera intolerancia hacia las ideas distintas y lucha por la
supremacía. No existe el respeto en el sentido mencionado antes. Los
atentados hechos por fundamentalistas (dogmáticos enamorados que
hacen de su pensamiento-sentimiento el fundamento de su actuación)
comienzan a explicarse cuando se conocen las premisas básicas
relatadas.
La
religión musulmana por ser la más reciente todavía está (como
mencioné antes) en la etapa de disputas entre fracciones por la
hegemonía, similar a
las persecuciones de los católicos en la Edad Media sobre los
llamados herejes. El
artista escritor Salman Rushdie es una de las víctimas
contemporáneas de la intolerancia religiosa. En el año 1983 su
novela "Vergüenza", provocó malestar en Pakistán por sus
críticas al jefe Alí Bhutto. Cinco años después la aparición de
su libro "Versos satánicos" significó que el régimen
religioso-político-militar que detenta el poder en forma autoritaria
en el Irán lo considerara "blasfemo" (el centaurino aclara
que significa "decir palabras injuriosas contra dioses o
personas"; a su vez injuriar es "despreciar" y ésta
significa "tener en poco"; vale decir que simplemente el
pobre escritor Salman Rushdie es condenado por ignorar o tener en
poco las creencias de sus "jueces"). Pero la cosa fue más
allá, se dijo que el libro era ofensivo para "el sentimiento de
mil millones de musulmanes", su venta se prohibió en más de
veinte países y un decreto del jefe ayatola Komeini puso precio a su
cabeza, es decir fue
condenado a muerte; igual que la Inquisición en la Edad Media pero
en la época cibernética y en los umbrales del siglo XXI.
El artista escritor Salman
Rushdie desde entonces vive oculto, bajo custodia y amparado por el
gobierno inglés. El
centaurino insiste: esta aberración sucede ahora casi sobre el siglo
XXI. La nueva obra de Rushdie se llama "Patrias imaginarias"...
Las autoridades religiosas y que
son también las políticas del Irán se arrogan la representación
de mil millones de personas. ¿Es esto cierto?; ésos presuntos mil
millones de musulmanes ¿condenaron a muerte al escritor Salman
Rushdie?; unos cuántos ayatolas ¿pueden representar la voluntad de
mil millones?; la vida del artista escritor ¿no significa nada para
ellos?; ¿su "delito" fue escribir unas cuántas ideas en
un libro?; las simples ideas o pensamientos ¿son un delito?;
expresando pensamientos en un texto (con arte o sin él, es lo mismo)
¿se puede cometer un delito tan grave que merezca pena de muerte?;
¿qué molesta tanto a los mil millones de musulmanes?; o la pregunta
mejor sería ¿qué molesta tanto a los religiosos que en forma
directa detentan el poder en el Irán?; el escritor Rushdie ni
siquiera planteó un debate a fondo sobre la religión ¿por qué
entonces se amoscaron tanto?; ya que de ello se trata ¿peligra su
poder?; los ayatolas ¿no deberían ser sabios doctores?; ¿por qué
asumen el rol de políticos-sacerdotes?; opinar sobre el profeta
Mahoma ¿es tan grave?; de la existencia de Mahoma no caben dudas hay
registros históricos y sobre un personaje de la historia ¿no se
pueden tener opiniones? El centaurino seguiría planteando
interrogantes sin puntos, ni seguidos ni apartes, sólo el punto y
coma y hasta el infinito pero yo lo detuve.
Las
religiones exigen respeto y opinar sobre ellas ¿es faltar el
respeto? Respeto (el centaurino lo aclaró antes) no es temor o
sumisa reverencia como generalmente se estima sino la capacidad de
ver a alguien tal cual es; la raíz de la palabra proviene de
"respicio", volverse a mirar hacia. Aquí el concepto de
enamoramiento que el centaurino expuso anteriormente brilla con todo
su esplendor. En el
enamoramiento el otro es un objeto que sirve a nuestros deseos.
[Esto explica la
institución de la esclavitud que el occidente cristiano mantuvo
hasta casi finales del siglo XIX.
En los Estados Unidos de América hubo una guerra civil que tuvo como
eje precisamente la abolición de la esclavitud. Los partidarios de
la esclavitud podrán alegar que en algunos casos los amos de los
esclavos, éstos generalmente de raza negra, trataban bien y hasta
con cariño a los mismos pero lo que se discute es el concepto
intrínseco de la institución. El
hecho indubitable de considerar a otro ser humano como una posesión.
Si atamos este cabo suelto de la esclavitud con el otro similar de lo
sucedido con la mujer cuando en un concilio se declaró que la mujer
tenía "alma" y pasaba a considerarse ser humano, antes de
ese concilio no lo era, vemos en todo su apogeo la noción de
enamoramiento y las terribles consecuencias que acarrea. El
centaurino recuerda que los
antiguos griegos practicaban la esclavitud incluidos los filósofos
Platón y Aristóteles que eran sus mayores panegiristas, conviene
recalcarlo, mientras
se llenaban la boca con dichos éticos y plenos de bondad. El
centaurino destaca que son cosas de la hipocresía de los homo
sapiens: pensar una cosa, decir otra y actuando. Además
los deseos de beneficio propio en detrimento de los otros señalan un
fuerte egoísmo que es característico del enamoramiento, junto con
el manejo de las personas].
Mientras
ése otro satisfaga ésos deseos todo marcha bien: es la etapa de la
ilusión. Apenas el otro deje de reunir las características que
nosotros le atribuimos
comienza el período de la desilusión. Adviértase que el otro en
realidad no cuenta para nada. Sólo
nosotros imaginamos un mundo a través de la transferencia que
hicimos de nuestros propios deseos en otra persona.
Es común decir que el ser "amado" es el mejor, el más
elegante, el más hermoso, el más inteligente, en suma es lo mejor
de lo mejor. Todos los enamorados lo dicen; en la etapa de la ilusión
no se ven los defectos (y todos tenemos alguno, aun salvando el
concepto de que lo que para algunos pueda ser un defecto para otros
no). Los jóvenes en la actualidad ilustran esto con una expresión
que lo dice todo llamando a las personas de su veneración, "ídolo".
Luego cuando comienzan a vislumbrar los defectos empieza la
desilusión; he aquí el grave error.
Ver
en el otro las virtudes y defectos que tuviere (con la salvedad
precedente, es decir los criterios personales) es precisamente lo que
distingue al amor. El que ama ve al otro tal cual es y no como
quisiera que fuese; el otro es un objeto-sujeto: objeto en la medida
que es externo a uno y sujeto en la medida que es persona. No
hay transferencia de ilusiones o deseos propios. No se pretende la
realización personal a expensas del otro.
Simplificando podría decirse que en el amor hay amistad más
contacto sexual o amistad amorosa. Este mismo sentimiento, obviamente
sin sexo, sería el que debería prevalecer en las relaciones
interpersonales de todo tipo en la sociedad; una sociedad así no
tendría los enormes problemas comentados en este ensayo.
Como
ilustrativa anécdota le cuento al centaurino que una amiga dilecta
me narró este hecho: su hija adolescente le preguntó cómo era eso
del amor. Mi querida amiga no halló mejor forma de graficárselo que
decir a su hija: "cuando
estés junto a tu amado y al besarlo sientas unas campanitas, te
darás cuenta que estás enamorada".
Las ilusorias campanitas me relevan de todo comentario. He aquí el
meollo de un gran debate hacia el siglo XXI...
Los
siglos pasan, las conductas y los comportamientos humanos subsisten
como si no pasaran. Parecería que en vano murieron millones de seres
humanos por la intolerancia de las simples ideas...porque de ellas se
trata, simples ideas. Veneradas por enamorados de otra idea
jerárquica superior, llámese ésta Alá, Dios, Jehová, Yahvé,
Serapis, Amón, Ra, Horus, Ptah, Isis, Hathor, Shiva, Vishnu, Brahma,
Na Arean, Pan Gu, Padre Sol, Madre Tierra, Dios Dinero, o como quiera
llamársela. Ideas generadas por la fértil imaginación de los homo
sapiens según lo considera el centaurino. Perdón, el centaurino se
corrige y dice que el Dios Dinero es real y sus devotos no imaginan
nada. Practican su culto y ejercen sus ritos de manera real y
objetiva sobre oro, billetes, acciones y ahora sobre negociaciones a
futuro aplicando la informática a los mercados. Experimentan como
los científicos. Aunque aquí soy yo quien lo corrige al centaurino:
como los precientíficos alquimistas que buscaban transformar en oro
objetos sin valor. Las
abstracciones siempre surgen de algún objeto ¿verdad centaurino?
Cosas de la hipocresía refunfuña mi amigo...
Una
mujer, Hipatia, fue la culminación de otro atisbo crítico en donde
el confronte entre el pensamiento mágico y el pensamiento analítico
vuelve a darse. La biblioteca de Alejandría era un depósito de
papiros con información de todo tipo y a fines del siglo IV de
nuestra era, Hipatia trabajaba allí como matemática, astrónoma,
física y además estaba al frente de un departamento de filosofía.
Alejandría estaba en Egipto pero bajo el dominio Romano y en Roma ya
el cristianismo predominaba sobre el paganismo. La palabra "pagano"
viene del latin "pagi" que significa: campesinos; de esto
se deduce que los campesinos estaban considerados los principales
enemigos de los primeros cristianos; luego designaron con la palabra
"pagano" a los infieles en general. Hipatia
era un ser excepcional; hermosa y brillante por su inteligencia.
No era extraño entonces que despertara la antipatía de Cirilo, el
arzobispo de Alejandría. La
creciente Iglesia cristiana buscaba consolidar su poder eliminando la
influencia de la cultura pagana. Hipatia representaba la ciencia y la
cultura pagana. Fue
combatida pero ella continuó enseñando e investigando a pesar de
las amenazas sobre su vida. En el año 415 de nuestra era cuando se
dirigía a la Biblioteca a trabajar fanáticos feligreses partidarios
de Cirilo la sacaron del carro donde iba, la desnudaron, la
desollaron viva arrancando la carne de los huesos, su cadáver fue
quemado, sus obras destruidas, su nombre olvidado en la Historia.
Cirilo, arzobispo de Alejandría fue proclamado santo...
Ese
hecho aconteció en los albores del cristianismo y cuando luchaba por
prevalecer sobre el paganismo. En Roma el emperador Constantino había
adoptado el cristianismo hacia el año 313 con el llamado Edicto de
Milán donde, si bien mantenía una neutralidad aparente al no
perseguir a los paganos, el propio emperador se hizo cristiano y
comenzó a favorecer a los adeptos de la nueva religión.
Paulatinamente el
estado romano fue pasando de la neutralidad a la adopción oficial
con persecución a los paganos, de idéntica forma que en siglos
anteriores lo había hecho con los cristianos primitivos,
culminando el proceso con el emperador Teodosio en el año 378 quien
proscribió definitivamente el paganismo. Los
dioses fueron declarados inexistentes por medio de la ley
aunque no sin oposición. Entre los años 361 y 363 con el emperador
Juliano hubo un intento de restauración del paganismo que fracasó
al ser asesinado Juliano. El
Imperio Romano, alegando el supuesto interés de su supervivencia
como unidad ligada por sanciones religiosas, antes había perseguido
al cristianismo y ahora, con
el mismo propósito,
procuraba extirpar a los enemigos del cristianismo. Alejandría con
su Biblioteca era un enorme foco cultural; la ciencia practicada por
los Jonios (Demócrito
de Abdera; Tales y Anaximandro de Mileto; Hipócrates de Cos;
Aristarco de Samos; Anaxágoras de Clazomene)
se hallaba escrita en los papiros conservados en ella. En esa
Biblioteca trabajaba Hipatia, astrónoma, matemática, física; una
bella mujer y una brillante científica. En esa Biblioteca estaba
todo el saber de la cultura pagana. No sólo ciencia sino también
arte y literatura; se sabe que había 123 obras teatrales de Sófocles
pues bien sólo quedaron siete...
Las turbas fanáticas quemaron la Biblioteca de Alejandría y allí
comenzó el largo interregno del oscurantismo de la Edad Media: más
de mil años perdidos por nuestra especie en su evolución.
Epitafio: Yo, el centaurino
rindo mi homenaje a Hipatia y dejo estas líneas escritas con inmenso
dolor para ejemplo de las generaciones tecnológicas del siglo XXI.
El homenaje lo extiendo a Giordano Bruno ya que su proceso judicial,
sus torturas y su muerte en la hoguera me hicieron sufrir antes y no
pude decirlo ya que los centaurinos somos poco expresivos en nuestras
emociones...pero que las tenemos...
¡Ay!, centaurino no llores así.
Piensa que nosotros los humanos somos crueles en nuestros odios y es
común entre nosotros que se mate a la gente impunemente. Ya deberías
saberlo. En el capítulo siguiente te explicaré cómo se maneja esto
de la impunidad y qué tantas injusticias produce.
Amigo, tranquilízate y presta
atención.
Estamos
atravesando una época de extrema dificultad en cuanto a la vida
misma de las personas. Por motivos fútiles muchas veces se mata y
generalmente los instrumentos son personajes muy especiales
adiestrados exclusivamente para aniquilar al semejante. En la jerga
lo denominan ajuste de cuentas pero es lisa y llanamente un homicidio
premeditado por los "cerebros" y ejecutado por los
"profesionales". Es decir que el delito tiene dos facetas:
el análisis minucioso de cómo llevarlo a cabo y la ulterior
ejecución. Los organismos de seguridad de los diversos Estados
generalmente toman en cuenta prioritariamente el aspecto más
notorio: la ejecución y descuidan casi todas las facetas
preventivas. En realidad tienen razón: no hay delito mientras éste
no se consume; pero existe la figura denominada tentativa en casi
todos los códigos penales y ella generalmente tiene una pena, menor
pero pena al fin. Sin embargo para que exista tentativa debe haber un
comienzo de ejecución del delito pero éste no llega a consumarse
por circunstancias ajenas a la voluntad del autor de la tentativa.
Generalmente se agrega que si éste desistiere voluntariamente del
delito no estará sujeto a pena. Algunas modernas leyes penales
tipifican la figura del arrepentido
(su aplicación genera contradicciones pues con ella se beneficia a
delincuentes convertidos (!) en delatores pudiendo generar esto mayor
corrupción; en la práctica es usada por las policías de los
Estados aunque no tenga sanción legal) y del agente
encubierto. Ahora
bien, el "cerebro", es decir aquel que planea todos los
detalles de un futuro delito y deja la ejecución del mismo al
"profesional", generalmente cae dentro de la figura de la
instigación con la misma pena del ejecutor. Un tercer personaje
aparece en la escena delictiva moderna y antigua: el intermediario.
El "cerebro" contrata al "profesional" a través
del intermediario; si existiera una cadena
de intermediarios el
panorama se complica para llegar al "cerebro". Precisamente
esta cadena de intermediación es la usual en casi toda organización
y no sólo en las delictivas. Las
intermediaciones son el meollo de todo acontecimiento.
La gran mayoría de la gente
tiene un alto grado de neurosis que se prueba cuando estallan
psicosis colectivas, por ejemplo escaladas bélicas, en donde la
mayoría de las personas desean e incitan a la guerra sin medir las
consecuencias de destrucción. En estos casos el soldado propio que
mata es un héroe y el soldado enemigo que muere es una baja; un
aviador es condecorado porque abatió diez aviones del bando
contrario, con diez, al menos, bajas enemigas. La paradoja está en
que la nación contraria hace lo mismo y sus aviadores abatidos son
héroes muertos en combate idéntico a sus aviadores que abaten a los
del enemigo. En este macabro juego tenemos como héroes a los muertos
propios y a los que matan, enemigos; como cada nación repite el
comportamiento...¡son todos héroes para una óptica imparcial!
Si en una psicosis bélica se
producen semejantes paradojas eso probaría el grado de locura
encubierto en la población que se exteriorizó con un detonante
adecuado. No se opusieron a la guerra pues ese acto violento lo
consideraron "necesario" por un motivo cualquiera que
sirvió de excusa para la eclosión. La neurosis está latente y se
manifiesta con el hecho violento "imprescindible".
El
centaurino (ya más calmado) me interrumpe preguntando: ¿qué sucede
cuando un pueblo está más "loco" que otro e inicia las
hostilidades? ¿Acaso el atacado, al defenderse, está también
neurótico? Yo le respondo: un pueblo más sano no se "defiende"
con las armas. Se deja invadir y pacta, sin ninguna violencia, las
mejores condiciones de vida bajo esta ocupación y luego trata
culturalmente de demostrar al ocupante que está en un error. La
historia de la humanidad nos dice que esta actitud casi nunca se
llevó a cabo, generalmente se resiste con las armas. Japón, en la
segunda guerra mundial, luego
de las explosiones atómicas se rindió y fue ocupado por los
norteamericanos. Recién aquí aplicó mi criterio de "trasvasamiento
cultural"; en la
actualidad Japón es una potencia mundial en lo económico y en lo
tecnológico. El caso de Alemania es más complejo; la histeria
bélica de su pueblo comenzó arrasando Europa. En los días de
euforia belicista los alemanes todos ellos (no fueron sólo los
nazis) jugaban, como describí antes, a los héroes. Decir que un
pueblo es engañado por sus autoridades (aunque ellas sean una
dictadura) no es válido. La gente si no ve la realidad es porque
está neurótica y la falta de libertad en la información es una
excusa. En todos los países y en todas las épocas en que se han
cometido vejaciones la responsabilidad de las mismas es de todos, no
solamente del pequeño grupo encaramado en el poder. Entender esto es
muy difícil pues siempre está el pretexto: "¿y yo solo qué
puedo hacer?"
El centaurino se dispuso a
intervenir activamente en el diálogo.
-Parece que tú tienes una tesis
de "neurosis generalizada" en las poblaciones de todos los
países y en todas las épocas. Esta situación haría que todos
potencialmente fuéramos probables delincuentes. Solo faltaría el
detonante adecuado. ¿No es así?- Espetó sutilmente.
-Exagerando el concepto, sí;
pero en un sentido más realista, yo diría que la mayoría de las
personas estarían en ese supuesto. Es probable que una minoría
escape y sea realmente más sana e incorruptible. Esa pequeña
porción de gente no gravita en las decisiones universales dentro de
la actual cultura; en esto sí podemos estar completamente seguros-.
Afirmé mirándolo con persuasión que no admite réplica.
-¿No estarás insinuando que
los delitos tienen, al menos los "cerebros", su base en los
sectores de decisión?- Preguntó el centaurino.
-Estamos hablando de los grandes
delitos, por ejemplo en los atentados, no de los pequeños rateros
que hurtan o roban por problemas de necesidad extrema-. Deslindé
rápidamente.
-Sugieres entonces que un
atentado, siguiendo tu ejemplo, tiene su "cerebro" en los
lugares decisorios y más concretamente en los grupos de poder ya
sean o económicos o políticos o religiosos. ¿Nunca en una actitud
individual?- Siguió el centaurino con su sutileza.
-Yo considero que las actitudes
individuales son para los delitos donde el fin es sólo satisfacer la
codicia de bienes o para saciar apetitos personales como en el caso
de los delitos sexuales o las venganzas. Veamos, un atentado ¿para
qué se hace?- Pregunté analizando.
-Para llamar la atención sobre
algo o alguien en singular o plural-. Respondió el centaurino.
-Muy bien. Se busca llamar la
atención; para ello no se tienen en consideración los daños que se
pueden ocasionar ya sea en vidas o en bienes. El fin es llamar la
atención o también demostrar algo: por ejemplo, el poder que se
tiene y que se goza de impunidad. Pero la idea general básica es el
llamado de atención, yo diría como un niño cuando hace una
travesura, lo terrible es que no son niños y el daño producido
puede ser abismal-. Expresé pensando en los grandes atentados que
hubo en la historia de la humanidad.
-Quien llama la atención
recurriendo al deterioro de vidas o cosas es un enfermo-. Manifestó
el centaurino pensativo.
-Precisamente antes habíamos
dicho que existía una neurosis latente en las sociedades y que
espera un detonante para exteriorizarse. La justificación para un
atentado suele ser o política o religiosa o económica. Las personas
más susceptibles a los detonantes son aquellas que están
fuertemente imbuidas de una idea y que transforman esa idea en algo
propio y esencial-. Dije mirando al centaurino que se movió inquieto
en su silla pues deseaba hablar.
-Tengo una duda. Hubo atentados
en el pasado planeados y ejecutados por una sola persona; en algunos
casos se trataba como tú dices de gente enferma pero en otros no y
era una sola persona. ¿Cómo lo explicas?- Demandó el centaurino.
-Considero
que todo delincuente es un enfermo. Calcula que si la mayoría de la
sociedad lo está, en mayor medida los que delinquen. En la historia
han existido muchos casos donde la Justicia estableció que el
atentado fue perpetrado por una sola persona y en algunos ésa
persona no tenía síntomas agudos de enfermedad; esa fue la
declaración de allí a la realidad hay largo trecho. Recuerda que
existe el Dios Dinero;
la codicia gobierna a los seres humanos y por ende se puede conseguir
casi cualquier cosa a través del interés económico. Esto fue
siempre así en todas las épocas históricas e incluso en la
prehistoria y casi con seguridad nuestros ancestros homínidos ya
tenían la predisposición de acumular cosas, como lo prueban los
restos de armas y de otros objetos junto con los fósiles-. Recalqué
muy serio pues me sorprendió la inocencia del centaurino.
-Significa eso que los jueces
que en todo el mundo han declarado un solo culpable por algún
atentado ¿han sido comprados?- Insistió el centaurino.
-Hay varias posibilidades: que
el juez haya declarado culpable al ejecutor sólo porque no pudo
hallar al "cerebro" instigador; que algún fuerte interés
o político o económico o religioso presione al juez de manera
intolerable y éste prefiera acceder por considerarlo un mal menor
comparado con la total impunidad; que el propio juez sea venal por
simple codicia como tú planteas o simplemente que se condene a
alguien para expiar culpas, el llamado "chivo expiatorio",
y así justificar la investigación-. Contesté pacientemente.
-Sin embargo hubo atentados
hechos por un psicótico de manera individual y están en la crónica
policial-. Seguía el centaurino con su planteo.
-Sí, pero son delitos contra
las personas o contra la propiedad pública o privada en sus diversos
matices no atentados propiamente dichos. A ver ¿a qué llamamos
atentado? Ya estuvimos de acuerdo antes en que se busca
primordialmente llamar la atención, generalmente recae sobre alguna
ideología, y esto es cosa de varias personas y no de una sola. Yo
extiendo más el concepto y digo que sólo el delito por codicia o
por emoción puede ser individual; el resto, incluido los atentados,
es colectivo-. Intenté concluir el ameno debate pero el centaurino
quiso agregar su opinión de los atentados hechos por suicidas, a su
estilo y entre corchetes:
[El
atentado suicida es la aberración que los sectores más enfermos
pero de cualquier variante ideológica están llevando a cabo y es
prácticamente imposible de repeler. Sus consecuencias son tremendas
en pérdidas de vidas y de bienes; a los ejecutores les importa más
llamar la atención que este sacrificio de ellos y de las víctimas.
Este solo hecho los delata ya como enfermos pero en algunos sectores
sociales se los considera héroes de su causa lo cual revelaría que
la tesis de enfermedad social tiene asidero. Como dato marginal pero
ilustrativo al respecto, conviene destacar que también muchísimas
personas consideran un héroe al defraudador, por ejemplo, de una
institución bancaria que luego de muchos años de ejemplar conducta
como tesorero o encargado de los fondos decide cometer un delito y
desaparecer con enormes sumas de dinero. Este delincuente es admirado
por personas "normales" que, alentando su impunidad,
deploran cuando es detenido. Estos son
casos concretos que revelan la enfermedad social;
en rigor la mayoría aprueba a los delincuentes que llaman la
atención con grandes hechos que satisfacen su codicia, quisieran
estar en su lugar pero canalizan su envidia a través de la
admiración: "¡ellos pudieron darse el gusto!" y los
adeptos a religiones o políticas admiran a quien perpetra una acción
(aun cuando haya gran cantidad de víctimas y muriendo o no él en la
acción) hasta denominarlo héroe].
Parece que el centaurino
coincide con mi tesis de enfermedad social...
Pero esto hizo reanudar el
debate pues recordé que también hubo ejecutores suicidas en la
segunda guerra mundial a través de los pilotos "kamikaze"
los suicidas japoneses si bien en este caso fueron acciones bélicas.
-También mataron gente y fueron
héroes para su país-. Señaló el centaurino.
-Lo
que sucede es que en la guerra hay permiso
para matar-. Acoté con ironía.
-Cuando las naciones se disponen
a matar comienzan a llamarse patrias y sus homicidas son héroes, en
cambio los otros son enemigos a los cuales es lícito asesinar; a su
vez la otra nación hace exactamente lo mismo. Ambos contendientes
tienen el beneplácito de los dioses respectivos que bendicen sus
respectivas armas, partiendo todos hacia la muerte que es el punto de
encuentro. Pero cuando la guerra termina el permiso para matar
finaliza y operan las leyes de paz...- [Interrumpió el centaurino
brevemente su alocución al advertir mis movimientos impacientes pues
deseaba intercalar una acotación pero antes de que yo pudiese
intervenir él completó] ...-sí, durante la lucha también regían
leyes pero de guerra y que no se cumplían..... ¡bien la gente está
loca! Tú tienes razón-. Señaló el centaurino levantando sus
brazos en gesto de impotencia y agregó: -La guerra es la guerra y la
paz...- no pudo terminar su inteligente deducción pues lo
interrumpí.
-Sí y la paz es guerra
también-.
En casi todos los países del
planeta existen mafias que intentan controlar los negocios
fructíferos, es decir ambas drogas (la psíquica y la química) y
las armas; los adictos consumidores se están matando con las dos
drogas (en realidad con la droga psíquica mueren simbólicamente,
sólo están adormecidos y anulados) y los adictos consumidores de
armas se matan entre sí. Es necesario incrementar el consumo con
nuevos adherentes para ir reemplazando a los caídos. Las grandes
campañas en "contra" consiguen con su publicidad crear una
aureola de "lo prohibido" que hace apetecible el consumo
pero es imprescindible originar antes el aburrimiento sobre todo en
la gente joven. El aburrimiento se consigue muy fácilmente en las
sociedades contemporáneas y es la principal causa de que los
adolescentes prueben alguna droga; si hay predisposición adictiva
continuarán haciéndolo, en caso contrario quizá dejen de consumir
pero como el hastío continúa son la "carne de cañón"
adecuada para generarles una psicosis bélica mediante alguna idea
fuerza, generalmente o patriótica o política o religiosa y muchas
veces mezcla de todas ellas. En las situaciones bélicas mueren en
los combates los jóvenes no los adultos o los maduros. Los jóvenes
rápidamente pueden exteriorizar esa psicosis latente; basta con
escuchar sus cánticos guerreros cuando se preparan a morir por la
patria o por ideas de cualquier tipo; son los héroes... Esto explica
como lentamente las mafias de las drogas (de ambas) y las mafias de
las armas se están intercomunicando y apoyándose mutuamente. Los
grupos armados, por ahora los irregulares, se financian ya con el
producto de la venta de drogas químicas (comprobado) y psíquicas
(sospechado o intuido). Pero hay más aún, muchas empresas de todo
tipo, tanto comerciales como industriales, fueron promovidas con
capital derivado del tráfico tanto de armas como de ambas drogas.
Entidades bancarias y de seguros son propiedades de estas
organizaciones que adquieren carácter legal amparadas por una
impunidad manifiesta. Muchos respetable personajes mundiales admiten
que sus fundaciones o sociedades fueron creadas con dinero
proveniente del narcotráfico pero justifican sus actos diciendo que
por lo menos ahora el dinero se emplea para un fin bueno. La idea es
que no importa la procedencia del capital sólo se contempla la
finalidad: si ésta es buena, todo vale. Obviamente que esas
fundaciones ahora trabajan para hacer cosas buenas, es cierto, pero
se construyeron con los cadáveres de los adictos (tanto a las drogas
como a las armas). Esos adictos eran enfermos. La selección natural
los defenestró: no eran aptos para la supervivencia; sólo que en
este caso la selección natural fue ayudada por las mafias
traficantes y sus cómplices. Surge un nuevo problema: la
descendencia de esos adictos tiene una tara genética que lentamente
va a ir degradando la especie. En el siglo veintiuno ser joven va a
ser un escollo difícil de sobrellevar salvo que se logre eliminar el
tedio nudo gordiano de toda la cuestión.
-Todas las naciones del planeta
mantienen grupos paraestatales que realizan actos no legales; algunos
lo llaman "inteligencia", estos grupos son los responsables
de muchos actos que permanecen impunes ya que la ley no se aplica a
ellos-. Comenté.
-Están fuera de la ley-.
Completó con ironía el centaurino.
-Suele haber "peces gordos"
en esos grupos-. Puntualicé.
-Puede que allí haya "peces
gordos" pero seguro que el "cerebro" se encuentra en
otro lado. La impunidad para las arañas, el castigo para los
ejecutores y los intermediarios, aunque a estos en menor escala-.
Notificó el centaurino.
-¿Qué arañas?- Interrogué
asombrado.
-Las que tejen la tela del
poder-. Contestó el centaurino con picardía.
Las
personas que integran (en casi todos los países es igual) estos
grupos de acción (¡bueno de "inteligencia"!) son de
extrema derecha o similares. En general se reclutan hombres, a veces
mujeres, de probada acción y ejecutividad; su nivel agresivo es
notorio y suelen salirse "de sus casillas" (¡sí, como los
canes!). Si bien mantienen la jerarquía, obedecen al superior, en
oportunidades actúan por su cuenta ocasionando un claro perjuicio a
los intereses del Estado respectivo. El deslinde entre el accionar
por su cuenta y el acatamiento de órdenes puede ser muy sutil y no
detectable con precisión. Generalmente allí, en la duda de sí
hubieron o no órdenes, se prefiere usar el mecanismo, tan
desarrollado, de la impunidad. Estos señores pululan en todos los
países, sin excepción. En una oportunidad un amigo me comentó que
quizá se salve de operar así algún país centroeuropeo por su
control financiero a través de la exquisita telaraña de su
neutralidad pero yo no lo considero seguro este aserto. Lo concreto
es que muchas veces los ciudadanos están a merced de la acción
desatada por el arbitrio de algunos; los mecanismos de defensa operan
con extremada lentitud y suelen llegar demasiado tarde: las pruebas
quedan diluidas. Sin prueba no hay pena para el presunto delincuente;
las leyes prefieren a un delincuente en libertad que a un inocente en
la cárcel por ello es tan importante la cuestión de la prueba. La
tarea de muchos es eliminar las pruebas o, a veces, fabricarlas para
incriminar a un inocente; éste es el meollo del asunto. Si este
sistema de eliminar las pruebas no da resultado opera entonces en
última instancia el recurso de la impunidad. Pero la impunidad sólo
puede llevarse a cabo cuando hay poder. En algunas partes no basta
con el poder económico, éste debe coexistir con el poder político
o religioso. Suele
también usarse el método de penas bajas en función del delito
cometido; en este sentido nos sorprende la publicación de sentencias
de pocos años por homicidios con agravantes que hubiesen requerido
una pena ostensiblemente mayor; esto comprobaría una forma amenguada
de impunidad bastante extendida. Pensar que un solo país tiene todos
estos mecanismos es ingenuo; el
comportamiento del ser humano es universal aún cuando tuviere
matices.
En
algunos países los jueces honestos habían desbaratado telarañas
muy extendidas en el poder, inclusive lograron con sus
investigaciones de "manos limpias" cambios de la estructura
política y en los propios partidos políticos. Una Justicia
independiente y honrada puede lograr mucho más que el poder
administrador o que el poder legislativo. Los jueces tienen en sus
manos un poder inmenso y directo que sanea el cuerpo enfermo de una
sociedad; si a ellos se les agregan los científicos serios (no los
que practican pseudociencias por móviles comerciales) y los
investigadores y pensadores sutiles más los artistas genuinos quizá
queden esperanzas de lograr una sociedad mejor: con más
libertad (la real no
la ficticia), más
justicia (la real no
la que discrimina aceptando la impunidad), más
conocimiento (el real
no el pseudocientífico).
La
modalidad del ejecutor suicida es el detalle más trascendente en el
caso de los atentados. Es prácticamente imposible contrarrestarlo;
la prevención es lo único que se puede hacer pero para ser efectiva
debe haber una intercomunicación entre los Estados y que sea fluida
no interferida por la cadena de impunidad. Los influyentes mafiosos
de las armas y de las drogas (tanto químicas como psíquicas) están
relacionados con los fundamentalistas de todas las ideologías
religiosas o políticas y por precio o por coincidencias ideológicas
o estratégicas colaboran en la ejecución de los atentados. A veces
se esclarecen pero nunca se lleva al banquillo de los acusados a los
"cerebros" sólo algunos ejecutores y en el mejor de los
casos un intermediario son juzgados pero a la cárcel llegan muy
pocos, generalmente
son sobreseídos por falta de pruebas
y esto se repite en todos los Estados. De allí el escaso interés en
prevenir. Total ¿para qué? Las mafias están organizadas como un
supraestado
con filiales en los países y competencia por los mercados.
Los
Estados están recurriendo a las mafias para solventar sus cada vez
mayores gastos y su ineficiencia. El recurso de traspasar a la
empresa privada (en su mayoría de capitales provenientes de la
acción mafiosa con drogas, químicas y psíquicas, y de la venta de
armas para los tontos beligerantes que ávidos las consumen) debería
haber generado grandes superávits en los presupuestos de los Estados
pues estos aducían, antes de privatizar, que las empresas del Estado
daban cuantiosas pérdidas. Este canto de sirenas es falso (las
sirenas no existen en la realidad, sólo en la fantasía de los
creyentes en ellas) pues ahora, sin las empresas, las cuentas siguen
siendo deficitarias en casi todos los Estados. Algunos grandes
Estados tratan de paliar sus problemas trasladando a otros (más
débiles o con más delito en sus dependencias oficiales) sus cuentas
deficientes. El enorme enriquecimiento de muchos funcionarios es
investigado en algunos países pero en la mayoría de las naciones
no; o por falta de pruebas o por la presión política sobre la
Justicia o simplemente por el gravísimo problema de la impunidad.
Desde que el ser humano comenzó a organizarse como sociedad más
compleja que un pequeño clan, el delito grave y la impunidad
existieron. La
complicidad y el silencio también.
La Justicia todavía sigue siendo una quimera y una utopía por la
simple circunstancia de que es un producto humano y está sujeta a
todo lo atinente a éste. Mientras los "homo sapiens" no
seamos en la realidad sapiens nada cambiará.
No somos mejores que los
verdugos de la Edad Media que asesinaban a la gente en la hoguera
simplemente por sus ideas. Ahora se sigue matando a las personas con
las armas, en guerras, y con las drogas químicas, antes de ser
adultos, y con las drogas psíquicas siempre. El objetivo es
satisfacer la codicia de los mafiosos. Pero ahora peligra todo el
sistema financiero internacional en corto lapso.
El "homo sapiens"
organizado sobre la base de la codicia está llegando a su fin y
precisamente por su propia codicia. Matar gente, o con las dos drogas
o con las armas, es y fue siempre el negocio de los "cerebros",
de los intermediarios (en sus diversas escalas) y de los ejecutores.
La modalidad del ejecutor suicida hace que éste se elimine solo.
Siempre hay tontos que reemplazan a los muertos.
La competencia entre las mafias
por el mercado hace tambalear el sistema financiero mundial. El
colapso está cerca. ¿Por qué? Simplemente porque las ciencias y su
aplicación, la tecnología, harán caer todo el sistema financiero y
económico en menos tiempo del imaginado.
Los
gobiernos y las mafias, las mafias y los gobiernos... Un enorme
colapso financiero se avecina y sus efectos se harán sentir en todo
el planeta. La
economía real es una cosa y la economía financiera es otra muy
diferente. Con las
modernas tecnologías aplicables a la informática de los mercados se
logran efectuar negociaciones
a futuro de billones
y billones de dólares lo que permite, mediante
las informaciones reservadas,
hacer quebrar bancos (hace poco a la poderosa banca Lloyds un "yupi",
ejecutivos que manejan información reservada con las computadoras,
le "evaporó" más de mil millones de libras esterlinas),
vaciar empresas, etc.. La corrupción delictiva está enquistada en
todos los gobiernos del planeta asociada a las mafias de drogas y de
armas. Es una enorme
telaraña que se extiende por todos los estados.
Algunos países reaccionan y tratan, a través de jueces
incorruptibles no de funcionarios de los otros poderes, de poner coto
a esto antes de su estallido. Pero la enfermedad es muy grave y los
pobres jueces de "manos limpias" muchas veces mueren en
atentados. Los
delitos que se cometen son variados en su forma pero el fondo es el
mismo; la codicia humana poniendo marco a este cuadro de corrupción.
Las pruebas
desaparecen y la impunidad gobierna.
Burócratas enquistados en el
poder, y cómplices de los mafiosos, son los que llevan a cabo la
destrucción de pruebas y garantizan la impunidad.
El
cohecho (el
funcionario público que por sí o por persona interpuesta, recibe
dinero o cualquier otra dádiva o acepta una promesa directa o
indirecta, para hacer o dejar de hacer algo relativo a sus funciones)
es un delito que figura en todos los códigos penales del planeta
pero que nunca se aplica por "falta de pruebas".
La
malversación de caudales públicos
(el funcionario público que da a los caudales o efectos que
administra una aplicación diferente de aquella a que están
destinados) también es un delito pero que no se aplica por
"carencia" de pruebas.
El
peculado (el
funcionario público que sustrae caudales o efectos cuya
administración, percepción o custodia le haya sido confiada por
razón de su cargo; el cómplice que da ocasión a que se efectúe
por otra persona la substracción de caudales o efectos; en ambos
casos son delitos con los mismos resultados en la práctica.
Las
exacciones ilegales
(el funcionario público que, abusando de su cargo, exigiere o
hiciere pagar o entregar indebidamente, por sí o por interpuesta
persona, una contribución, un derecho o una dádiva o cobrase
mayores derechos que los que corresponden); pero caemos siempre en lo
mismo son tipificaciones legales, están en la letra de los códigos
penales, pero rara vez se aplican, no obstante la enorme cantidad de
comisiones de estos delitos en todos los países.
La
falta de pruebas o la impunidad impide hacer justicia.
De allí que es tan importante la prevención. Estos "pequeños
delitos" van generando el clima de corrupción generalizada para
abrir las puertas a los "grandes delitos" que provienen de
las mafias de las drogas (químicas y psíquicas) y de las mafias de
las armas. La gigantesca telaraña se complementa con las grandes
estafas financieras que comenté antes y los homicidios individuales
o múltiples, como los atentados masivos y los genocidios. Ningún
país se salva de esto. Hasta los Estados Unidos de América tuvieron
grandes atentados como el de Oklahoma. La explicación es muy simple:
todos las naciones están habitadas por seres humanos y nosotros, los
homo sapiens, somos codiciosos, hipócritas y estúpidos además de
agresivos, ritualistas, territoriales y jerárquicos. Así de
fácil...
La
sociedad esclava de las drogas y de las armas puede liberarse; al
menos parte de ella: los no creyentes de ambos males. Los creyentes
seguirán sujetos, como meros espectadores y consumidores, a la
gigantesca lucha de los cárteles y de los carteles que finalizará
en el mencionado colapso. La supervivencia del más apto comenzará a
operar. La
desocupación de los refractarios a la tecnología hará extinguir la
especie de los "homo sapiens" para generar la nueva especie
de los "homo sapiens sapiens".
Para
originar la nueva especie la herramienta es el conocimiento que
suplante a la herramienta anterior ya obsoleta que fue la creencia y
que produjo los engendros que la humanidad soportó (con el consenso
cómplice de muchos) hasta el presente.
La
apariencia no es la realidad. La fuerza física no es toda la fuerza
ni siquiera es parte trascendente, sólo sirve para incrementar la
irracionalidad. Las armas y los músculos son las fuerzas del pasado,
el equivalente de los colmillos y los cuerpos de los gigantes
dinosaurios. Con buena
salud y con inteligencia se logra la verdadera fuerza: ser mejor
persona (y un rasgo característico es la tolerancia) sin dañar a
nadie. Para llegar a
comprender esto se requiere un largo camino previo. Por ahora estamos
en el reinado de la violencia. Pero la era científica y tecnológica
ha llegado; el cerebro priva sobre la fuerza; los que no se adapten a
las nuevas condiciones se extinguirán, como los dinosaurios. A lo
sumo las peleas serán entre robots, los humanos sobrevivientes
dirigirán, si están capacitados, a las máquinas que lo harán casi
todo. El tiempo libre, el ocio, si
se carece de imaginación creadora,
hará sucumbir a los humanos en el aburrimiento y en las drogas
químicas ya que las psíquicas habrán desaparecido por efectos de
la tecnología. Los
nuevos dioses serán las ciencias y los nuevos sumos sacerdotes serán
los científicos...
Otro
grave problema: la complicidad. Ésta puede ser por acción o
por omisión; la
mayoría se deja llevar conscientemente; es falso que no se sabe; se
sabe pero se reprime, se oculta, se esconde, en suma se
es hipócrita y se forja la ilusión de que no se sabe;
"olvidar" es una forma de esta hipocresía y de allí a la
omisión hay un paso muy pequeño. El homo sapiens omite y deja hacer
a los "cerebros", a los intermediarios (altos, medios y
bajos) y a los ejecutores. Es verdad, a los ejecutores suicidas es
casi imposible frenarlos pero ¿a los restantes? Todos somos en mayor
o menor medida culpables y responsables del quehacer humano, de la
cultura que incluye los delitos y también la impunidad. ¿Uno solo
qué puede hacer? Con el pretexto de la impotencia nada se hace...
Connivencia, silencios
cómplices, ésta es la fuerza de la impunidad.
El centaurino quiere intervenir
para contar una pequeña anécdota. Luego de escucharlo interpreté
su sutil ironía alegórica...
"Me
senté en un sillón y entrecerrando los ojos comencé a observar a
través de la ventana. Desde esa posición sólo se veía la copa de
los árboles. En una rama casi horizontal pendía un pequeño nido.
Me levanté y abrí la ventana para respirar aire más puro y para
contemplar mejor el suave aleteo de un colibrí. Pendido y a veces
girando el ave buscaba algo. ¿Quizás una flor? Seguí su evolución
al volar de repente hacia otra rama pendular; ¿qué había
encontrado la avecilla? ¿Una flor acaso? No, un pequeño insecto
había llamado su atención; éste resbaló en su huída y cayó
dentro de una hoja doblada que ante la nueva carga se desprendió y
aterrizó en el centro de una hoja enorme que también pendía pero
más sólidamente aferrada a la rama. El colibrí seguía todas las
peripecias con su vuelo extraño, suspendido en el aire y con
arrebatos; la pista del insecto había desaparecido en medio de hojas
de tamaño creciente; la más grande protegía a la más pequeña y
este esquema se repetía en otros árboles. Sí, roté
mis ojos y vi en derredor,
algo similar y más allá lo mismo y acullá idéntico. Todo el
jardín reflejaba una equivalente realidad: algo
o alguien protegía a algo o a alguien. La cadena de amparos era
interminable. El
apoyo hacía de defensa, de refugio, de asilo, de abrigo... El
colibrí cansado de ambular entre hojas grandes y pequeñas optó por
regresar a su nido. La madeja de ramas y hojas osciló
brevemente por la brisa refrescante.
Yo seguí atento, con la vista fija en el matorral desinteresándome
del colibrí. Las hojas se movieron imperceptiblemente primero y
luego con más fuerza que la brisa tenue; sí, algo más enérgico
que el aire en ese instante logró hacer caer (fuerza es reconocer
que estaba en equilibrio) la hoja pequeña hacia el suelo pero antes
emergió, quedando sujeto a la hoja más grande, el insecto. Yo pensé
¿sería el mismo que había llamado la atención del colibrí? Miré
a la avecilla, ésta ya estaba atenta a otros menesteres; había
perdido interés en su primitiva misión; no ameritaba por su
persistencia. ¿Había
operado el olvido? Retorné mi vista al insecto
que ya casi desaparecía indemne, defendido por su cadena de
protección, en su
caso accidental, debajo de un montículo de tierra húmeda. El
colibrí revoloteaba, luciendo vistoso sus bellos colores y
pendiendo, como
siempre, en el mismo
lugar... ¡Vanidad de vanidades!"
-¡Ay centaurino qué perspicaz
eres! ¿Además artista poeta? ¿No serás tú la síntesis
científico-artista que propongo?-
Un delito muy difundido en los
últimos tiempos es el atentado con un ejecutor suicida; ¿cómo son
éstos ejecutores? Son fatalistas; creen que el destino de las
personas ya está trazado y por ende nada se puede hacer para
cambiarlo. Aceptan la religión como la base primordial de sus actos
y por ende acatan las órdenes superiores rigurosamente. Son
básicamente intolerantes y autoritarios; siguen a sus jefes
ciegamente y los "enemigos" son los que esos jerarcas
fijan.
Casi
todos los seres humanos tienen esta conducta pero en ellos está más
acentuada. Matar a alguien desconocido e indefenso sólo por orden
superior es muy perverso. Quienes lo hacen están en un grado muy
avanzado de psicosis aunque mucha gente no lo advierta. Los
atentados masivos hechos por ejecutores suicidas son el equivalente
de los crímenes efectuados en muchos países por genocidas de su
propia gente por motivos políticos o religiosos avalados por el
cinismo y la hipocresía de las cómplices jerarquías respectivas.
No hay motivo valedero para matar a otro ser humano. Los que lo hacen
son enfermos.
Hipócrita
significa actor y los
cómplices representan el papel de las jerarquías al hacer la
voluntad de ellas; no
viven su propia vida, su rol es imitar, callar, obedecer, engañar
para servir interpretando mejor.
En ellos las ideas se apoderan
de la mente de forma tal que sólo responden a los estímulos
concordantes de sus jefes que implantaron los dogmas en la niñez;
por eso no tienen conflictos morales. Por supuesto que ellos no
responden al principio de encumbrar la duda, la pregunta, la
experimentación, la comprobación, la autocorrección, en suma la
metodología científica; sólo el dogma y actúan en función de él,
de allí que su conducta sea tan enferma. Una consecuencia más grave
aún es la imposición de lo suyo al resto de la población la
resistencia de ésta crea la represalia.
Este mecanismo de la represalia
es primordial pues genera la cadena de violencias. Es horrendo el
"ojo por ojo, diente por diente" base en occidente del
concepto represivo (en lugar de preventivo) del derecho penal, pero
peor es maximizar esto con la represalia que siempre equivale a "por
uno de los nuestros, diez de los de ellos". Siempre en la
represalia el daño inferido al otro es mucho mayor que el recibido.
El fanatismo engendra el encumbramiento de la represalia y esta idea
está enraizada en los países no sólo en los musulmanes. Un daño
mayor aún es la cadena de represalias que, uniendo eslabón por
eslabón, se forma y golpea con brutalidad.
El
sentimiento de venganza genera la primera represalia que para ser
compensada origina la segunda y ésta la tercera, formando la cadena
mencionada. Sin embargo este mecanismo es mucho más antiguo y ya
nuestros ancestros prehomínidos lo practicaban. Las mafias
existieron siempre, quizá en Sicilia (Italia) se terminaron de
estructurar grupos mafiosos organizados para delinquir con reglas
internas donde la venganza y la represalia juegan un rol fundamental
para mantener la cohesión del conjunto; se
desarrollaron modernamente
en el país de los jueces de manos limpias. Esta forma de
organización delictiva demostró ser sumamente efectiva pues ha sido
adoptada en casi todas las demás naciones.
La agresividad es una
característica básica en el ser humano y la hace efectiva
constantemente; la mayoría de las veces es psíquica y a la persona
le pasa inadvertida la agresión que realiza a otros, generalmente
con palabras, gestos o actitudes, pero en ocasiones se torna violenta
produciendo lesiones o muertes. Hay situaciones propicias para las
agresiones de hecho, como por ejemplo un clima de impunidad; cuando
ella está muy desarrollada las violencias se desatan por motivos
fútiles y luego brotan las represalias que, haciendo cadena,
terminan en salvajes guerras.
El
centaurino quiere intervenir activamente pero barrunto que será
implacable. La mafia de las drogas
psíquicas es todavía más sutil
pues se manifiesta abiertamente, no
tiene necesidad de usar la clandestinidad,
y con ropajes éticos logra actuar en el escenario de la vida con
total impunidad. En rigor son los reyes de la impunidad pues poseen
el consentimiento del noventa y cinco por ciento de la población del
planeta Tierra. Este dato no es captado y sin embargo condiciona al
resto del comportamiento humano.
Las grandes atrocidades
cometidas con el mecanismo de las represalias han sido o promovidas y
avaladas, el caso de los fundamentalistas musulmanes en nuestra época
y el caso de la Inquisición Católica (Tribunal del Santo Oficio)
durante cientos de años en el pasado, o permitidas, autorizadas,
consentidas, aceptadas, admitidas o cuando menos toleradas en la
actualidad por las organizaciones religiosas de todo tipo. A veces se
alza un tibio discurso condenatorio de dichas atrocidades pero no se
ejerce el enorme poder que tienen para disuadir y evitar esos
atentados contra el ser humano. ¿Por qué no ejercitan ése poder de
manera real que permita disuadir a los verdugos? Habría dos razones.
Una, o que no desean enemistarse con los otros poderes y en éste
supuesto actúan (actor significa hipócrita y viceversa) para no
perder lo conquistado en milenios y dos, o que en realidad están de
acuerdo tácitamente con los procedimientos crueles contra el homo
sapiens.
-¿Y tú cuál de las dos
razones consideras la correcta?- Pregunté al centaurino muy
atribulado.
-Las
dos-. Respondió rápidamente. Y agregó: -la crueldad y el máximo
sadismo que pueda imaginarse está implícito en la idea del
infierno, lugar de sufrimiento eterno donde el fuego (las quemaduras
son quizás el mayor dolor posible) quema a los condenados sin
consumirlos y
perpetuamente. Esta idea es la mayor aberración y aterrorizó a las
personas durante milenios para que fuesen obedientes y acataran las
reglas de las jerarquías. La legislación penal admite la cadena
(sic) perpetua y en algunos países la pena de muerte; estos
condenados irían directo al infierno. El
reinado de la crueldad está en la mente del hombre
y yo pregunto ¿quiénes realizaron los mayores atentados?- Demandó
el centaurino con ímpetu desconocido en él.
-Lo que dices avalaría mi tesis
de enfermedad social; en realidad los problemas no son sólo de este
siglo XX sino de todas las épocas y los atentados se cometieron
siempre. Ahora pareciera mayor la corrupción por la publicidad de
los grandes medios de comunicación que llevan las noticias por el
planeta en minutos-. Aseveré todavía muy compungido.
-Los
delitos no aumentaron, sólo tienen más difusión pues el periodismo
los usa como llamada de atención para causar sensacionalismo y
promover la venta de sus productos. La proporción en cantidad
permanece constante pero hay otras conductas que subyacen, no se ven
y que sin embargo deberían constituir delitos graves para la
población. La mentira, el engaño y la hipocresía muchas veces
ocasionan enormes daños y sin embargo son usadas constantemente por
las sociedades. Precisamente estos elementos llevarán al colapso, en
casi todas las naciones, primero financiero luego económico y
finalmente social. Sobrevivirán los más aptos, es decir, los que
posean conocimiento y puedan utilizarlos en la futura sociedad
científica y tecnológica. El
pensamiento mágico puede disolverse en el colapso pero dejará
secuelas altamente improbables de erradicar.
Las ciencias podrían ser las nuevas religiones y los científicos
los nuevos sumos sacerdotes que dirigirán la nueva orquesta pero la
pregunta es ¿lo harán con menos crueldad?- Preguntó el escéptico
centaurino con sarcasmo.
Mientras el centaurino se
arrellanaba en un sillón próximo a una ventana deseo concluir yo
este capítulo con dos observaciones no tan fuertes como las de mi
amigo pero sí reales, por demás evidentes y que me angustian.
En
todos los países (con cualquier ideología) se promueve a los
candidatos políticos a través de su imagen. Su rostro es exhibido
en carteles (los cárteles prefieren el incógnito, ¡quizá los
auténticos "cerebros" se ocultan detrás de sus
testaferros! ¿Estará allí el "superpolítico"). Los
políticos actúan. Usan un tablado, en los mitines están siempre a
mayor altura con la excusa de ser vistos por la concurrencia. En
realidad estamos en la cultura del espectáculo;
los jóvenes se movilizan a través de artistas que escenifican en
enormes estadios sus actuaciones y los políticos siguen el mismo
derrotero. Artistas auténticos y políticos necesitan del escenario.
Las plataformas
electorales son plataformas actorales.
Otro dato fundamental. Los
servicios secretos y paraestatales existen, no son una fantasía de
paranoicos; utilizan métodos ilegales; secuestran y retienen
cautivas a las personas en inmuebles que son propiedad del Estado, es
decir, un hecho de extrema gravedad pues tiene el aval de toda la
sociedad. Todo esto amparado en la impunidad que deviene del poder
político, que como tal es consentido tácita (caso de las
dictaduras) o expresamente (caso de las democracias electivas) por la
población. Los "cerebros" existen; los intermediarios
hipócritas que contribuyen con su actuación también y los
ejecutores sádicos que torturan son una cruel realidad. [¿No habrá
sádicos porque el resto es masoquista?..., complementa el centaurino
desde su sillón].
El capítulo anterior fue tan
fuerte en la descripción de una realidad que subsiste desde los
prehomínidos relatados al comienzo hasta este apabullante siglo XX
que nos atosigó. Por eso el centaurino me pidió que le dejara
contar una anécdota de su infancia para mitigar la amargura que
supone embarga al amigo lector.
Pues bien simpático centaurino
como Miguel Ángel a su Moisés, "habla".
"Un maravilloso espacio
azul arriba, un verde turquesa abajo cortado por castaños y verdes
claros en elevaciones de tierra que orlaban bahías de arena blanca.
Las playas, con la vegetación buscando la humedad del mar, incitaban
a caminarlas. Ebrio de aire y de mar me lancé por las calles de una
pequeña ciudad costera de una gran isla. Corrí con las ganas
contenidas de un tiempo cercado por naves espaciales y galaxias. El
aire puro golpeando mi rostro penetraba en los pulmones y vivificaba
mi sangre. ¡No siempre los perfumes son buenos! A veces conviene
sustituir el incienso por el aire que purificaría de existir las
puertas abiertas en tantos lugares cerrados y sagrados. (-Era un
remanso centaurino, cumple tu palabra-. Interrumpí a mi amigo
viéndolo venir y no estando dispuesto a consentir, sólo por este
capítulo, sus sutilezas irónicas).
"El aire me daba más
energía y corría velozmente por la arena mojada donde el agua
llegaba en tímidas olas que morían a mis pies. Una espuma ocre
permanecía al huir la ola, breve huésped en mi ahora abierta
habitación, y al enredarme en los globos, suaves y tersos, caí
rendido pero henchido de placer y de alegría. Jugué con la espuma,
pies y manos se permitieron hurgar con deleite; todo un mundo de
pompa (¡centaurino...!) explotaba, sin dañar, en burbujas
multicolores y los globitos se elevaban irradiando luces. La luz, la
maravillosa luz de nuestra estrella, iluminando una playa solitaria
cobijó los instantes inolvidables de un sentimental que se había
perdido entre los barrotes galácticos.
Al levantarme, caminé entre la
vegetación buscando el verde con un frenesí de frescura; fui
dejando la costa para internarme en una maraña de arbustos y
finalmente caer nuevamente pero ahora bajo la sombra de un árbol.
Las ramas en lo alto se entrecruzaban y con las hojas filtraban los
rayos de mi Próxima Centauri que apenas marcaban el colchón de
hierbas donde descansaba. Permanecí un buen rato con los ojos
entrecerrados disfrutando la deliciosa penumbra mientras el gorgeo de
pájaros desconocidos me arrullaba. Sentí que la naturaleza me
mimaba.
Regresé a mi infancia y a la
ternura de un niño mirando los pájaros de un parque; a su alrededor
las hondas que lanzaban piedras y la angustia de ver caer al
pajarillo que dejó de trinar. Lloró con la abismal congoja de su
aflicción; las lágrimas, al ver el cuerpecito del ave, fueron
catarata. Se inclinó, mientras la burla de los otros niños pobló
sus oídos alejándose triunfantes por haber abatido al cantor; allí
ante sus azorados ojos estaba el pequeño inmóvil. Las plumas
agitadas por una suave brisa otoñal parecían brillar como gemas
preciosas; en el flanco un rubí resplandeciente las opacó
repentinamente. El rubí estalló en gotas que manaron suaves tiñendo
las plumillas de un rojo carmesí; todo fue un plumón rojo. De
pronto las lágrimas del niño, que eran catarata, al languidecer por
sus mejillas cobraron fuerza de aluvión y resbalaron por las
acariciadas plumas; el rocío fue diluyendo el rojo al restañar la
sangre. Los colores primigenios retornaron; el plumón palpitó en
agitar de patitas; los ojillos se entreabrieron y la mirada del niño
cruzóse con la del ave; una gota que estirándose quedó retrasada,
resbaló de la mejilla y, al estar reclinado el pequeño sobre el
otro más pequeño y más indefenso, cayó justo en el pico que se
abría sediento. Antes de que el niño pudiese acariciarlo, ahora con
las manos, el inquieto plumón revivió, resurgiendo como un nuevo
Fénix y batiendo alitas elevóse a su rama. El niño, atónito,
fascinado, vio cómo su amigo volvió a trinar en un canto único,
sublime y sólo para él. Ahora sus lágrimas fueron de una inmensa
alegría...
Un ruidoso batir de alas en lo
alto me despertó del recuerdo infantil. Sonriendo y feliz levanté
mi cuerpo del mullido colchón de hojarasca. Una parte de mí quedó
para siempre allí."
El centaurino sonriendo
dulcemente dejó vagar sus ojos y acunó un largo silencio...
¡Ay centaurino, centaurino!, tu
mundo imaginario me reconforta. Quizás algún día aquí en nuestro
amado planeta azul podamos echar al vuelo miles, millones de
pajarillos multicolores como mensajeros de amor y caricias de
ternura, sin fronteras ni odios y que todos los niños puedan
aprehender tu recuerdo para no imitar un tiempo moribundo de
violencia.
16. Otro hito histórico
Hacia el año 300 antes de
nuestra era, Alejandro Magno fundó la ciudad de Alejandría. Por
setecientos años brilló como una joya preciosa del intelecto, del
arte y del quehacer científico. Nada queda de ésa singular ciudad;
el miedo al conocimiento, la opresión, los sectarismos primitivos,
el pensamiento mágico, arrasaron casi todo de la antigua ciudad.
Sólo quedó su recuerdo como un faro...a propósito la bella ciudad
tenía un enorme faro, el Faros, una de las siete maravillas del
mundo antiguo.
Pero lo mejor de Alejandría era
su biblioteca y el museo (institución dedicada a las especialidades
de las nueve musas); de esta biblioteca lo único que queda es un
húmedo sótano del Serapeo, el anexo de la biblioteca,
primitivamente un templo y luego reconsagrado al conocimiento.
En
su apogeo una gran cantidad de eruditos exploraban la física, la
medicina, la literatura, la geografía, la astronomía, la filosofía,
las matemáticas, la biología, la ingeniería. El saber erudito y
las ciencias pululaban en sus grandes salas. La Biblioteca de
Alejandría fue el lugar donde los homo sapiens reunieron por primera
vez el conocimiento de manera seria y sistemática. Fue allí que
Eratóstenes hace dos mil trescientos años descubrió el tamaño de
la Tierra. Eratóstenes fue astrónomo, historiador, poeta,
matemático, geógrafo y director de la gran Biblioteca de
Alejandría. Los libros acumulados eran papiros arrollados y escritos
a mano, en uno de ellos leyó que en un puesto avanzado del sur del
país, cerca de la primera catarata del Nilo, en el mediodía del 21
de junio un palo vertical no proyectaba sombra. En el solsticio de
verano, que es el día más largo del año, al mediodía las columnas
del templo no proyectaban sombra; en ese instante el sol podía verse
reflejado en el agua de un pozo hondo; el sol estaba directamente
sobre las cabezas. Estas observaciones tan elementales que cualquiera
pasaba por alto, palos, sombras, reflejos en pozos, el Sol directo
por encima de las cabezas, llamaron sin embargo la atención del
científico
Eratóstenes. Quiso hacer un experimento y observar si también en
Alejandría los palos verticales no proyectaban sombras el mediodía
del 21 de junio. Pero descubrió que sí lo hacían. Curioso se
preguntó cómo era que en el mismo instante un palo no proyectaba
ninguna sombra muy al sur de Alejandría y que en ésta la sombra
fuese pronunciada. Si la Tierra fuese plana los dos palos en
el mismo instante no
proyectarían sombra alguna; lo mismo sucedería (caso de Tierra
plana) si los dos palos proyectaran sombras de igual longitud
(siempre en el mismo instante). Pero ¿cómo explicarse que al sur el
palo no daba sombra y en Alejandría sí, siempre al mismo tiempo? La
única respuesta posible era que la superficie de la Tierra fuera
curva. El científico Eratóstenes fue más allá; el Sol está tan
lejos que sus rayos son paralelos cuando llegan a la Tierra, cuanto
mayor sea la curvatura más será la diferencia entre las longitudes
de las sombras. La diferencia observada en las longitudes de las
sombras marcaba que la distancia entre Alejandría y el lugar al sur
fuera de unos siete grados a lo largo de la superficie de la Tierra,
imaginando los palos prolongados hasta el centro de la Tierra
formarían allí un ángulo de siete grados. Siete grados es de
manera aproximada una cincuentava parte de los trescientos sesenta
grados que contiene la circunferencia entera de la Tierra. El
astrónomo y matemático Eratóstenes sabía que la distancia entre
Alejandría y aquel lugar al sur del país era de unos 800 kilómetros
(¡contrató a un hombre para que lo midiera a pasos!). Ochocientos
kilómetros por cincuenta dan cuarenta mil kilómetros: calculó que
ésa debía ser la circunferencia de la Tierra. Precisamente es la
respuesta exacta. Las herramientas de Eratóstenes fueron palos, ojo,
su cerebro de científico inclinado a la experimentación y los pies
del hombre que lo ayudó; lamentablemente la historia no registra su
nombre. ¡Cuántos anónimos trabajadores tuvo el acceso al
conocimiento! Nos queda el consuelo de la mención de Eratóstenes de
su ignoto colaborador [aunque el centaurino acota que lo habrá hecho
para confirmar sus aseveraciones, él siempre tan suspicaz]. Con tan
simples elementos calculó la circunferencia de la Tierra con un
error mínimo (sólo unas partes por ciento); éxito considerable
obtenido hace dos mil doscientos años y que lo acredita como el
primer ser humano que midió con extraordinaria precisión el tamaño
de un planeta.
El
descubrimiento de Eratóstenes permitió que hombres tan prácticos
como los navegantes comenzaran la aventura de los viajes de
exploración de manera
sistemática ya que
cuatrocientos años antes de Eratóstenes los fenicios habían
circunnavegado África.
El descubrimiento de América
por Colón se debe en gran parte a sus lecturas de las obras de
geógrafos como Eratóstenes, Estrabón y Tolomeo. Ahora se sabe que
Colón hizo una amable engañifa con sus cálculos, utilizando la
menor circunferencia posible de la Tierra y la mayor extensión hacia
el este de Asia que pudo hallar en los libros de que disponía.
Gracias a esta triquiñuela logró efectuar su primera expedición y
gracias a todos los dioses que estaba América en el medio...
En la actualidad un satélite
artificial puede fotografiar y filmar nuestro planeta; observando su
forma esférica sólida de proporciones similares a las calculadas
por el alejandrino Eratóstenes surge una exclamación de respeto (el
esbozado en este texto) y de cálida admiración a su razonar
experimental y no especulativo; a su imaginación fértil pero con
curiosidad práctica; a su trabajo de ojos, pies (de su colaborador
deportivo) y cerebro inquieto; a su valentía de explorar lo
desconocido.
En Alejandría brillaron además
de Eratóstenes, el astrónomo Hiparco que organizó y elaboró mapas
con las constelaciones además de estimar el brillo de estrellas;
Euclides, uno de los pilares de la geometría bidimensional (hoy día
sus postulados son corregidos por la geometría espacial, pero no
debe olvidarse su nombre por sus relevantes méritos); Herófilo, un
fisiólogo que estableció de manera indudable (¡ya en ésa época!)
que la inteligencia está radicada en el cerebro y no en el corazón;
Herón de Alejandría, inventor de cajas con engranajes y aparatos de
vapor y autor de "Autómata" ¡la primera obra sobre
robots!; el matemático Apolonio de Pérgamo, demostró la elipse,
parábola e hipérbola las curvas que como actualmente sabemos siguen
en sus órbitas los planetas, los cometas y las estrellas; Arquímedes
el máximo genio mecánico de la antigüedad y dejo para el final al
astrónomo y geógrafo Tolomeo pues aquí el centaurino dio un
respingo...y pide la palabra. (Recuerde el lector que terminó el
capítulo del remanso).
Tolomeo
compiló en gran medida lo que es hoy día la pseudociencia de la
astrología. Imaginó un universo centrado en la Tierra que luego fue
utilizado en la Edad Media por la Inquisición para atacar a Giordano
Bruno, a Copérnico y a Galileo Galilei. Pero Tolomeo no es culpable
de los delitos que se cometieron en su nombre, sólo tuvo un yerro
descomunal lo cual nos obliga a recordar que la capacidad intelectual
por sí sola no es garantía de corrección. Comparemos
con los experimentos de Eratóstenes que probaban de manera
indubitable la curvatura de la Tierra
y veremos cómo funciona la ciencia y la metodología científica
experimental que exige comprobaciones de las hipótesis imaginadas o
de que los experimentos repetidos confirmen las aserciones.
Grandes hombres pero también
una gran mujer, Hipatia cuyo martirio ya fue narrado y significó la
destrucción de la Biblioteca de Alejandría siete siglos después de
su fundación y el comienzo de la era del oscurantismo.
Yo
hice mi educación primaria en una escuela de Hermanos Maristas,
institución perteneciente a la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Toda mi infancia y gran parte de mi adolescencia transcurrió en un
ambiente (en el aspecto educativo) en contacto estrecho con la
doctrina católica. Por consiguiente mis conocimientos de ésta
religión son abundantes e involucrados con pensamientos emocionales,
ya que cumplía todos los ritos con total convencimiento de su
sacralidad; en cambio mi contacto con las otras religiones es como
objeto de estudio sin participación emocional. Promediando la
educación secundaria mi natural curiosidad me llevó a indagar sobre
el mundo que me rodeaba y a plantearme interrogantes. Advierta el
lector el símil con Descartes (él fue a una escuela jesuita) [quizá
de allí el debate exhaustivo con el amigo Renato. Puntualiza el
siempre despierto centaurino], pero yo no tuve la inclinación por la
carrera militar como Descartes. Mi educación secundaria la realicé
en el Colegio Nacional de Buenos Aires, institución que depende de
la Universidad Nacional de Buenos Aires; esto último hace que dicho
Nacional sea muy exigente (6 años en lugar de 5 años) y los
profesores son, en su mayoría, de la Universidad. Además tiene
materias que lo distinguen (por ejemplo, latín, cosmografía, etc.)
de otros similares. Los profesores son, en gran medida, de un nivel
excepcional por su talento y por la forma de enseñar. Esta
preparación tan estricta (por aquellos años, ahora es más "suave")
determinó que mi carrera universitaria tuviese bases muy sólidas.
Un ejemplo de esto es la distinción, en los exámenes de la
universidad, que hacían los profesores con los ex alumnos del Buenos
Aires; buenas notas y ser colaboradores de cátedra. Admito que
teníamos mejores bases que el resto pero luego en la carrera
universitaria se emparejan las cosas pues la especialización es la
misma para todos; eso sí, queda una buena cultura general que, en mi
caso me llevó a estudios más profundos sobre diversas materias.
Estos datos son importantes para comprender mi predisposición a la
investigación; siempre me gustó estudiar, encuentro
sumo placer en ello.
Incursioné, con pasión, primero en la filosofía, luego en las
ciencias y, como todo joven, me deleité con las doctrinas políticas
(sistemas ideológicos en boga) pero por alguna extraña intuición
no accionaba en la práctica. Sólo leía y estudiaba todas las
ideologías y votaba (cuando había elecciones pues en esa época
raleaban) a diversos
partidos dentro del espectro del centro izquierda o izquierda. Nunca
actué en la práctica política, lo recalco pues ahora que soy
mayorcito comprendo mi intuición de ése entonces. También
comprendo mi actual postura con respecto a las doctrinas religiosas
en general, pues el vivir con emoción y práctica activa una
religión en particular me permitió advertir su elevada dosis de
pensamientos emocionales y
la enorme necesidad que tenemos los humanos de protección.
Por ello comprendo al amigo Descartes y a todos los filósofos que
buscaban a través del razonamiento a ése padre que los protegiese.
Porque
de esto se trata: la búsqueda de un padre protector que nos cuide.
Esta idea necesita de la otra: la certeza absoluta en ése cuidado. Y
el único
que puede hacerlo es
un Dios Todopoderoso, Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente
que siempre
va a estar y nunca
nos va a abandonar; más aún de alguna forma viviremos eternamente.
Esto y sólo esto nos
tranquiliza y nos consuela a los humanos.
Yo lo sentí y por eso lo comprendo; la
sugestión de una idea así es inmensamente consoladora y, en
apariencia, le da un sentido a la vida humana.
Tengo
amigos que practican distintas religiones y suelo reunirme con ellos
en cordial camaradería. A veces se suscitan jugosos debates donde se
intercambian ideas de todo tipo. Un matrimonio muy amigo, María y
José son sus nombres, vinieron a cenar un sábado a mi casa. Son
buenas personas y debemos recordar que éstas (las buenas personas
-¡cómo me deleito en recalcarlo!, ¿se nota?-) se
caracterizan por su tolerancia.
Y allí se produjo el siguiente diálogo con intervención del
centaurino.
-Uds. son creyentes ¿verdad?-
Lanzó como un dardo el centaurino pero con una amable sonrisa que
suavizó la pregunta.
-¿Te refieres a creer en Dios?-
Respondió con candorosa inflexión en la voz María.
-Sí. ¿Y cómo te lo imaginas?-
Prosiguió el centaurino manteniendo la sonrisa.
-Yo
soy católica y José es judío pero no tenemos problemas pues cada
uno practica su rito con "liviandad"; no somos fanáticos.
Yo voy a misa todos los domingos y José va al templo cuando lo
desea. Me imagino
a Dios como un ser sobrenatural,
omnipotente y creador de todo
el universo... más o menos como se lo imagina todo el mundo... ¡Qué
te puedo decir! Dios es Dios. El ser
supremo. Algo tiene
que haber. Si no ¿quién
hizo el universo?-
Hubo un corto silencio. Esto me
permitió darme cuenta que el centaurino apuntaba hacia algo. A
través de un lenguaje metafórico dialogaría conmigo diciendo cosas
de vital importancia. Luego en el repaso de todo el material
confirmaría lo que intuí en ese instante.
-Todo el mundo cree en Dios; hay
distintas religiones pero todos creen en un ser supremo-. Acotó José
ya interesándose en la cuestión quizá con ánimo de promoción.
-Es
verdad. La inmensa
mayoría de la gente tiene algún tipo de creencia religiosa o al
menos cree en un dios hacedor de todo;
podríamos decir que el noventa y cinco por ciento de las personas.
Yo llamo a ese sentimiento (o si Uds. quieren idea): religiosidad
difusa. El cinco por
ciento restante son los ateos propiamente dichos, es decir, los que
rechazan la idea de dios. En la mayoría digo difusa porque algunos
son más creyentes que otros pero todos tienen la idea de algo
superior-. Manifesté tratando de colaborar con el centaurino y sin
herir la susceptibilidad de los amigos.
Mirándome significativamente el
centaurino preguntó al matrimonio:
-¿Y
no les llamó la atención que casi todos tengan la misma idea?
La idea de un dios es algo que casi todos toman y muy pocos discuten.
Pueden pelear por religiones y por la supremacía de cada una.
Irlanda es un ejemplo o las guerras santas del islam o a lo largo de
la historia las múltiples guerras religiosas entre católicos y
protestantes; cada religión se dice la verdadera pero
eso es una cuestión de poder,
yo destaco la simple idea de un dios que casi no se polemiza. Se toma
como algo natural su creencia. Son muy pocos los autores que planteen
la creencia en un dios como un dato fundamental a debatir pues hace
al meollo de la condición humana. ¿No
es insólito este hecho?-
-Yo no lo veo tan chocante-.
Afirmó con gesto de extrañeza José.
-Si
todos creen será entonces porque existe-.
Pontificó María.
-Precisamente-. Dijo con
firmeza, en un tono raro y enigmático, el centaurino acariciando su
mentón en un gesto típico.
-¡Cómo que existe, si tú eres
ateo!- Exclamó estupefacto José mirando al centaurino sin entender
nada.
-Sí, soy ateo. Pero ésa no es
la cuestión. Imaginemos que por alguna causa desconocida todos los
seres humanos nos extingamos como especie. Tal supuesto no es tan
estrafalario pues ya sucedió anteriormente con otras especies y
todos nosotros recordamos a los dinosaurios, por ejemplo. De su
existencia no caben dudas pues sus restos fósiles fueron encontrados
bajo tierra e inclusive en los museos de ciencias naturales de todo
el planeta se hallan exhibidos. Bien, los dinosaurios se extinguieron
hace alrededor de 65 millones de años. Los científicos consideran
dos tesis sobre este hecho: o el estallido de una supernova más o
menos cercana que produjo radiaciones que afectaron la atmósfera
terrestre o el impacto de un cometa gigantesco que levantó hacia la
atmósfera un polvo tan denso que afectó la vida de varias especies
vegetales y animales, entre ellas los dinosaurios. Bueno, imaginemos
que ahora nos extingamos nosotros, los "homo sapiens"...-
Todo esto lo fue diciendo el centaurino con marcado tono triste y una
inflexión en la voz que no alcancé a interpretar acabadamente.
-Eso
no puede pasar nunca. Dios no lo permitiría-.
Aseveró muy convencida María.
-Como
puedes asegurar
eso. ¿Acaso tú conoces los proyectos de ése tu dios? Te recuerdo
que la mayoría de las religiones contemplan un fin del mundo con
premio de vida eterna para sus adeptos y castigo de sufrimiento
también eterno para los herejes o malvados. Esta escatología es
casi universal en las creencias. ¿No
es extraño también esto?-
Prosiguió implacable el centaurino.
-Bueno,
los que creemos en una vida más allá de la muerte tenemos asegurada
la vida eterna y al menos en ése mundo junto a Dios no nos
extinguiremos. El
hombre, como la obra de Dios más perfecta, es su especial criatura y
nos dotó de un alma eterna que jamás podrá extinguirse. No somos
animales, somos seres superiores dotados de un alma inmortal que
vivirá eternamente-.
Completó María con decisión y total convencimiento.
-Tú
lo has dicho-.
Sintetizó el centaurino mirando primero a María y luego a mí con
ojos penetrantes que lanzaban saetas de profunda significación.
18. Más sobre delitos,
corrupción y mafias
El
fanatismo está en todas las ideologías y ahora se encuentra aliado
con las grandes mafias del contrabando de armas y de drogas químicas.
Este fabuloso negocio maneja seiscientos cincuenta mil millones de
dólares que se comercializan por
año en el planeta.
Si se cortara quebrarían muchas empresas y podría ser un colapso;
¡cuántas honestas fundaciones se hicieron con dinero "lavado"
del narcotráfico! En algunos países dichos fondos sustentan
comunidades enteras.
La forma de pensar totalitaria y
ecuménica que fanatiza, trabaja usando la metodología de las
grandes mafias.
La
lucha contra las mafias es altamente improbable de ganarla. Los
delincuentes están enquistados en todos los órganos del poder pero
no solamente en un país sino en todo el mundo. Sólo se podrán
ganar batallas parciales pero nunca la guerra final; ésta la
librarán las mafias y cárteles entre sí por el predominio en la
etapa final. El curso de los acontecimientos lleva un ritmo
acelerado; la codicia típica del ser humano ya es imparable y los
grandes imperios financieros están prácticamente controlados desde
hace tiempo por las sociedades mafiosas directamente o por medio de
intermediarios. Hay información de que la caída del imperio llamado
socialista (en realidad capitalismo de estado) fue hecha comprando a
sus dirigentes con grandes sumas de dinero y esto se hizo en varios
tramos. Las actuales
mafias que reinan en el ex imperio soviético son la exteriorización
de las que trabajaban clandestinamente durante el apogeo del
capitalismo de estado. Simplemente ahora lo hacen a la luz y sin
oposición; más aún con la complicidad de los jerarcas burócratas
comprados. Los ex
jefes de las reparticiones estatales ahora pasean por el mundo
diciendo tonteras financiados generosamente; los ex jerarcas de todos
los ex servicios secretos ahora son "personas respetables"
que dan conferencias en los diversos países (yo escuché a varios;
testifico que dicen estupideces) y cuentan sus intimidades de
represión pasada sin tapujos y con el beneplácito de los
funcionarios actuales de adentro y de afuera de las respectivas
naciones. Para
occidente antes eran déspotas crueles y ahora son "héroes de
la libertad"; cosas de la hipocresía universal.
Tienen guerras mafiosas con Estados que tratan de independizarse del
poder central (caso de Chechenia) y ya están en el contrabandeo de
armas y de drogas químicas.
Y
no son presunciones muy aventuradas decir que los ex jerarcas
soviéticos fueron comprados pues hace poco el señor Gorbachov
manifestó esto públicamente (yo lo vi y escuché en un reportaje
televisivo) y hasta dijo que empresas de varios países lo
financiaron y lo
siguen haciendo actualmente;
además hay fehacientes pruebas de testigos que avalan estas
afirmaciones. Con el tiempo la historia lo develará todo cuando,
como dije en el capítulo 11, prescriban (liberarse de una obligación
por el transcurso del tiempo) los delitos. La
codicia es el motor de la humanidad.
Ya Napoleón (que era corzo y valga el juego de palabras) puntualizó:
"todos los hombres tienen su precio" y yo estoy de acuerdo
con ésa aserción. Comprar
hombres claves es una modalidad mafiosa;
luego estos hombres quedan a merced de las organizaciones pues en
caso de incumplimiento se generan las represalias. Hay épocas más
propicias para efectuar estos negocios y gente más proclive que otra
para concretarlos. Las personas incorruptibles son una mutación de
la naturaleza (quizá como los ateos).
Lo
que estoy planteando es real no es ficción, son "los numerosos
problemas e interrogantes que conmueven a la sociedad contemporánea";
comprobémoslo como diría un científico y utilizando el método
propuesto en el texto (el pensamiento crítico y no el pensamiento
mágico).
En
Italia se está procesando a varios políticos de
diferentes partidos.
En otros países (como en la Argentina por ejemplo) la estrategia es
hacer negocios que defraudan al erario y luego emigrar por un tiempo
hasta que la gente olvide el negociado que afectó al tesoro público;
los jueces, al no ser
independientes, no investigan o si lo hacen no aceptan las escasas
pruebas que se logran; inclusive se destruyen pruebas dolosamente. El
emigrado (enriquecido ilícitamente) luego de un tiempo regresa a su
país y la justicia, por falta de pruebas, lo declara sobreseído.
Durante su etapa de emigrado el ex funcionario puede estudiar en
buenas universidades para obtener algún "master" que lo
jerarquice al regresar (caso Manzano) o en otra ocasión vive
espléndidamente en Costa Rica y luego retorna siendo sobreseído por
falta de pruebas y sin que la causa afecte su buen nombre y honor
(caso ex gobernador Vanrell). También en la Argentina hace poco
tiempo el propio ministro de economía señor Cavallo hizo una
denuncia pública; fue en un renombrado programa de televisión del
periodista doctor Mariano Grondona donde el
ministro acusó a las mafias (usó exactamente ésta palabra)
de presionar sobre el gobierno avaladas por algunos funcionarios del
propio Poder Ejecutivo y de jueces proclives a la impunidad; además
denunció a otro reputado periodista, el señor Daniel Hadad, de ser
un agente de un empresario mafioso (según aseveró el ministro
Cavallo) que sí denunció: el señor Yabrán. El hecho causó
conmoción en el país pues era la primera vez que se admitía
públicamente por parte, nada menos que del ministro más importante
del gabinete, la
existencia de mafias y usando éste término.
Por tal motivo fue interpelado en la Cámara de Diputados. Esta
sesión duró muchas horas, fue televisada y el diputado Moreau le
exigió al ministro que diese más nombres pero de funcionarios. El
ministro evadió la respuesta pero sí dijo que otro funcionario del
Ejecutivo habría presionado para que se le otorgara la concesión de
una radio al periodista Daniel Hadad, el personero, según el
ministro Cavallo, del mafioso, también según el ministro Cavallo,
señor Yabrán. Un diputado, el señor Varela Cid (quizás un "chivo
expiatorio"), fue suspendido en sus funciones por pedir
contribuciones para su campaña, a cambio del no tratamiento de una
ley sobre correos, a sectores empresarios que se oponen al monopolio
que intenta hacer el ahora célebre empresario Yabrán. Precisamente
este señor Yabrán fue el denunciado por el ministro Cavallo en la
audición del doctor Grondona de ser mafioso y de querer apoderarse
monopólicamente del correo que se
intenta privatizar
desalojando a los otros pequeños empresarios que efectúan correos
locales. Y aquí llegamos al quid de la cuestión: se podrá o no se
podrá inspeccionar por la autoridad directa (policía, gendarmería,
etc) sin el aval de un juez, que puede hallarse a muchos kilómetros
de distancia, las sacas de correspondencia en rigor las
grandes encomiendas.
Por éstas se supone que entran drogas al país... Gracias al revuelo
que armó todo el asunto por el momento dicha ley que privatiza el
correo nacional y que impide la inspección (de las encomiendas
grandes) está frenada en el Congreso (¡ya había sido aprobada por
la Cámara de Senadores!) y la cuestión se halla transitoriamente
congelada. Ahora bien parecería que el bueno de la película es el
ministro Cavallo por hacer tan aparatosa denuncia, sin embargo el
centaurino barrunta y pregunta ¿no
será la guerra entre mafias?
El ministro es un cabal representante de la fundación Mediterránea
que goza de gran poder y aparente prestigio... Dentro de veinte años
cuando prescriban los hechos se sabrá como fue en realidad todo.
Aunque ahora como dato ilustrativo conviene puntualizar que el señor
Domingo Cavallo es la misma persona que en los años 1980-1981 tenía
el cargo de presidente del Banco Central de la República Argentina.
En ésa época usurpaba el poder un gobierno militar (dictadura a
pesar de que existía una Suprema Corte de Justicia, más adelante
explico sobre la "doctrina de los gobiernos de facto").
Pues bien el mismo señor Cavallo (ahora ministro de un gobierno
democrático, elegido por el pueblo), en aquellos años cuando era
presidente del referido Banco Central (y el gobierno era una
dictadura, avalada por los jueces) fue uno de los artífices, en
razón de su cargo, de la llamada licuación de pasivos de las
empresas. Esto es, tasas de interés mucho más bajas (2 %
mensual)
que la inflación de la moneda que en aquél tiempo era del 17 %
mensual
o más; las tasas de interés las fijaba el Banco Central y que a su
vez era garantía total de todos los depósitos bancarios, es decir
que la diferencia la pagaba el Estado con emisión de moneda espúrea
que reciclaba la inflación. Pero hay más aún, existía en los
comienzos de ése gobierno militar entre 1976 y 1980 un ingenioso y
perverso mecanismo de vaciamiento de empresas; éstas solicitaban
créditos al exterior que luego no pagaban; los montos casi ni se
giraban, pasaban a una cuenta personal, también en el exterior, de
los dueños reales de las empresas. De ésa deuda se hacía cargo el
Estado nacional: la deuda privada
externa se transformaba así en deuda pública
externa. Todo el pueblo de la nación debía pagar ésa deuda
mientras el monto del crédito estaba en las cuentas de empresarios
apañados por el poder. El corsé de la deuda externa se estrechó...
Haciendo números: antes de la toma del poder por los militares la
deuda pública externa era de alrededor de seis mil millones de
dólares. Al término de ése gobierno militar la misma deuda, por
los artilugios señalados antes y siendo uno de sus mayores artífices
el abogado (!) Martínez de Hoz, fue de cuarenta y cinco mil millones
de dólares. Conviene puntualizar que dicho abogado, Martínez de
Hoz, fue el primer ministro de economía del gobierno militar y que
luego, en democracia, tuvo un proceso judicial donde fue
sobreseído...imagine el lector porqué; sí, imaginó bien: por
falta de pruebas. En la actualidad (con gobiernos democráticos,
elegidos por el pueblo) la deuda externa oscila en los ochenta mil
millones aunque los puristas de la economía señalan más de ciento
doce mil millones contando algunos rubros que en otras cuentas no se
suman. Esta deuda pública externa sigue aumentando vertiginosamente
a pesar de que se está
pagando; ¿artimañas
de la economía? o ¡trampas de los homo sapiens! dice el centaurino.
Otro dato, el periodista Grondona confeccionó, en la década de los
años sesenta un afamado bando
militar, el comunicado 151, de otra dictadura que había usurpado el
poder en el año 1962. Grondona se arrepintió de lo hecho en sus
años mozos, hizo un "mea
culpa" público y ahora es periodista democrático; el señor
Domingo Cavallo también hizo otro "mea
culpa" y ahora es ministro de un gobierno democrático... ah, el
doctor Mariano Grondona es...¡abogado! Cosas de los homo sapiens,
gorgoritea el centaurino pero con la vista fija en los números de la
deuda pública externa que crecen siempre, como un niño bien
alimentado. ¿Serán adultos algún día? Exactamente como ahora,
luego de diecinueve años, los señores que tiraron desde aviones al
mar durante el gobierno militar en 1976 a personas vivas
y detenidas a su disposición, lo confiesan en la misma audición
televisiva del doctor Mariano Grondona. Aclararon que los echaban en
zona poblada de tiburones para que no quedasen despojos; algunos de
estos vuelos habrán fallado en ése objetivo pues pobladores de
zonas ribereñas denunciaron la existencia de cadáveres sobre la
playa en aquel tiempo pero fueron prontamente silenciados. Claro, por
aquellos testimonios se presumía cómo habían desaparecido las
personas pero sólo se tiene la prueba ahora con la confesión de los
delincuentes...salvo el detalle de la prescripción; han pasado
veinte años... Fuerza es reconocerlo en los programas televisivos
del doctor Grondona se nota un claro ámbito de libertad, quizá su
disculpa fue un real "mea culpa" y no un hipócrita "mea
culpa". La historia lo descubrirá...¿o no?
En
el Brasil el presidente Collor de Mellho fue enjuiciado y desalojado
del poder por el parlamento en un caso ejemplar que tuvo en vilo a
todo el país y al mundo; el "ejecutor" fue su secretario
personal, P.C. Farias, buscado afanosamente
(sic) por Interpol (el centaurino señala: la representación teatral
fue notable) durante meses y finalmente apresado; por supuesto (tiene
una fortuna personal inmensa) fue luego sobreseído por falta de
pruebas; el ex presidente finalmente también fue declarado inocente
en el proceso penal pero al menos fue echado del poder; el centaurino
dice: ¡vaya consuelo, le seguirá otro y adelante!.
Actualmente en Colombia el
presidente Samper está bajo firme sospecha (investigado e
interrogado por un juez) de haber financiado su campaña electoral
con fondos de los cárteles de narcotráfico de Cali y Medellín.
En Ecuador el vicepresidente
Alberto Dahik tuvo que renunciar y está procesado por malversación
de fondos reservados (¡ésos fondos secretos que se usan
discrecionalmente!); traspasó fondos reservados a cuentas privadas.
Huyó a Costa Rica pidiendo asilo político; como el delito del cual
se lo acusa no es político sino común, de acuerdo al derecho
internacional público no corresponde el asilo. Veremos como concluye
la historia...
En
Venezuela el ex presidente Carlos Andrés Pérez está siendo juzgado
por malversación de Fondos
Reservados o Partidas Secretas.
En
Corea del Sur el presidente que ejerció el poder entre los años
1988 y 1993 confesó públicamente por televisión ser el responsable
del desvío de seiscientos cincuenta y cuatro millones de dólares de
fondos reservados (¡los hay en todos los países!) a cuentas
particulares para beneficiar a su partido político y a sí mismo; "a
confesión de parte relevo de prueba" pero fue un "chivo
expiatorio" de todo
un régimen corrupto.
Los estudiantes son los primeros en salir a la calle para denunciar
tanta bajeza ya que lo hicieron antes de la "confesión"
del ex presidente y siempre fueron reprimidos salvajemente por una
policía cómplice. La situación del partido gobernante se torna
insostenible...
En
Italia el funcionario que delinquió no emigra y se queda, quizá
confiando en la impunidad de tantos años. Fuerza es reconocerlo: el
método lo inventaron los italianos (un gran artífice fue De
Michelis); el resto simplemente lo copió. La impunidad en Italia
duró más de cuarenta años; con democracia pero sin jueces de manos
limpias. La diferencia con otras naciones es que allí los
funcionarios no emigraron (salvo el caso del ex primer ministro
Benito Craxi que escapó a un país del norte de África pero luego
fue apresado); se quedaron y ahora afrontan la situación con
bastante entereza en algunos casos (por ejemplo Andreotti, que
curiosamente alega ser un "chivo expiatorio" descargando la
culpa en otros; el centaurino rubrica: ¿entonces reconoce que hay
culpables de delitos?, y agrega con sorna, no
existen delitos pero que los hay...¡vaya si los hay!...).
Sin
embargo sigue subsistente el problema de las pruebas. Se
trata de delitos muy difíciles de comprobar y sin pruebas no hay
condena. La cuestión
es complejísima. El otro aspecto es la alianza de estos políticos,
funcionarios y empresarios con las grandes mafias.
Conviene
puntualizar que no solamente los políticos están involucrados en
estas defraudaciones al erario sino también empresarios; algunos de
ellos intentaron actuar en política, caso
Berlusconi, pero
fracasaron (luego de ejercer brevemente el poder) pues se les
descubrieron sus negociados y debieron ceder posiciones; en éste
caso el hermano de Berlusconi estaba involucrado en cohechos con
funcionarios, obviamente fue el ejecutor ya que el cerebro, ¡que
duda cabe!, era el primer Berlusconi. Este señor posee enormes
cadenas de medios masivos de comunicación, entre otros negocios, y
aquí se advierte cómo se manipula a la opinión pública a través
de éstos medios (por eso ganó la elección); el pensamiento mágico,
sin crítica, en todo su esplendor. Una forma muy desarrollada es la
de la coima (cohecho): estos sobornos y dádivas con que se procura
inclinar la voluntad de los funcionarios para obtener ventajas en
contrataciones públicas; o el peculado: la directa sustracción de
caudales o efectos del tesoro público. Detrás de todo está la
codicia y la ambición de más poder.
Siempre
en Italia los jueces (caso juez Di Pietro) de manos limpias, como los
llama la prensa y el público, están haciendo mucho pero no es lo
suficiente. Hicieron caer con su acción todo un régimen corrupto
pero el idilio duró poco; los viejos zorros, con ropajes nuevos,
intentan proseguir con sus artificios fraudulentos. El delito tiene
una fuerza avasallante y además está avalado por las grandes
sociedades secretas mafiosas y "honorables" con sus códigos
internos que permiten el desarrollo
tipo telaraña. El delito está enclavado en el poder.
No existe la menor duda. En todas las naciones una gran cantidad de
funcionarios de los distintos poderes del estado son corruptos y
delinquen con impunidad. Las
pruebas desaparecen y resulta casi imposible el juicio con condena
por los delitos cometidos.
Cuando hay juicios en la inmensa mayoría de los casos se otorga el
sobreseimiento definitivo por falta de pruebas. El
quid de la cuestión es la prueba y el poder que genera impunidad y
destrucción de las pruebas.
Pero ¿por qué se produjo en
Italia tanta corrupción?
Luego
de la segunda guerra mundial tuvieron un período de escasez y
dificultades de todo tipo. En pocos años lograron revertir el
proceso y un fabuloso auge de la producción con nuevas formas de
industrialización fue convirtiéndolos paulatinamente en el quinto
país del planeta en desarrollo económico. La miseria se trastrocó
en una enorme potencia industrial que permitió y facilitó el
comienzo de la corrupción. El nivel de vida se elevó en conjunción
con la industrialización, produciendo aumento del consumo y llevando
al país por los canales de la riqueza colectiva. Esta sociedad de
consumo se tornó
permisiva pues se
razonaba que si los políticos los habían llevado a la abundancia de
bienes podían tomar algo a cambio. Esta
tolerancia con la corrupción fue dándose por tramos,
no de golpe, el ciudadano común no sabía con exactitud las
maniobras delictivas, sólo las intuía pero las justificaba: "nos
dieron tanto que pueden tomar algo, se lo permitimos". Era un
retorno ideológico al feudalismo: el señor feudal podía disponer
de bienes, hacienda y personas; los siervos de la gleba de la Edad
Media se transformaron en los modernos y consumistas ciudadanos de
las potencias industriales. En
rigor nada cambia: el pan y circo de los antiguos romanos es el
consumo y el entretenimiento tecnológico de nuestras modernas
sociedades. Por eso
la fiesta duró casi cincuenta años y como la abundancia prosigue
puede continuar a pesar de los esfuerzos de los jueces de manos
limpias para remediar la injusticia.
En
otros países la situación no es similar. La
fiesta fue a medias; sólo una clase pudo participar de la juerga del
consumo desmedido al
privatizar y recibir algo (no el justo precio) por las empresas del
estado. Pero al acabarse las "joyas de la abuela" si no
tienen producción (como sí la tuvo y tiene Italia) pueden caer en
el colapso.
De
todas maneras la lucha que se avecina va a ser entre
las mafias y por el
predominio de la más apta. Los pueblos quedarán marginados de esto
y sólo recibirán migajas. A mediados del siglo XXI se debe
estabilizar la población mundial si no los alimentos no alcanzarán;
se calcula en doce mil millones de habitantes hacia el año 2050 ésa
población estabilizada. Por consiguiente mucha gente quedará en el
camino si no es por guerras será por miseria y por hambre. Al
desarrollarse la tecnología vendrá el auge del "robotismo"
y las máquinas suplantarán a las personas en muchos de los
trabajos; la única forma de sobrellevar esto será con menos horas
de trabajo y más de ocio. Pero si éste no se hace creador
sobrevendrá el aburrimiento. Sólo
el ocio creador salvará a la especie humana de un colapso mayor que
la propia miseria. El
camino creador no es el juego tecnológico como está sucediendo en
la actualidad con nuestros jóvenes; el juego en pequeña escala
puede distraer y distender pero en gran volumen se hace adictivo
hasta transformarse en una variante de las drogas psíquicas (como
las ideas totalizadoras ya sean religiosas o políticas). El juego es
muy peligroso para la sobrevivencia de la especie pero si no
intervenimos de alguna manera será el futuro de la humanidad e
imagine el lector con el fabuloso desarrollo de la tecnología los
juegos temibles que puedan existir. Si le unimos la característica
humana de la crueldad (subyacente en casi todos los homo sapiens)
podremos llegar a brutalidades que apabullarían a un inquisidor
medieval del Santo Oficio Católico que torturó los cuerpos pero
rezó por sus "almas". Las atrocidades que cometimos los
humanos en todas las épocas y en todos los países son de extrema
ferocidad pero las futuras pueden ser peores...
Al
hacer hincapié en el juego futuro considero que estoy dando en el
centro de una problemática que ya está llegando: el
ocio y cómo manejarlo.
En los adolescentes ya está incorporado y los lleva al aburrimiento
que es el preludio de violencias y drogas de todo tipo para marear su
conciencia.
En los delitos de corrupción no
hay pruebas escritas. No se dan recibos por las coimas (cohechos) y
los peculados son simples hurtos que se tapan con otras partidas
presupuestarias o con el inflado de algunos gastos. Por ejemplo
tenemos el caso de unos juegos deportivos que aglutinaron a media
Europa; en el gasto correspondiente a una pileta de natación figura
un costo de doce millones de dólares. Como el lector advertirá ése
gasto está expandido a pesar de que pueda haber algún recibo que lo
pruebe; se inician investigaciones administrativas que fenecen en el
olvido al poco tiempo. Los complotados en el delito "adornan"
con dádivas a los encargados de la pesquisa y todo muere en corto
lapso; los jueces no pueden actuar por la falta o destrucción de
pruebas y por la complicidad del silencio de los testigos ya sea por
amenazas o simplemente por estar "tocados" con recompensas.
El caso de la pileta de natación de doce millones de dólares
concluirá en la penumbra y luego en el ocaso de un día de fiesta.
Tenga el lector presente esto: hay que desconfiar de las fiestas;
siempre se hacen para tapar algo culpable. La hipocresía es dueña y
señora de nuestra especie.
En
Gran Bretaña hacia el año 1980 el partido conservador quitó del
poder al partido laborista mediante un golpe de estado económico
fomentando huelgas prolongadas y malestar social, junto con
inestabilidad económica. Recién ahora se están sacando a luz los
vericuetos de ése verdadero golpe de estado que produjo un largo
"establecimiento" del partido conservador con secuela
de negocios y privatizaciones de empresas.
Esta estrategia se repite en otros sitios con la complicidad,
obviamente, de grandes empresas privadas que luego usufructúan en la
gran fiesta
privatizadora
obteniendo pingües beneficios haciendo una inversión mínima. En el
período de desestabilización del gobierno precedente estas empresas
colaboran con capital favoreciendo a algún partido o grupo (los
compran como a los jerarcas soviéticos) opositor; estos últimos
tienen que ser personas maleables que puedan decir una cosa y luego
hacer otra; con dotes actorales, es decir, hipócritas; son los
intermediarios de los grandes "cerebros" que manejan desde
las sombras. Este esquema se repite en muchos estados del primer,
segundo o tercer mundo; da igual, el ejemplo de Gran Bretaña un país
del primer mundo, que en países del tercer mundo como la Argentina
donde se fotocopió el diseño.
¿Cómo
puede ser que el partido desplazado no denuncie el hecho? O también
están comprados, como el partido o grupo que llega al poder gracias
al golpe de estado económico, o no hacen la denuncia por falta de
pruebas, o tienen miedo de que no les crean y que la gente considere
que la denuncia es para ocultar su incapacidad de gobernar. Las
pruebas en realidad son evidentes por el comportamiento posterior del
grupo que accede al poder al privatizar y beneficiar a sectores
determinados en detrimento de otros. Yo más bien me inclino a la
última hipótesis: el temor de que la gente considere que desean
ocultar su incapacidad de gobernar si hacen la denuncia (obviamente
es un partido que tiene en sus filas menos cantidad de corruptos,
precisamente por eso le hacen el golpe de estado económico). Hay
países donde antes
de privatizar o entregar las empresas estatales a otras empresas
estatales de otras naciones (esto también sucede y aquí en rigor no
habría privatización sino cesión de la empresa a otra igualmente
estatal) se suben los
precios de los servicios
que presta la compañía para que su rentabilidad aumente y todo vaya
a los bolsillos de los nuevos dueños. Conviene aclarar que en el
período anterior el Estado estuvo cobrando los llamados precios
políticos, es decir precios muy bajos que producían escasa renta,
aunque en realidad los servicios públicos explotados por el Estado
no tienen porqué dar una rentabilidad, bastaría con cubrir los
costos de explotación. Lo que sucede en
la práctica es que
existen "empresas contratistas" de las empresas estatales
que hacen negocios turbios con sub y/o sobre facturaciones coimeando
a los funcionarios para obtener las concesiones y/o contratos;
luego estas mismas "empresas contratistas" son las
beneficiarias en el proceso de "privatización", vale decir
que siempre ganan: o como "contratistas del Estado" o como
dueñas formales y totales. "El
mismo perro con diferente collar"...
Y
ésas empresas ¿están relacionadas con grupos mafiosos? A esta
pregunta se la puede contestar con el famoso caso del Banco
Ambrosiano. Pues bien, ése es un "leading case" en el
combate contra la corrupción y las mafias. Obviamente faltan
las pruebas pero costó la vida hasta de un Papa.
Estamos siempre con el problema de la prueba ¿pero entonces hay
delitos perfectos? Sí. Los
delitos cometidos con el aval del poder son perfectos.
Salvo una Justicia independiente del resto de los poderes del Estado
(cosa altamente improbable) la impunidad hace que los delitos sean
perfectos.
En
la Argentina los jueces de la Suprema Corte de Justicia avalaron en
el año 1930 un golpe de estado político a pesar de que en el código
penal es delito la rebelión y hasta crearon la doctrina del
"gobierno de facto". ¿Por qué hicieron tamaño dislate
honorables jueces de una Suprema Corte? ¿Por qué hombres del
derecho avalan la fuerza como forma de llegada al poder? ¿Por qué
jueces no aplican la ley que sanciona como rebelión aquél hecho?
¿Por qué se crea una doctrina de "gobierno de facto" para
justificar no cumplir la ley? El centaurino responde: el
derecho también
es un invento humano
y sirve a la naturaleza humana para satisfacer
lo que desea, es
decir la codicia de bienes y de personas o sea poder.
A través de un ingenioso razonar especulativo (recuerde el lector
todo lo expresado antes, en la introducción, sobre que con el
razonamiento sólo no basta pues éste puede
usar miles de subterfugios y estratagemas
para acomodarlo a su arbitrio) los señores jueces "legislaron"
(ellos no pueden hacerlo) una supuesta doctrina (sí, así se llama
centaurino) sobre "gobiernos de facto", es decir gobiernos
de hecho que usurpan el poder por la fuerza y se legitiman por
sanción de los señores jueces. Pregunta el centaurino ¿pueden ésos
jueces aplicar la ley a los delincuentes mafiosos?...
Pero la gente, los pueblos ¿qué
hacen?, le pregunto yo al centaurino; y éste me responde:
La
estupidez es una característica básica de todos los homo sapiens y
se trata de una herencia genética, transmitida en el ADN, de
vuestros ancestros más lejanos como los dinosaurios. Hay una parte
de vuestro sistema cerebral denominado "complejo reptílico"
por el investigador Paul Mac Lean (director del laboratorio de
evolución cerebral y conducta del Instituto Nacional de Salud
Pública más prestigioso del planeta) y donde estarían radicadas
las funciones más primitivas de la evolución biológica. Comprende
la médula espinal; la médula oblongata y la protuberancia anular (o
pons), que forman el cerebro posterior; y el cerebro medio o
mesencéfalo integrado por la estría olfatoria, el cuerpo estriado y
el globus pallidus. Este complejo reptílico junto con el sistema
límbico subcortical constituido por las glándulas pituitaria,
amígdala, tálamo, hipotálamo y el hipocampo gravitan para que el
comportamiento reptiliano aflore muchas veces en el ser humano,
interfiriendo a las funciones más evolucionadas de la corteza
cerebral; esto genera
el comportamiento estúpido.
En ésta conducta no actúa el pensamiento crítico, analítico,
propio del hemisferio izquierdo del neocórtex. Mientras el
pensamiento mágico o el mecanismo de las creencias (droga psíquica)
siga influenciando en vuestros actos, se repetirán los errores que
los están llevando al colapso. La hipocresía es el aspecto exterior
de ése actuar erróneo. Pero ésa estupidez está reforzada con otra
característica básica: la codicia que hace cometer atrocidades.
Como base de todo, el
miedo y la búsqueda de protección.
La idea del padre
protector está en los gobiernos fuertes, en los dioses, en todos
aquellos especiales hombres que enamoran al resto.
Amigo, la seguridad (¿certeza?) en pugna con el conocimiento.
Aprovecho para decirte que la lógica de dos valores: verdad y
falsedad, está obsoleta. Es
posible la construcción de una lógica de tres valores, con el valor
de verdad intermedio de la indeterminación; en esta lógica los
juicios son o verdaderos, o falsos o indeterminados.
Esta última categoría de lo indeterminado surge del comportamiento
de las partículas (recuerda lo dicho en el importante capítulo 10)
ellas tienen un comportamiento impredecible, es decir que están
regidas por el azar; este es el principio de incertidumbre de
Heisenberg. El antiguo maniqueísmo quedó perimido. Lo que para
algunos puede ser bueno, lo mismo para otros puede ser malo y para
otros ser ni bueno ni malo, simplemente indeterminado. Las
cosas pueden ser probablemente ciertas en un cierto porcentaje.
Amigo homo sapiens, el
universo es inconmensurablemente grande, increíblemente violento,
moralmente neutro y organizado por el azar.
Te respondo: los pueblos pueden hacer cualquier cosa...si quisieran;
lo que sucede es que no pueden querer, los traba el ADN... sin
embargo podrían, tienen la herramienta, sus cerebros...
Pero
¿hay algún país que tenga jueces autónomos? Puede haber algunos
jueces en varias naciones que sean independientes pero en
los Tribunales de Alzada (Cámaras, Cortes Supremas, Cortes de
Casación, etc.) siempre hay una mayoría que está a la sombra del
poder. Los jueces son
hombres por consiguiente tienen todas las características de los
seres humanos; es muy
difícil encontrar homo sapiens incorruptibles casi todos son
sensibles a la codicia;
repito la frase de Napoleón: "todos los hombres tienen su
precio"...[y las mujeres también agrega el centaurino].
En
el mundo actual el manejo financiero es la cuestión básica. Los
favorecidos con créditos bancarios dirigen parte de los fondos a los
políticos que a su vez habían influenciado en el otorgamiento de
los referidos créditos. En este círculo político-financiero los
"influyentes" presionan para manipular los fondos
crediticios a placer. Estos
"influyentes" operan muchas veces en partidos políticos
distintos pero usando la misma técnica y generalmente son amigos
entre sí; por supuesto que el partido más honesto (el que tiene en
sus filas menos corruptos) se perjudica con el accionar de estos
sujetos. Las grandes
empresas se ven favorecidas por el crédito "blando" a bajo
interés y largos plazos pero a su vez ellas deben financiar las
grandes campañas publicitarias, periodísticas, sociales (paros,
huelgas, asaltos de supermercados por bandas contratadas, etc.),
económicas (vaciamientos de empresas, inflaciones de las monedas,
evasión de divisas, etc.) que
desestabilizan los gobiernos para voltearlos cuando dejan de convenir
a sus intereses y colocar a otros mediante hábiles manejos de la
opinión pública. En
todo esto hay traiciones (políticos que caen a pesar de haber
cumplido sus pactos verbales con el poder económico) y castigo
(golpes de estado económico) para aquellos políticos que resisten
las presiones. Las mafias de las drogas químicas y de las armas ya
están en este juego circular financiero-político colocando
fondos a través del "lavado" de divisas y son
copropietarias de los grandes grupos económicos.
Este juego existe en todos los países del planeta de manera directa
o indirecta.
Un
mafioso famoso comentaba en rueda de amigos: "No hay pruebas y
cuando las hay, las eliminamos. Aquí está el gran secreto.
Cualquier intento de investigación es frenado por la falta de
pruebas. Además tenemos a los jueces... El ejemplo de los jueces de
manos limpias no cunde en el resto del mundo. Les cuento una
anécdota. En uno de los países del sur incluso logramos hacer
nombrar, por ejemplo, jueces sin experiencia alguna en trámites
judiciales; ni saben redactar sentencias, hasta contratan abogados
para que se las confeccionen pues ellos lo ignoran. Hacemos
funcionar el amiguismo (conducta influida por la amistad en perjuicio
de terceros) para conseguir impunidad.
Como les dije antes tenemos bien "aceitada" la maquinaria
en todos los resortes del poder. El amiguismo, la destrucción de
pruebas, la impunidad y siempre el aprovechamiento de la codicia de
tantos es nuestra genial estrategia. Con estos elementos las
organizaciones estamos logrando lo
que ningún poder hegemónico logró en la historia.
Nuestro mérito es la honorabilidad y el hacer cumplir lo pactado a
rajatabla, con represalias si es preciso; nadie puede evadirse de las
honorables sociedades. Entre
nosotros no existe la impunidad, todo se paga.
"La venganza es el placer de los dioses" y nosotros nos
parecemos a ellos.
-Sin embargo puede reaccionar
alguno y llevar a cabo averiguaciones que lleven a la obtención de
pruebas irrefutables. ¿Qué pasaría en este supuesto?- Inquirió
uno de los amigos con sorna.
-En ésa hipótesis, simplemente
lo compramos al denunciante. Le pagamos su precio y él retira la
denuncia. Si el juez sigue el caso de oficio (en los supuestos que
correspondiere hacerlo) oponemos las chicanas, todas las artimañas y
argucias legales, obvio con los mejores abogados, para hacer dormir y
luego fenecer el asunto. El tiempo hace olvidar todo...-"
Los
casos tragicómicos son cuando hay un gran cargamento de drogas
incautado por las autoridades de un país. Las cifras del embarque
van oscilando, al principio se habla de una cantidad y luego de otra
menor; finalmente el juez de la causa ordena quemar lo existente que
era un remanente del original. Parece que esto se hace siempre en
varios países y se va juntando hasta tener un buen depósito que se
comercializa en el mercado sin dueño aparente. Por eso andan a la
deriva hasta encontrar un comprador que lo hace a bajo precio. Es
cierto que son intermediarios que se apropiaron del embarque pero
también es verdad que el Estado respectivo tiene sus derechos sobre
la mercadería; en rigor el intermediario es un testaferro del Estado
que hizo la incautación y ése Estado luego usa el dinero para fines
útiles, calles, caminos, hospitales, etc. es una manera de revertir
un poco las ganancias entre la gente pero
previa deducción de las comisiones respectivas para los funcionarios
intervinientes.
Otra
interesante cuestión que vale la pena comentar. Las
Bolsas de Valores operan las veinticuatro horas del día. Cuando abre
en Estados Unidos de América el mercado, cierra en oriente y
viceversa con la transición del viejo mundo. Entre las tres grandes
capitales (New York, Tokyo, Londres) manejan casi todos los negocios.
Con la autopista informática se mueven los capitales con tremenda
rapidez. En rigor
casi todo es capital "golondrina", va a los sitios de mayor
seguridad pero además buscan las mejores condiciones y se trasladan
rápidamente de un sitio a otro. ¡Pobre del país que dependa de
estos capitales viajeros! Sus finanzas se harán añicos en horas
(caso de Méjico en diciembre de 1994). En cambio los países mejor
gobernados buscan producir y exportar con capitales propios (y del
Estado) o al menos fijar algunos meses de residencia al capital
externo para evitar su pronta ida. Las noticias que manejan los
señores agentes (los "yupis" mencionados antes en el
capítulo 14) hacen circular los capitales a placer. En
realidad tienen el control pues dirigen la afluencia, dirección y
monto de las inversiones; hacen ellos mismos grandes negocios y se
enriquecen muchas veces de forma delictiva. Las organizaciones
mafiosas ya están en este negocio.
El
manejo exacto de la información, al hacer subir y bajar de continuo
la Bolsa por la afluencia o la huída de los capitales, hace ganar
fortunas en pocas horas.
En los últimos tiempos este vaivén está acelerado y se puede
desestabilizar un país renuente a formar parte del cortejo imperial.
Ahora los golpes de estado son financieros más que económicos. El
avance es vertiginoso; cuando este texto se publique es altamente
probable que ya se haya inventado otra manera pero el mecanismo es
básicamente el mismo. ¡Pobre del país que juegue
a importar capitales "golondrinas"!
Si
a eso se le agrega el
vaciamiento de los tesoros públicos por parte de funcionarios
delincuentes que la justicia no puede condenar por "falta de
pruebas" o simplemente son sobreseídos por prescripción cuando
huyen y luego regresan "al aclarar".
Las pruebas siempre las pruebas. O se eliminan o no las consideran o
es difícil hallarlas o el tiempo cubre con un manto de silencio o un
buen precio compra el mutismo o directamente se quita de en medio al
acusador o el juez se declara incompetente o lo nombran para un cargo
superior (la Cámara de Apelaciones) cuando es un juez de manos
limpias o sólo se condena a un "chivo expiatorio" pero
siempre los "cerebros" siguen barajando el gran mazo.
De
todo lo analizado hasta el momento podemos inferir que esta situación
(y la impunidad es real no ficción) crea un caldo de cultivo para el
accionar delictivo. En ése caldo germina el virus del fanatismo.
Ignorancia, símil de pensamiento mágico y comienzo del
totalitarismo en el sentido de total, universal y general; todo o
nada; blanco o negro; creyentes o herejes; buenos o malos y
la idea fundamentalista: nosotros o ellos.
Tesis y antítesis. Capitalistas o proletarios. Explotados o
explotadores. Mercado o Estado. El bueno es uno, malo es el distinto.
El
otro meollo del asunto: la
codicia y la hipocresía
combinadas hacen un virus más
peligroso aún que el fanatismo ideológico.
Los fanáticos fundamentalistas de cualquier credo o ideología
existieron siempre; no es prerrogativa de los musulmanes; la
Inquisición (el Tribunal del Santo Oficio de la Iglesia Católica)
cometió crímenes horrendos en contra de la humanidad y aún no se
ha arrepentido y pedido disculpas (la Iglesia) pues su pensamiento es
de raíz fundamentalista. Pero ahora aparecen los delincuentes
movidos por la simple y terrible codicia, (sin justificativos
religiosos o políticos, es decir ideológicos), son los mafiosos de
las armas y de las drogas químicas.
El
poder por el poder mismo. Sin
el pseudoaltruismo religioso o político.
Es decir la droga
psíquica suplantada por la droga química en la búsqueda del poder
para satisfacer la simple y terrible codicia y utilizando como ropaje
la hipocresía. ¿Y
nuestros jóvenes? Las drogas químicas envenenándolos. En todo el
planeta es igual. Los seres humanos somos los mismos. Así fuimos,
así somos.
Hasta el momento los atentados,
por ejemplo, fueron hechos por motivos ideológicos y para llamar la
atención o por represalias. En el fondo siempre se busca el
predominio de una parte sobre la otra; los medios que han utilizado
para cometer estos delitos han variado desde armas de tiro directo
(eliminando al objetivo únicamente) como los atentados a presidentes
de Estados Unidos de América o las bombas que al explotar exterminan
indiscriminadamente a muchas personas junto con el objetivo directo.
Esta última modalidad es aberrante (que se separa de la norma
general) constituyendo un extravío o desviación de la conducta
anterior. La variación está en que antes se atentaba contra la
persona individual y ahora contra el grupo donde está la persona o
contra lugares que representen intereses del grupo opuesto y en esos
espacios mueren personas, habitantes o que circulan. Este último
proceder pone al desnudo el grado de enfermedad de los fanáticos
que, con tal de satisfacer su deseo de llamar la atención y de
efectuar la represalia, cometen genocidio destruyendo masivamente a
grupos humanos.
La
bomba y el coche bomba como armas van a ser suplantadas en breve
tiempo con otras, probablemente gases letales, y luego con aparatos
electrónicos a distancia y de efecto no explosivo. Pero las mafias
que ya están en este juego macabro usarán otra arma mucho más
dañina pues sus efectos pueden involucrar a todo un país; ésta
arma es el dinero.
Las maniobras financieras pueden sumir en el caos a países enteros.
Ya se ensayó esto en el país del viejo mundo cuya capital lo es
también de las finanzas mundiales. Allí se socavó a un gobierno
laborista mediante un golpe de estado económico reemplazándolo por
otro conservador que hace más de quince años detenta el poder
ininterrumpidamente. Tan efectiva fue la campaña de desprestigio
contra los laboristas que estos no pueden ganar elecciones por más
que la situación social sea grave por el desempleo. Países en
desarrollo también han sufrido estas maniobras financieras (caso ya
citado de Méjico en diciembre 1994) y han tenido vaciamientos
bancarios por obra del capital golondrina y por la acción delictiva
de sus propios funcionarios a través del peculado que se enmascara
con la devaluación de la moneda.
El
dinero como arma, honorables sociedades mafiosas como ejecutores y
luchando por el poder, negocios de armas y drogas químicas. La única
forma de combatir esto es mediante la prevención y ésta solamente
puede hacerse con cerebro
y pensamiento crítico.
Sólo así podremos sobrellevar un futuro mucho más difícil aún
pues si no hay un cambio cultural y comenzamos con urgencia a usar el
pensamiento crítico, la
tecnología con pensamiento mágico será mucho más horrenda y
espantosa que la propia Inquisición.
En
todo el planeta las cárceles están llenas pero
de gente pobre. Casi
no hay ricos presos. El centaurino quiso (es lógico) verificar este
aserto. Visitó las cárceles que pudo y del resto obtuvo informes
fidedignos de especialistas en el tema. Desde la sala para visitantes
de una de las más famosas cárceles el centaurino escribió el
siguiente poema que desea coloque yo como epitafio
para dejar morir tanto dolor.
En
este lugar bendito
donde
reina la tristeza,
no
se sanciona el delito
se
condena la pobreza...
Desde
los ancestros prehomínidos hasta el homo sapiens he ido planteando
los problemas que hacen al meollo de la condición humana; es válido
para todos los lugares y épocas. Se dan en todas las subculturas,
desde las pretecnológicas (incluso las actuales subdesarrolladas)
hasta las más sofisticadas. El ser humano en sus características
básicas: agresividad,
ritualismo, jerarquía, territorialidad, estupidez, hipocresía y
codicia de poder sobre bienes y personas
se mantiene constante. Un gran cambio es necesario aunque éstos
suelen ser traumáticos; se requiere valor para afrontarlos.
Al plantear los problemas, sin
hipocresía, de manera clara y evidente a la vez que profunda
(acción), surgen automáticamente las propuestas (reacción). Lo
opuesto al problema es la propuesta.
En
el caso de la agresividad
(acción) intentando no ser agresivo (reacción), ya sea con actos,
gestos o palabras aunque en el caso de éstas últimas decir sin
hipocresías pueda parecer
agresivo; de allí el condimento indispensable de la tolerancia y el
respeto en el sentido dado en el texto.
En
el caso del ritualismo
(acción) intentemos corregir primero nuestros propios ritos
cotidianos y advirtiendo los ritos y ceremonias externos (creencias
religiosas, protocolos gubernamentales, modas en el vestir y en los
sistemas de creencias, etc.), para oponernos actuando más libremente
sin dañar (reacción) ya que traban y son clara manifestación de la
hipocresía; además se usan para dominar mejor e impedir el libre
debate.
La
jerarquía
(acción) es el elemento básico para dominar a las personas y a sus
pensamientos; se usa para centralizar y fijar modelos de conducta,
los ídolos del pasado y del presente, busquemos la horizontalidad
mirando al de al lado, descentralicemos la gestión grupal
(reacción). Todos podemos, somos homo sapiens; que los jefes de la
horda se acoplen o no deleguemos más en ellos. La nueva cultura
necesita responsabilidad de cada uno. Quizás al principio cueste
mucho pero con ayuda de la tecnología informática se puede.
Experimentemos nuevas formas.
La
territorialidad
(acción) en la era informática y global es absurda; es la infancia
o mejor la vida intrauterina. Maduremos viéndonos como homo sapiens
(reacción); contemplando al planeta como un todo relativo (los
viajes espaciales en el futuro nos relativizarán); todas las razas y
todas las subculturas participan de las mismas características
básicas. En rigor somos una sola cultura: la humana. Los matices son
simples grados o niveles. Las guerras por predominio territorial
deben cesar; formemos una sola comunidad, tenemos la herramienta: la
tecnología informática. La autopista informática nos une. Las
luchas territoriales son infantiles; agredir para sacar pedazos de
una madre única (el planeta Tierra) es un juego que debe terminar en
la nueva cultura; todos podemos compartir este bello planeta azul...
La
estupidez
es genética. Nos viene como resabio de nuestros más primitivos
ancestros (por vía de ejemplo: los dinosaurios, pues somos, en
rigor, una larga evolución de tres mil quinientos millones de años).
En el texto vimos la opinión del centaurino avalada por otros
investigadores. La estupidez es la acción, admitirla primero y
después luchar (y ésta lucha sí que es justa) por superarla lo más
posible es la reacción.
La
hipocresía
(acción) construyó una cultura nefasta. Las creencias de todo tipo
se cobijan en ella. Con valor, digamos lo que pensemos (reacción) y
actuemos acorde con pensamientos críticos, en debates, buscando lo
mejor con el aporte de todos. La verdad como certeza absoluta es
ilusoria. busquemos lo más probable para alcanzar lo mejor en cada
momento ya que probablemente cambie por otra cosa mejor aún en la
época siguiente. No fijemos reglas eternas ni reveladas por
supuestas divinidades; seamos permeables a los cambios. Usemos la
poderosa herramienta que es la tecnología. La inteligencia
artificial está cerca y podemos hacer uso de ella. Cuidemos nuestros
fabulosos pensamientos imaginativos canalizándolos a través del
espléndido mundo del arte. Vivamos sin hipocresía, acepto que no es
fácil, se requiere coraje...del útil.
La
codicia de poder sobre
bienes y sobre personas
(acción) es el problemas más acuciante y generador de toda la
corrupción que nos agobia. En todas las naciones del planeta,
cualquiera que fuese su sistema social, se advierte la corrupción
apañada por la impunidad. Se organiza como una telaraña y sus nexos
están arraigados desde milenios. A lo largo de la historia
advertimos que todas las civilizaciones tuvieron estructuras de poder
basadas en la codicia sobre bienes y manejo de las personas. La vida
humana fue siempre una cosa, para las "arañas", y
manipular a los hombres fue obra de los más astutos; éstos al
descubrir, con intuición, el mecanismo del enamoramiento usurpan los
cerebros y los pensamientos de los devotos creyentes de sus palabras.
Los seguidores siguen mansamente a sus líderes aunque éstos cambien
de procederes y hasta de doctrinas. Hay excepciones pero la regla es
que la gente sigue a sus jefes hagan éstos lo que hicieren, siempre
y cuando se mantenga el enamoramiento.
Si sobreviene la desilusión que puede acontecer en cualquier
instante se odia con el mismo fervor que se "amó". La
libertad, el debate de todo
lo producido por el ser humano (la cultura) y la búsqueda de mejores
caminos con el aporte de todos será la reacción.
Cedo la palabra al centaurino.
Si digo y pruebo que existe el
pensamiento mágico (acción), usando el pensamiento crítico
(reacción) tendremos la propuesta.
Si digo y pruebo que los
intentos religiosos para explicar cómo funcionan las cosas son
arcaicos (acción), usando la metodología científica (reacción)
tendremos la propuesta.
Si digo y pruebo que la
filosofía especulativa utiliza la imaginación, excluyendo la
observación y sobre todo la experimentación (acción), observando y
haciendo experimentos (reacción), obtendremos la propuesta.
Si digo y pruebo que por medio
de la filosofía especulativa no llegaremos al conocimiento (acción),
construyamos una nueva filosofía que utilice los datos de las
ciencias y la metodología científica (reacción) como propuesta.
Si digo y pruebo que las
informaciones basadas en las creencias no son correctas (acción),
busquemos la información aportada por las ciencias que son
probablemente más correctas (reacción) y tendremos una excelente
propuesta.
Si digo y pruebo que la búsqueda
de una verdad con certeza absoluta es un deseo ilusorio (acción),
busquemos datos relativos y como los más probables de ser correctos
hasta que encontremos algo mejor (reacción) y tal la propuesta.
Si digo y pruebo que la lógica
de dos valores: verdad y falsedad es anticuada pues no refleja la
realidad (acción), construyamos una nueva lógica de tres valores: o
verdadero, o falso, o indeterminado (reacción) y tendremos una
propuesta.
Si
digo y pruebo que las creencias fueron piromaníacas pues por medio
del fuego quemaron todo lo que no les gustó para que sólo cenizas
quedasen, además de ellas por supuesto (acción), publicar,
divulgar y guardar
con respeto toda la información proporcionada por la libre
investigación (reacción) será la propuesta mejor y más valiosa de
todas por el aporte al imprescindible debate.
Si digo y pruebo que la
centralización y vértice en un jefe de la horda elaboró los
cimientos de la actual estructuración del poder incluidos los
modelos a seguir (acción), produciendo la descentralización en el
comportamiento grupal a partir de la interacción de muchos
individuos, sin tener un control central (reacción) emergerá la
propuesta.
Si digo y pruebo que el
aburrimiento, en especial en los jóvenes, es causal de juego, de
consumo de drogas químicas y de más violencia (acción), hacer del
ocio algo creador promoviendo el arte y el interés por la
investigación científica (reacción) es la propuesta.
Si digo y pruebo que el juego es
peligroso por las falsas ilusiones que genera (acción), reemplazarlo
por experimentaciones con observaciones divirtiendo y sin daño
(reacción) será la propuesta.
Si digo y pruebo que las
religiones inventan un mundo falso e ilusorio para mantener a sus
creyentes acicateando sus deseos (acción), hacer ciencia buscando
conocer el mundo real (reacción) será la propuesta.
Si digo y pruebo que las
jerarquías religiosas lo hacen para mantener el equilibrio de poder
que lograron en milenios (acción), producir el libre debate de todas
las cuestiones ayudará mucho más a las personas para que puedan
adaptarse al cambio que indefectiblemente se avecina (reacción) es
la propuesta.
Si digo y pruebo que el
mecanismo de las creencias de todo tipo (religiosas, políticas y
militares) se construyó sobre la base de sistemas cerrados (acción),
hagamos nuevos grupos que trabajen con métodos y no con sistemas
(reacción) y tal será la propuesta.
Si
digo y pruebo que los religiosos, los políticos y los militares
manejaron y manejan la cultura, es decir todo lo producido por el ser
humano (acción), construir nuevos grupos que coordinen
las actividades en total libertad de interacción y no manipulen con
gerentes (reacción) esta es la propuesta.
Si digo y pruebo que todos los
conflictos han sido y son motivados por creencias religiosas,
políticas, militares, étnicas por ejemplo las matanzas de Ruanda en
África y pensar que una raza humana deba ser destruida es una
creencia (acción), cambiando por un pensamiento crítico y sin dañar
(reacción) tendremos la propuesta.
Si digo y pruebo que lo
expresado a lo largo del texto es la simple descripción de una
realidad (acción), promover profundos debates sobre toda la cultura
para construir otra realidad mejor (reacción) será una buena
propuesta.
Si digo y pruebo que hay voceros
a sueldo de la vieja cultura (acción), buscar medios para construir
nuevos caminos sin personeros hipócritas (reacción) es una
propuesta.
Si digo y pruebo que el actuar
de muchos es hipócrita (acción), decir y hacer lo que se piensa con
libertad y sin dañar (reacción) es buena propuesta.
Si digo y pruebo que la codicia
de poder sobre bienes y personas genera corrupción (acción),
cambiar por una auténtica, honesta, austeridad personal y colectiva
(reacción) es una excelente propuesta.
Si digo y pruebo que la vieja
cultura está decadente y no se ajusta a nuestra nueva realidad
científica y tecnológica (acción), cambiar la cultura por otra
basada en la búsqueda libre del conocimiento, con el ornamento del
arte, con comportamientos grupales a partir de la interacción de los
individuos sin tener un control central y sin dañar (reacción), es
una propuesta para estudiar muy seriamente o al menos darle difusión
para que se discuta. Concluyó el centaurino su alegato.
Yo después de escucharlo muy
atentamente le espeté:
-No cabe duda que tus
propuestas con tanta reacción son de manera clara y evidente
típicamente reaccionarias-.
-Tú lo has dicho, en
política (creencia) reacción es la tendencia que rechaza las
innovaciones y reaccionario es el que propende a restaurar lo
abolido. Para la nueva cultura es exactamente lo opuesto...es el que
reacciona ante tanta agresividad, ritualismo, jerarquía,
territorialidad, hipocresía, estupidez y codicia de poder sobre
bienes y personas-. Me apabulló el valiente centaurino.
Pensemos
en algo. Fijemos la atención. El pensamiento no está aislado; por
todos lados se relaciona con otros. Mientras pensamos advertimos que
el pensamiento se transporta automáticamente de uno a otro de los
pensamientos asociados hasta quedar diluido el pensamiento original
predominando el nuevo o el último de la cadena. La relación es
interminable y depende de la actividad que estemos desarrollando.
Cuando fijamos la atención en un campo y logramos delimitarlo
comenzamos el proceso de abstracción y análisis. Utilizando los
conceptos de los capítulos 8 y 9 fijaremos en nuestra memoria con
más exactitud las nociones adquiridas y el conocimiento se
acrecienta. Pero para
saber es imprescindible experimentar y aplicar lo pensado.
Uno de mis héroes infantiles
era Leonardo da Vinci, que además de pintor hacía muchas otras
cosas; entre ellas: ¡inventó un aparato para volar!
¡Cómo vivía yo las peripecias
de Leonardo! Quería emularlo pero...sin ningún aparato.
La idea de volar siempre la tuvo
el ser humano; casi todas las mitologías tienen un personaje que de
alguna forma vuela o busca volar, como Icaro que intentó hacerlo
pegando con cera plumas a su cuerpo pero el desdichado voló tan
cerca del sol que el calor derritió la cera y cayó a tierra dándose
un tremendo porrazo... [Cerca o lejos del sol da lo mismo...¡éstos
griegos fabulistas!]
La
fértil imaginación de los antiguos griegos era comparable a la del
maestro Leonardo, aunque la
diferencia estaba en que Leonardo quería llevar a la práctica sus
ideas y confeccionó un aparato cuyos croquis dejó en su famoso
cuaderno de notas.
Quizás hasta probó con sus
alas mecánicas el vuelo desde un monte cercano, dicen algunos
historiadores que varios testigos lo vieron volar... y también darse
un buen porrazo...
Volar, soñar, sentir que somos
pájaros con libertad.
Hoy día con las modernas alas
delta se vuela, como imaginó y puso en práctica Leonardo, como sólo
imaginaron los antiguos griegos; ahora es un deporte, una realidad.
La maravillosa realidad supera mi tierna fantasía infantil. Desde
cerros se lanzan y vuelan como pájaros aprovechando las corrientes
de aire como las gaviotas.
Leonardo dejó su huella. El ser
humano vuela con las modernas alas delta. Si Leonardo da Vinci viera
planear a estos deportistas con aparatos similares al ideado por él,
seguro que gruesas lágrimas rodarían por sus mejillas...él está
muerto, pero su huella fue recogida por sus semejantes casi
quinientos años después.
Su famoso cuaderno de notas
contiene investigaciones de toda índole y en todos los campos del
saber. Hay planos de una máquina de volar. Sin embargo en su época
sus contemporáneos lo llamarían loco por su idea de que el hombre
pueda volar. Toda la información, datos, conocimientos, emociones,
en fin todo su "universo" tiene con el "universo"
de sus contemporáneos el nexo o puente de su obra, entre ella su
cuaderno de notas donde anotaba hasta sus gastos e incluso a veces
remeda un diario íntimo. El nexo o puente está; que podamos acceder
a su nivel depende de nosotros. Imaginemos al querido Leonardo que
apareciese aquí en la ciudad en las postrimerías del siglo XX.
Levantando su vista al paso de un avión y luego en el aeropuerto
¿qué ojos pondría al ver aterrizar y salir de la aeronave a
personas como él? Sin embargo él ideó un aparato para volar cada
persona individualmente, un ingenio tecnológico con alas. Su sueño,
su maravilloso sueño del siglo XV-XVI, es realidad en nuestro siglo
XX. Para él lo que estuviera viendo no sería "magia";
podría comprenderlo y extasiarse disfrutando de un espectáculo
soñado por su imaginación creadora. Si repitiéramos la experiencia
con algún coterráneo de Leonardo que lo denostaba peyorativamente
con el epíteto de loco, ese paisano de Leonardo, sí vería "magia"
en las alas delta y dioses en los deportistas. Este ejemplo de
Leonardo nos ilustra sobre todos los conceptos vertidos en el texto.
Vemos como un artista era simultáneamente un investigador, un
científico que se adelantó a su época con inventos de toda índole.
Sus pensamientos los llevaba a la práctica a través del arte o con
experimentos arriesgados para ése contexto histórico. Sus cuadernos
de notas cubren infinidad de páginas con dibujos y observaciones;
con inventos y estudios anatómicos; con plantas y animales. Era un
observador nato.
La
mera expresión de los pensamientos es arte y más aún cuando la
carga emocional aumenta. Podemos aunar ambos conceptos y mientras
hacemos ciencia, es decir experimentamos con los datos de la
realidad, lo adornamos con los sentimientos que vayan aflorando. A lo
largo del texto el lector habrá advertido que hay momentos de
emoción tanto míos como del centaurino que no dejé de escribirlos
aunque un purista los hubiese borrado. En cambio yo quiero ser
consecuente con mi método y no borrar nada de lo que voy pensando;
la colcha de retazos
en toda su magnitud.
La cadena de pensamientos puede
ir formando un camino. El mejor sendero es aquel que tiene hitos
señalando la ruta. La elección de estos hitos depende de cada uno.
Yo puedo testificar que los hitos con información obtenida a través
de las ciencias son mejores; nos indican un camino que nos llevará a
otra cultura totalmente distinta a la actual. La presente cultura
tiene los angustiantes problemas que fuimos viendo a lo largo del
texto.
Debemos
estimular la apertura de nuevos caminos.
Cuantos
más hitos haya mejor será el camino. El
hombre hacia el siglo XXI deberá elaborar muchos caminos y todavía
más hitos.
Pero
parafraseando al poeta Antonio Machado “...caminante no hay camino,
sólo se hace
camino al andar..."
El
pensamiento mágico y la filosofía especulativa construyeron un
mundo de imaginación con grandezas y miserias, con risas y llantos,
con crueldades e injusticias y consuelos a futuro pero este mundo
está concluyendo; una fuerza irresistible se está abriendo paso.
Por primera vez en su historia el
homo sapiens está encontrando respuestas, a veces tímidas e
inseguras, pero respuestas que van señalizando nuevos caminos.
Meditemos
sobre lo que la humanidad logró en los últimos cincuenta años para
mejorar la calidad de vida y gracias al avance vertiginoso de las
ciencias y de la tecnología. Con sólo pensar en la enorme mortandad
que existía antes de los antibióticos tendremos una clara noción
de la situación. La penicilina y sus derivados de última generación
han logrado vencer en una lucha (ésta sí que es justa) a las
bacterias. Antes, las infecciones bacterianas mataban a la gente sin
piedad. Los creyentes cuando dicen ¡gracias a Dios! al pasarles algo
bueno deberían repetir la misma cantinela al pasarles algo malo. Sin
embargo sólo ven a su Dios cuando los beneficia; a veces es tan
grande la ingratitud que da pena y angustia como por ejemplo al
salvar la vida un esforzado equipo de médicos a un paciente, éste y
sus parientes sólo dicen: ¡gracias a Dios! No, dice el centaurino,
gracias al denuedo de los médicos que hicieron el trasplante de un
órgano y a la ciencia que logró perfeccionar ésta técnica.
Gracias al esfuerzo de
gran cantidad de hombres y mujeres que van dejando hitos...
Admitamos
que falta mucho todavía; algunos virus hacen estragos pero la
investigación sigue y muchos virus están controlados. La medicina
del futuro probablemente no sea invasiva, ni traumáticas las
intervenciones quirúrgicas; ya el rayo láser está haciendo
maravillas, por ejemplo es reciente el tratamiento de los defectos
visuales (miopía, astigmatismo y presbicia) con el láser. El
pensamiento crítico está presente en todas las ciencias como vimos
a lo largo del texto. Los investigadores lo usan y atisban con él el
micro y el macro cosmos. Sabemos mucho más que hace dos mil años...
La información científica confronta con las creencias; no seamos
hipócritas y digámoslo. Hablemos claro como los grandes maestros.
Sin subterfugios ni engañifas. Los datos de las creencias son
incorrectos, sólo son una ilusión. Los
nuevos caminos requieren pisar con firmeza y observando hitos
correctos,
comprobados o al menos aceptados hasta que no se pruebe lo contrario
pero mientras se deben
debatir para corregir
si es necesario. No hay verdades absolutas. No hay certezas. sólo
hay búsquedas. Hay en rigor, niveles que abarcan un campo y luego se
puede extender ése campo con un nivel más abarcativo. La
complejidad y los niveles. La simplificación del mundo ilusorio de
las creencias nos llevó a ver sólo un campo y la codicia humana
transitó ese viejo camino que lleva miles de años.
"Caminante
no hay camino, sólo se hace
camino al andar".
Todo lo que el hombre ha
producido es cultura; incluso sus ideas de todo tipo con errores y
aciertos. Las religiones no escapan a este aserto. Fueron y son
producto de los hombres. Las supuestas verdades reveladas son en su
mayoría pensamientos arcaicos sin asidero real. En el texto vimos
que Adán y Eva no existieron, son un mito bíblico. Gracias a la
paleoantropología hoy sabemos la historia de nuestro linaje.
Conocemos gracias a la astronomía cómo es el universo y cómo
evolucionó. Gracias a la biología sabemos que la evolución de las
especies no es una teoría sino un hecho comprobado. Gracias a la
historia conocemos los acontecimientos que nos permiten mejorar al
corregir errores del pasado que la historia nos señala. Pero todo es
obra de los hombres, gracias al esfuerzo de tantos y al sacrificio de
muchos tenemos poderosas herramientas. Ya no estamos tan desvalidos
como nuestros ancestros. Usemos las herramientas pero ya, sin
titubeos. Expandamos mensajes y como hacen los radioastrónomos al
espacio intergaláctico, hagamos lo mismo con nuestros semejantes.
Vimos el comienzo de la
estructuración del poder con el jefe de la horda como delegado hasta
constituirse en rey en nombre del dios, con el aporte primero de los
brujos o hechiceros y luego con las castas sacerdotales, caso del
antiguo Egipto.
Los hitos de la Biblioteca de
Alejandría y su incendio con el cruel martirio, además, de la
inolvidable Hipatia.
Cirilo y sus fanáticos quemando
papiros y a Hipatia.
La Inquisición y sus aláteres
quemando libros y a personas.
La creación imaginaria y sádica
del infierno donde se quemarán las almas de los disidentes en medio
del "permanente llanto y el eterno crujir de huesos y rechinar
de dientes dentro de un fuego que quema sin consumir".
Destruir con fuego para que sólo
cenizas queden.
La piromanía como constante.
Durante toda la Edad Media se
elaboró una cultura represiva y donde el respeto por el hombre no
existía. El estancamiento fue brutal.
Pero hay sádicos porque existen
los masoquistas.
El centaurino pregunta. ¿Cómo
estamos ahora?
Para responder correctamente
conviene utilizar los conocimientos volcados hasta el momento y
colocar los hitos en lugares apropiados.
En
algunos aspectos hemos avanzado: caso de las ciencias y de la
tecnología. En otros estamos igual que en la Edad Media: no se
admite el debate sobre el pensamiento mágico y sus falencias (aunque
por ahora sin el fuego). En otros hemos retrocedido de manera
apabullante e inconcebible para la época: atentados,
impunidad, codicia desaforada, ambiciones de poder sobre personas y
bienes, crueldad extrema, organizaciones delictivas tipo telaraña
(mafias), aumento de la deuda pública sin razones y sólo por arte
de magia aunque con prestidigitadores humanos.
El centaurino quiso tomar un té.
Maquinalmente fui a la cocina y traje una bandeja con té y un vaso
con jugo de limón. En silencio revolvía con la cucharita para
amalgamar el jugo de limón con el oscuro brebaje; cuando obtuve el
color deseado apoyé la cuchara en el plato y elevé la taza pero
ésta quedó suspendida ante mi boca; mis ojos se recrearon con una
partícula del limón que flotaba a la deriva... me sobresalté...
una idea surgió repentinamente.
-Observa,
del limón exprimido quedó esta pequeñísima parte sólida que
flota en la superficie de la taza; el jugo se mezcló con el té y
cambió el color de la bebida, ahora es té con limón. Sin embargo
este ínfimo trocito conserva su carácter sólido y está suspendido
en la superficie: flota sin hundirse aún tiene su identidad de limón
puro. Pudo aguantar el
ser exprimido y sobrevive
como partícula de limón. Es para imitarlo ¿no te parece
centaurino?- Reflexioné con una imagen optimista y pensando en los
jóvenes.
Quizá
una ayuda para ellos consista en cambiar la actitud de imitar
pseudomodelos, o "ídolos" en su jerga, que lleva a la
centralización a través del enamoramiento, por un comportamiento
más genuino. El
comportamiento grupal que emerge a partir de la interacción de
muchos individuos, sin tener un control central, como por ejemplo el
que se da en un atascamiento de tránsito en una autopista: cada uno
mira al de al lado, debate y proyecta con él, no mira al que está
al frente...y lejos.
Los jóvenes haciendo su propio camino sin los ídolos falsos de una
cultura paralizada y decadente basada en creencias ilusorias y en la
codicia desmedida de los corruptos.
En
la República Argentina en la década del setenta un funcionario,
Francisco Manrique, ideó el juego del Prode (pronósticos
deportivos: en los partidos de fútbol colocar en una boleta si gana
el local, el visitante o hay empate) y con sus propias palabras lo
definió como "el impuesto a la estupidez"... Se juegan
tres o cuatro millones de tarjetas por semana y sólo gana una. Es
decir que las posibilidades de ganar prácticamente no existen. Sin
embargo la gente juega lo mismo con el argumento ilusorio de "alguien
gana, ¿por qué no puedo ser yo?" o también "me puede
tocar la varita mágica". La magia, siempre la magia. Lo mismo
sucede con la Lotería y los demás juegos (quiniela, quini 6, etc.)
ya sea que estén explotados
por el Estado (impuesto a la estupidez, según la expresión exacta
del referido funcionario) o que sean clandestinos (en éste caso la
hipocresía de las autoridades, generalmente policiales, lo tolera y
sustenta a cambio de dádivas de los "pasadores"
supuestamente clandestinos ya que todo el mundo los conoce y muchos
juegan...).
En nuestra sociedad
contemporánea el aumento del juego es enorme. Los jóvenes van por
ése camino siguiendo ilusiones. El viejo camino está plagado de
ilusiones basadas en el enamoramiento. Los nuevos caminos son
búsquedas, amor, conocimiento, arte, libertad, como la partícula
del limón...los jóvenes que no se dejen exprimir lo harán. (El
centaurino y yo estamos entre ellos, aunque no seamos jóvenes...¿o
sí?, al menos no somos hipócritas y decimos lo que pensamos).
El
centaurino manifiesta que se hace imprescindible
la apertura de nuevos caminos multidisciplinarios. Los viejos caminos
están cortados, un abismo se abrió ante ellos. Pero podemos
construir un puente y comenzar a caminar en otro sentido. El sentido
antes del abismo nos llevaba a la ilusión del enamoramiento. El
sentido nuevo, si nos
esforzamos sintiendo amor y pensando críticamente,
nos conducirá a una cultura
distinta por hacer.
Los homo sapiens y sólo los homo sapiens podemos hacer el camino. El
centaurino me ayudó a confeccionar este texto para iniciar un camino
distinto a través del
gran debate que
propiciamos él y yo, es decir mi hemisferio izquierdo y mi
hemisferio derecho del neocórtex...
Gracias
poeta: "caminante no hay camino, sólo se hace
camino al andar"...
Epitafio
postrero.- Me hago
eco de las palabras de un poeta del siglo XVIII: "Y aunque es
para mí muy dulce la esperanza de que mi nombre no quedará
enteramente sepultado en el olvido, no es porque crea (el centaurino
y yo, con respeto -el nuestro-, lo corregimos por "pensemos")
que será celebrado con aplauso sino recordado con lástima y
ternura". (Mucha en nuestro caso, ¿verdad centaurino? -Es
altamente probable que así sea-. Responde serio y abriendo sus
grandes ojos azules el centaurino. Pero yo tengo la última palabra:
todo dependerá de los estertores
de una cultura.
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